Pòrtulas, Jaume y Sergi Grau (eds.), Saviesa grega arcaica, Barcelona, Adesiara, 2011, 930 pp.

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Bernardo Berruecos Frank

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Berruecos Frank, B. «Pòrtulas, Jaume Y Sergi Grau (eds.), Saviesa Grega Arcaica, Barcelona, Adesiara, 2011, 930 Pp.». Noua Tellus, vol. 32, n.º 2, noviembre de 2015, doi:10.19130/iifl.nt.2015.32.2.481.
Sección
Reseñas bibliográficas

Tenemos el honor de presentar una obra cuya envergadura no sólo se evidencia por las casi mil páginas que la conforman, sino, más aún, por su título, tres palabras en las que se concentra la inmensidad de una tarea que se sumerge en las profundidades del pasado a la búsqueda del pensamiento perdido. El pensamiento al que el abandono, el olvido, la fragilidad material de los soportes de fijación, la precariedad de las instituciones de conservación y transmisión del saber, la polilla, el fuego y la lluvia, confinaron a una existencia fragmentaria, mutilada, incompleta y truncada. Se trata de una recopilación de los fragmentos de aquellos pensadores en los que la cultura occidental, gracias a una mezcla del afán historicista hegeliano con el anhelo romántico por la aurora del saber, gracias a una alianza entre la ciencia histórica de Eduard Zeller y Hermann Diels y la crítica nietzscheana del método histórico,2 ha creído reconocer sus raíces primordiales y sus míticos antepasados filosóficos. “Presocráticos”3 no es una denominación utilizada por los autores de la Saviesa grega arcaica, debido a que lleva en sí misma una serie de presupuestos que acaban por fijar una concepción de la historia del pensamiento abstracta, exageradamente evolucionista y, lo que es peor aún, anti-histórica. Pòrtulas y Grau han elaborado un volumen que no sólo ofrece una traducción rigurosa, precisa y confiable de una cantidad considerable de textos antiguos que, hasta el día de hoy, no se podían leer en catalán (ni tampoco en español), sino que, además, han logrado configurar un nuevo modelo inteligente y eficaz para la edición de unos materiales cuyas dificultades y problemas se multiplican con insistencia y reiteración. Los autores no se limitaron a reproducir el esquema más o menos imperante en las ediciones de los textos presocráticos, esquema que no ha podido más que tener como paradigma los Vorsokratiker de Hermann Diels, sino que han ideado una nueva manera de organizar los textos, superando así algunas de las deficiencias de la edición de Diels (entre ellas, por ejemplo, la distinción entre testimonios, fragmentos4 e imitaciones o la obsesión por rescatar los ipsissima verba)5 y actualizando aquello en que se ha quedado obsoleta.6 De esta manera, basándose en las ediciones más autorizadas y recientes de cada uno de los autores,7 la Saviesa grega arcaica constituye una de las compilaciones más actualizadas y modernas de los textos “presocráticos”. Jaume Pòrtulas, catedrático de Filología Griega de la Universidad de Barcelona, y Sergi Grau, doctor en filología griega y estudioso del pensamiento griego antiguo, han privilegiado la exposición de las fuentes a partir de las cuales se extraen los fragmentos, de tal forma que al lector le es posible hacerse una idea bastante clara de los diferentes contextos en los que emergen las palabras de los sabios arcaicos. Síntoma de esto es que la numeración (que llega a las 1462 unidades textuales) no se ha hecho tomando como base los fragmentos, sino los textos de los autores que los citan. La selección de autores y tradiciones que han entrado en este compendio8 se ha hecho tomando como propósito central el desmantelamiento de la construcción ideológica según la cual la emergencia de la filosofía se puede describir como el paso del mythos al lógos;9 la Saviesa grega arcaica evidencia las formas de articulación e interacción de ambos erigiendo así una imagen de los sabios griegos profundamente anclada al mundo religioso que los precedió y radicalmente disociada del pensamiento que sobrevino después. En este sentido, el límite cronológico que se ha fijado ha sido las Guerras Médicas y la atención está focalizada sobre todo en el siglo VI a. C.

El libro está compuesto por una introducción en la que se explicitan las premisas de las que los autores partieron, se hace una pequeña historia sobre los estudios presocráticos hasta Hermann Diels, se habla sobre los intentos infructuosos de traducción de los presocráticos al catalán y se explica el sistema de referencias que será empleado.10 A continuación se encuentran los textos, organizados en tres capítulos (“Cosmogonías míticas”, “Sabios arcaicos” y “Cosmogonías arcaizantes”) en los que están insertos los diferentes autores, cada uno de los cuales introducido por una presentación de suma utilidad. Los textos están organizados siguiendo criterios que varían de un autor a otro.11 Hacia el final el lector encontrará un catálogo de los autores antiguos en el que se da una breve noticia de cada uno de ellos, seguido de una tabla de concordancias en las que se hallan las equivalencias entre la numeración de este volumen y las numeraciones de otras ediciones.

Esperamos, pues, para el mundo de habla hispana, la traducción de este libro en el que estudiosos de historia de la filosofía, especialistas de literatura y religión griegas y aficionados a la cultura griega en general encontrarán un vademecum indispensable y académicamente impecable con la ayuda del cual podrán, quizá, apropiarse de las palabras del viejo Heráclito: οὐϰ ἐµοῦ, ἀλλὰ τοῦ λόγου ἀϰούσαντας ὁµολογεῖν σοφόν ἐστιν ἓν πάντα εἶναι.

Bibliografía

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Una versión preliminar de esta reseña fue publicada en catalán en la revista Caràcters, 60, 2012.
Sobre los problemas que implica la categoría de “presocráticos”, véase A. Laks, 2006. No se trata en la Saviesa grega arcaica, stricto sensu, de una edición de los presocráticos, ya que, debido al período temporal elegido, que no incluye a autores del siglo V a. C., algunos de los “filósofos” habitualmente agrupados bajo esta etiqueta no figuran en esta edición (tales como Zenón de Elea, Meliso de Samos, Anaxágoras de Clazomene, Empédocles de Agrigento, Demócrito y Leucipo).
Sobre los problemas que implica el concepto mismo de fragmento y la dificultad de trazar una línea divisoria entre fragmento y testimonio, véase A. Laks, 1997.
En este aspecto, pese a algunas diferencias significativas no sólo en la organización de los textos, sino, más aún, en ciertas decisiones ecdóticas (véase p. 26, n. 26), la Saviesa grega arcaica es heredera directa de los planteamientos de Giorgio Colli quien, en su Sapienza greca adoptó un modo de organización de los textos que contraviene, sino es que vulnera, los presupuestos del sistema de Diels. En lugar de dividir los materiales en testimonios (A), fragmentos (B), entendiendo por estos últimos los ipsissima verba de cada autor, e imitaciones (C), Colli organizó los textos adoptando un criterio cronológico según “una maggiore o minore presunzione di antichità sapienziale” (I, p. 10), de tal manera que los pasajes agrupados bajo la letra “A”, que tienen como límite cronológico la obra de Aristóteles, son aquellos que se encuentran en una posición de mayor valía respecto al pensamiento original, mientras que aquellos reunidos bajo la letra “B” contienen los textos post-aristotélicos que, a ojos de Colli, poseían una menor profundidad sapiencial. Otro modelo importante de edición no “dielsiana”, si se nos permite el término, es el de Miroslav Marcovich (1967) quien en su Editio Maior de Heráclito organizó los textos en tres apartados (C= Citatio, P= Paraphrasis y R= Respicit), adoptando, además, la secuencia de materiales agrupados bajo las letras “a”, “b” y “c” según el mayor o menor alejamiento respecto del original arcaico. Marcovich consigna exhaustivamente todos los pasajes griegos que fueron necesarios para la reconstrucción de las palabras de Heráclito. La Saviesa grega arcaica, en virtud de la focalización de su interés en las Fontes y su renuncia explicita a constituirse como un compendio de fragmentos presocráticos, representa, pues, un término medio entre las ediciones austeras respecto a la consignación de Fontes (Diels) y las ediciones “inflacionarias” (como los Heraclitea de Mouraviev) que han acabado por construir una Refectio del libro de Heráclito (véase la reseña de E. Hülsz (2012) en Bryn Mawr) que asciende a 248 ítems, a diferencia de los 126 fragmentos que Diels consideró auténticos.
El caso de Heráclito quizá es el más evidente, debido, por una parte, a los avances importantes que han representado, para la constitución y organización de los textos, las ediciones de Marcovich (1967), García Calvo (1985, 20063) y Mouraviev (2006) y a la austeridad de los Vorsokratiker respecto a la presentación de las Fontes, y, por la otra, a los descubrimientos papirológicos que han proporcionado nueva información sobre los textos que ya poseíamos (la posible unidad de los fragmentos B3 y B94 gracias al Papiro Derveni) o han transmitido nuevos textos (como el texto 80A de Mouraviev recuperado en el Comentario anónimo a la Odisea del P. Oxy. 3710).
Por ejemplo, la edición de Bernabé (2007) para Epiménides, Museo, los fragmentos de la Titanomaquia y los órficos; la de Fowler (2000) para Acusilao de Argos, la de Gentili-Prato (1979-1985) para Jenófanes, la de Alan Coxon (1986) para Parménides, etcétera.
Alcmán de Esparta, Eumelo de Corinto y la Titanomaquia, la poesía hesiódica, Tales de Mileto, Focos de Samos, Cleóstrato de Ténedos, Ferécides de Siro, Epiménides de Creta, la leyenda de los Siete Sabios, Anaximandro y Anaxímenes de Mileto, Acusilao de Argos, las tradiciones sobre Pitágoras, los pitagóricos de la primera generación, Hípaso de Metaponto, Teágenes de Regio, Jenófanes de Colofón, Heráclito de Éfeso, los Epicarmea, Alcmeón de Crotona y algunos otros pitagóricos menores, Parménides de Elea, Onomácrito, los textos órficos, Museo y Lino.
Cf. pp. 36-38. Sobre los problemas que conlleva la fórmula acuñada por el famoso libro de W. Nestle Von Mythos zum Logos, véanse los trabajos del compendio editado por R. Buxton, 1999; véase también A. Laks, 2006.
Se enumeran las Fontes, no los fragmentos, y a continuación se indica, como encabezado del texto, la fuente y el pasaje en cuestión, la mención de la edición moderna de referencia y las equivalencias con las numeraciones de dos o tres ediciones modernas.
Por ejemplo, para el caso de Parménides, el capítulo está dividido en los siguientes apartados: 1. Los fragmentos del poema, 2. Algunos fragmentos inciertos y dudosos, 3. Biographica, 4. Cronologías. Maestros y discípulos, 5. Poesía y filosofía, 6. El Parménides de Platón, 7. Aristóteles y Parménides, 8. Teofrasto sobre Parménides y 9. La tradición doxográfica.