El registro de fray Diego Basalenque (1640): notas en torno a la toponimia matlatzinca y purépecha

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Carlos Paredes
Etna T. Pascacio Montijo

Resumen

En este artículo presentamos un análisis histórico y lingüístico de una lista de topónimos en matlatzinca que forma parte de un manuscrito inédito realizado por el fraile Diego Basalenque en el año de 1640. El documento consiste en un arte abreviado de la lengua matlatzinca, un arte en extenso y listas de palabras sobre varios rubros de gran interés, como la lista de topónimos mencionada. Esta lista incluye términos en matlatzinca y purépecha, además de algunos en náhuatl, y su análisis brinda información histórica sobre los matlatzincas en el oriente de Michoacán, así como información lingüística y sociolingüística.

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Paredes, C. ., & Pascacio Montijo, E. T. . (2024). El registro de fray Diego Basalenque (1640): notas en torno a la toponimia matlatzinca y purépecha. Tlalocan, 29(1), 29-59. https://doi.org/10.19130/iifl.tlalocan.2024.1.0001S0W698X22
Sección
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1. Introducción

El objetivo de este trabajo es presentar el análisis histórico y lingüístico de un registro toponímico en matlatzinca con equivalencias en purépecha y en algunos casos en náhuatl, que forma parte de un manuscrito inédito realizado por el fraile agustino Diego Basalenque en el año de 1640. 3 Este documento contiene un arte abreviado de la lengua matlatzinca, un arte completo 4 y listas de palabras en tres rubros que resultan de gran interés: partes del cuerpo humano, enfermedades y defectos, términos de parentesco y topónimos. Es importante señalar que la obra de 1640 es diferente al arte y los vocabularios del mismo autor, publicados por Leonardo Manrique y María Elena Bribiesca en 1975, los cuales identificamos como del año de 1642. 5 Las listas de palabras del documento de 1640 no están incluidas en el arte y los vocabularios de 1642, por lo que no han sido publicadas, ni analizadas anteriormente.

2. Contexto histórico-social

El Oriente de Michoacán en general y ciertas poblaciones en particular como Charo, Santiago Undameo y Huetamo, esta última en la cuenca del río Balsas en la Tierra Caliente de Michoacán, deben ser revalorados para su estudio por ser regiones multiétnicas y plurilingües desde tiempos muy antiguos en el México prehispánico, con presencia de pueblos de la familia Otopame, particularmente matlatzinca, otomí y mazahua. Ahora nos centraremos en los hablantes de la lengua matlatzinca asentados en esta región de Michoacán, desde la última parte del periodo clásico mesoamericano y que incrementaron su presencia en el Valle de Toluca, sur del actual Estado de México y partes del norte de Guerrero, después de la caída de Teotihuacán hacia el 575 d.C. (Sugiura, 1998; Manrique, 2000). Estos pueblos de habla matlatzinca estuvieron en interacción directa histórica y lingüísticamente con muchos otros pueblos mesoamericanos situados en dos grandes cuencas hidrográficas, la del río Lerma y la del Balsas. La interacción señalada se reflejaba desde luego en el campo de la lingüística con múltiples pueblos y lenguas distintas en contacto, incluyendo la lengua tarasca o purépecha, al menos desde los últimos 50 a 70 años antes del arribo español a estas tierras. El ejemplo más evidente del contacto lingüístico es justo que el mismo Basalenque escribió no sólo los vocabularios y artes de la lengua matlatzinca, sino además un arte de la lengua tarasca y ni más ni menos la relación de topónimos en matlatzinca, purépecha y náhuatl realizada por este autor en 1640 en la población de Charo, Michoacán, la cual abordamos en este trabajo.

Tan sólo para contextualizar históricamente la presencia matlatzinca en el Oriente y la Tierra Caliente de Michoacán, conviene recordar que, en torno a Zitácuaro, se ubica el sitio arqueológico de los Alzati, caracterizado justamente como matlatzinca y cuya vigencia como centro ceremonial y bastión militar se sitúa entre el 700 y el 1250 d.C., en el epiclásico, precisamente la mayor época de expansión de este grupo hacia el Valle de Toluca (Carrasco, 1986 [1950]; Quezada, 1996; Sugiura, 1998; Herrejón, 2000; Peña, 2002, 2009; Paredes, 2012: 189-200). Por otro lado, las fuentes históricas narran que, con motivo de las conquistas de la Triple Alianza del Valle de México y la sujeción de los ma­tlatzincas en torno a Toluca, múltiples pueblos decidieron emigrar hacia Michoacán, huyendo del maltrato y el excesivo cobro de tributos por los emisarios de la Triple Alianza. Por su parte el soberano tarasco Tzitzipandaquare (1410-1480 aprox.) no sólo los acogió y protegió a cambio de asignarles lugares de asentamiento y obligaciones guerreras y tributarias, sino además propició específicamente la inmigración de matlatzincas del Valle de Toluca y de Zinacantepec hacia Michoacán, invitándolos a que defendieran su territorio por la buena fama de guerreros que tenían y “llegando a la paga” (Basalenque, 1963: 148). Como dice Basalenque, les ofreció establecerse en Charo, Undameo, Jesús y Santa María, todo ello hacia el último cuarto del siglo XV, justo cuando tienen lugar los mayores enfrentamientos bélicos entre mexicas y tarascos.

La presencia matlatzinca en Michoacán persistió hasta el siglo XX básicamente en las poblaciones mencionadas y en Huetamo, donde existe aún hoy en día un barrio denominado “pirinda”, etnónimo usado para referir a los matlatzincas de Michoacán, aun cuando ya no se habla la lengua. Nicolás León (2012 [1886]) reporta unos 1,260 hablantes en Charo, Jesús del Monte y San Miguel del Monte, mientras que Jacques Soustelle en 1933 da el testimonio de lo que podría ser el acta de defunción de esta lengua en Charo; dice: “el último anciano que hablaba pirinda había muerto a una edad avanzada un año antes de nuestra encuesta. Sin embargo, dos ancianas indígenas pudieron darnos una breve lista de palabras en Pirinda” (1993 [1937]: 303). El otro dato interesante que proporciona Soustelle, a propósito de esta visita, aun cuado “con muchas reservas”, es que por un conflicto agrario en la misma población de Charo, varias familias matlatzincas tuvieron que salir y migraron a la población de Huetamo, en el barrio pirinda, en un lugar muy distinto en clima y altitud al de su procedencia; sin embargo, ambos sitios con población matlatzinca en la época prehispánica (véase Soustelle, 1993 [1937]; García, 1969: 57-73; Guillaumin, 2011: 145-148; Paredes, 2012).

3. Registros coloniales del matlatzinca en Michoacán

Ahora bien, la producción historiográfica y en particular sobre la lengua matlatzinca en Michoacán no es menor, por lo cual es conveniente revalorarlas y emprender mayores investigaciones. A continuación, presentamos información sobre los documentos elaborados en Michoacán en los que se registró la lengua matlatzinca, reportados en diferentes fuentes o localizados e incluso publicados. En primer lugar, destacamos la existencia de cierta obra actualmente perdida, de la que da cuenta Basalenque (1963). Se trata de un libro redactado por un matlatzinca ya bautizado en los tempranos años de la conquista y colonización española del Oriente de Michoacán. No hay más datos de esta obra, tan sólo sabemos que se escribió en matlatzinca por parte de alguien que aprendió a escribir en caracteres latinos “para que quedase en memoria” (1963: 148), que se refería a la época prehispánica y que fue la fuente en la que se basó Basalenque para escribir la breve parte de la historia de Charo relativa a la llegada de los matlatzincas a esta región de Michoacán procedentes del Valle de Toluca, al trato con el cazonci para combatir a los tecos, su recompensa por su victoria y la forma de su establecimiento en torno a Charo y otras poblaciones cercanas. Al término de este pasaje, el propio Basalenque remata y se deslinda de esta fuente así: “prosigamos agora en la historia, según el estilo ordinario” (1963: 148-149).

El siguiente documento que motiva nuestra atención es el llamado calendario matlatzinca, que si bien fue redactado en caracteres latinos en esta lengua entre 1640 y 1746, según los estudiosos recoge una tradición muy antigua, seguramente prehispánica, del registro del tiempo con base en una cuenta vigesimal, donde se señalan ya los meses, días, santorales, días de vigilia y algunas celebraciones litúrgicas según el calendario cristiano, de manera que hay una mezcla de características propias e introducidas por el cristianismo (Soustelle, 1993 [1937]: 525-528; Carrasco, 1986: 189-193, Caso, 1967: 226-240; Quezada, 1996: 67-68; Hernández, 2009: 64-80; Bartholomew, 2009a y b). Según el último planteamiento de Bartholomew (2009a y b) este calendario pudo haberse escrito en Charo, a juzgar por las grafías utilizadas por Basalenque (1975a y b) y otros elementos lingüísticos como ciertos cambios fonológicos.

Junto con el Calendario matlatzinca se encuentran dos oraciones en latín y ma­tlatzinca, la señal de la cruz y el padre nuestro. Estas oraciones no están fechadas, sin embargo, Bartholomew (2009a y b) considera que se realizaron a finales del siglo XVI o principios del XVII.

El otro gran momento de producción en torno a la lengua matlatzinca en Michoacán fue justo a fines de la década de 1630 y principios de la de 1640. Los frailes encargados de la evangelización de los matlatzincas aquí fueron Miguel de Guevara, Francisco Acosta, Simón Salguero y Diego Basalenque, todos ellos agustinos pertenecientes a la provincia de San Nicolás Tolentino. Actualmente no se conocen las obras de Francisco Acosta y Simón Salguero, en las que registraron la lengua matlatzinca; 6 sólo las de Miguel de Guevara y Diego Basalenque.

Miguel de Guevara (1863 [1638]) elaboró el documento titulado Arte Doctrinal y modo general para aprender la lengua Matlatzinca en Undameo, el cual se divide en el Arte de las declinaciones de los nombres y la Declaración y modo de mostrar el ministro la doctrina cristiana. En la última parte se incluyen oraciones religiosas, la confesión y otros textos que, aunque son breves, son una muestra de construcciones sintácticas más grandes y complejas que las registradas en los vocabularios. 7 En el documento se menciona que Guevara era “ministro predicador y operario evangélico en las tres lenguas que generalmente corren en esta Provincia de Michoacán: Mexicana, Tarasca y Matlatzinge” (1863 [1638]: 198).

Las dos obras de Basalenque (1640 y 1975 [1642] a, b) tienen artes con contenido muy similar, aunque los títulos difieren y los vocabularios son muy distintos. El título del documento de 1640 es Arte de la lengua matlaltzinga mui copioso y assi mismo una suma y arte abrebiado. Mientras que la obra de 1642 se intitula Arte y vocabulario de la lengua matlatzinga vuelto a la castellana y el Vocabulario de la lengua castellana vuelto a la matlatzinga. El documento de 1640 se encuentra en la biblioteca John Carter Brown, 8 mientras que el de 1642 está en la biblioteca del Museo Nacional de Antropología e Historia. 9 La obra de 1640 comienza con el arte abreviado, posteriormente inicia el arte completo y al final están las listas en castellano-matlatzinca de términos de parentesco, partes del cuerpo, enfermedades y defectos, y la lista de topónimos del purépecha o náhuatl al matlatzinca que no están incluidas en ninguna otra obra de Basalenque, por lo que no están publicadas. Es importante señalar que estos vocabularios aportan información lingüística, cultural y también sobre el territorio. Por otro lado, la obra de 1642 incluye el arte de la lengua similar al de 1640 y dos vocabularios muy extensos, uno del matlatzinca al castellano y el otro del castellano al matlatzinca. El vocabulario de la lengua matlatzinga vuelto a la castellana de la obra de 1642 destaca por ser el único con el orden matlatzinca-castellano y también por el análisis morfológico que propone el autor, el cual se puede observar en el arreglo de las entradas en matlatzinca. Si bien no se trata de una propuesta explícita de análisis, ni es del todo sistemático, sí muestra una reflexión sobre la gramática del matlatzinca más allá de la que se presenta en el Arte de ambas obras. Cabe mencionar que además de los documentos mencionados sobre la lengua matlatzinca, la obra de fray Diego Basalenque es muy amplia en otros temas bíblicos, teológicos y de liturgia cristiana. 10

Además de los testimonios elaborados por religiosos, existen algunos documentos de la segunda mitad del siglo XVI y del siglo XVII referidos a Charo, que incluyen testamentos, ventas y pleitos de tierras por límites con Tarímbaro, en los que se muestran vestigios de las migraciones antiguas, como el uso del apellido Chimal, y también incluyen nombres de algunos pueblos, lo cual está relacionado con la temática que aquí abordamos; sin embargo, los dejaremos para otro estudio. Estos documentos se encuentran en el Archivo General de la Nación en el ramo de Hospital de Jesús, ya que la población de Charo perteneció al Marquesado del Valle (García, 1969; Reyes, 1982: 9-12; Quezada, 2000).

En suma, los documentos elaborados en Michoacán que están ubicados son el Calendario matlatzinca, el de Guevara, las dos obras de Basalenque y los documentos no religiosos que se encuentran en el AGN. Además de éstos, están localizadas parte de las obras de los frailes Andrés de Castro (1557) y Hieronimo Baptista (1562), que se realizaron en el actual Estado de México, las cuales no describiremos aquí. 11 Todos estos testimonios tienen un gran valor en cuanto a que contribuyen al conocimiento de la lengua matlatzinca en la época colonial, ya sea por tratarse de textos monolingües, por ser muy extensos o por las estrategias utilizadas para registrar la lengua, entre otras cosas. Así mismo, aportan información sobre la historia de los hablantes de matlatzinca y su contexto social y cultural, tanto en el Estado de México como en Michoacán, ambas zonas plurilingües y multiculturales. Respecto a los documentos de Michoacán podemos mencionar algunos aspectos relevantes como: 1) la posibilidad de que el Calendario abone a la comprensión del registro del tiempo en la época prehispánica; 2) la información lingüística e histórica que puede brindar el análisis de los vocabularios de partes del cuerpo, enfermedades y defectos, términos de parentesco y topónimos, del registro de Basalenque de 1640; 3) el análisis morfológico que se puede observar en el vocabulario matlatzinca-castellano de Basalenque de 1642; y finalmente, 4) la información lingüística e histórica que pueden aportar los documentos civiles.

4. La obra de Basalenque 1640

Como ya hemos señalado, la obra de 1640 está dividida en varias partes. En la primera foja del documento aparece la siguiente nota como portada general: Arte de la lengua matlatzinga. mui copioso y assi mismo una suma y arte abrebiado compuesto todo por el padre maestro fray Diego Basalenque, de la orden de nuestro padre S. Agustin de la prouincia de Michoacan. Año de nuestro señor. 1.6.4.0. En la segunda foja inicia el Arte abreuiado con una pequeña nota en la que el mismo fraile le llama así y explica que lo elaboró para facilitar que los ministros aprendieran la lengua. El arte abreviado abarca solamente 12 fojas de todo el documento. Posteriormente inicia el arte completo con una nota que refiere al Arte... Este último abarca con todas sus secciones, de la foja 14 a la 115. Después del arte completo se encuentran las listas de palabras que van de la foja 116 a la 126. En las fojas 127 y 128 aparece una pequeña sección titulada “suplementos al arte”. En la última foja, la 129, aparecen, con una mano muy distinta al resto del documento, el credo y el padre nuestro, con una nota final, las cuales probablemente se agregaron en una época posterior.

En la obra de 1640, tanto el arte abreviado como el arte completo, tienen anotada la fecha de 1640. Asumimos que Basalenque hizo primero el completo, pero no se puede determinar con cuanta diferencia de tiempo. Los vocabularios de partes del cuerpo, enfermedades y defectos, términos de parentesco y toponimia seguramente se hicieron en esta misma etapa, ya que están en el mismo documento; sin embargo, no sabemos si fue un trabajo a la par o no. Es posible que Basalenque haya elaborado los dos vocabularios matlatzinca-castellano y castellano-matlatzinca en una etapa posterior, ya que tienen anotada la fecha de 1642. Estos vocabularios se integraron en una sola obra con otro ejemplar del arte completo. Hasta la fecha no se han hecho comparaciones a detalle para identificar si hay diferencias entre el arte completo que forma parte de la obra de 1640 y el que está integrado con los vocabularios de 1642, pero aparentemente tienen el mismo contenido. Las listas de partes del cuerpo, enfermedades y defectos, términos de parentesco y toponimia de 1640, no se incluyeron en la obra integrada de 1642, al menos no completas ni organizadas por temas.

5. Análisis histórico y lingüístico de los topónimos

El vocabulario de topónimos está conformado por 91 entradas en su mayoría en purépecha y algunas en náhuatl; de estas, el topónimo correspondiente en matlatzinca aparece en 57 casos. La mayoría de los topónimos registrados por Basalenque nombran lugares ubicados en el antiguo obispado de Michoacán, los cuales suman 80; éstos los hemos ubicado en la tabla 1 según el área geográfica de dicho estado groso modo, de la siguiente manera: Centro (7), Lagos (9), Norte (16), Occidente (7), Oriente (19), Sierra (15), Tierra Caliente (3) y (6) no localizados. Desde luego los que más nos interesan son los que se sitúan en el Oriente de Michoacán por ser zona de influencia de los ma­­tlatzincas como ya se ha dicho. Además, se presentan en la relación toponímica otros lugares fuera de Michoacán como: Atotonilco, México, Ocotlán, Poncitlán, Querétaro, Tepeaca, Tlaxcala y Toluca. En la primera columna de la tabla 1 aparecen los topónimos en purépecha o náhuatl, en la segunda en matlatzinca y en la tercera está la ubicación y se indica si se hablaban otras lenguas distintas al purépecha. En la tabla presentamos la forma tal como se registró entre corchetes angulares. Es importante aclarar que por ahora no es posible incluir la interpretación fonética, ya que todavía no contamos con el análisis de los grafemas y de las convenciones utilizadas en los documentos de fray Diego Basalenque para registrar el matlatzinca colonial. El significado que proponemos para cada topónimo se representa entre comillas; cuando no hay información sobre el mismo o tenemos dudas agregamos un signo de interrogación entre paréntesis y, cuando la hay, proporcionamos información que podría estar relacionada señalando la fuente en la que la encontramos. Para los topónimos purépechas presentamos el nombre como se conoce y escribe actualmente.

Tabla 1:
Transcripción paleográfica de la lista de topónimos
Purépecha, náhuatl Matlatzinca Ubicación y lenguas 12
Purépecha, náhuatl Matlatzinca Ubicación y lenguas12
<Tiripitio> Tiripetio, El oro ‘lugar de oro’ <py camuu> 13 ‘lugar de oro’, ‘lugar amarillo’ Centro
<Acuitzeo> Acuiseo ‘lugar de serpientes’ <py chimi> ‘lugar de serpientes’ Centro
<Axaso> Xaso (?) Centro
<Capula> Capula ‘lugar de capulines’ <py tzehui> ‘lugar de capulines’ Centro
<Huiramba> Huiramba <viramu> ‘un género de piedra’ (GL) <py tetzanri> / <tetzanto> (?)<tetza> ‘la punta’, ‘lo alto de’, <nto> ‘piedra’, <thetz> ‘lo alto de...’ (BS) Centro
<Teremendo> ‘lugar podrido’ <py xuya> ‘lugar de azufres’, ‘lugar podrido’ Centro
<Tiristaran> (?) Centro
<Axuno> Axunio ‘lugar de venados’ <py tzacapahari> ‘lugar de venados’ Lagos
<Cucupao> Cocupao? Lagos
<Herongaríquaricaro> Erongarícuaro ‘sitio alto de frente y vista bella’, ‘mirador’, ‘lugar de acecho’, ‘lugar puesto en atalaya’, ‘lugar de vigilancia’ <py thethebí> ‘mirador al frente’ (?) <the> ‘frente’, <thebí> ‘espiar’ (BS) Lagos
<Huiramonguaro> Uiramangaro (?) Lagos
<Pazquaro> Pascuaro ‘despensa’ (?) <patzaquareni> ‘guardarse’ <phasquaro> ‘lugar donde se tiñe de negro’ (LG) <py quehti> ‘lugar donde se tiñe’ Lagos
<Quanaxu> Cuanaju ‘lugar de ranas’ <py che> ‘lugar de ranas’ Lagos

Purépecha, náhuatl Matlatzinca Ubicación y lenguas
<tzintzontza> Tzintzuntzan ‘lugar de colibríes’ <py dithihui> ‘lugar de cañas’ (?) <ri> (?) <pythihui> ‘cañaveral’ (BS) Lagos (náhuatl, purépecha)
<tzirahuen> Zirauen ‘lugar de humo’ <py bipi> ‘lugar de humo’ Lagos
<tzírondaro> Ziróndaro ‘cienega’ <py tunthahui> ‘lugar de agua’ (?) <tu> (?) <thahui> ‘agua’ (BS) Lagos
<Chamaquero> Chamacuero ‘lugar donde cayó el cercado’ Norte
<Chocandiro> (?) Norte
<Cuínhuíripu> Conguripo ‘sitio donde habitan pájaros’ <py tetehcri> / <py tetehcgti>(?) <thehethi> ‘nido’, ‘concierto de los huevos desconcertados’ (BS) Norte
<Cuíseo> Cuíseo Cuisécuaro ‘lugar de tinajas’, ‘lugar en forma de tinaja’ <py nintzinthahui> ‘lugar de tinajas de agua’ Norte
<Cupandaro> Cupándaro, Copándaro ‘lugar de aguacates’ <py tzítzoni> ‘lugar de aguacates’ Norte (matlatzinca)
<Huanaxacaru> Guanajuato (?) Norte
<Huandaquarco> Huandacareo ‘lugar de discursos’, ‘lugar de juicios’ <py temuti> / <py temueti> ‘lugar donde se hablan mutuamente’ Norte
<Huaniqueo> Huaniqueo ‘lugar donde tuestan maíz’ <py tuhumi> ‘lugar de maíz’ Norte
<Puruandiro> Puriendiro ‘donde hierve el agua’, ‘en el lugar de la calabacita’ <py bupue> ‘lugar caluroso’ (?) <bupahui> ‘echo calor de mi’, <imbupahuí> ‘calor generalmente’, <imbuhahuí> ‘caluroso’ (BS) Norte
<Tarimbaro> Tarimuru’ ‘lugar de sauces’ <py xínomi> ‘lugar de sauces’ Norte
<Tlatzatzalca> Tlazazalca ‘lugar de tierra pegajosa’ Norte
<tzalaya> Celaya (?) Norte
<tzílao> Silao (?) Norte
<tzíritzequaro> Tziritzicuaro (?) <py ntehegti> (?) Norte
<yrapuato> Irapuato (?) Norte

Purépecha, náhuatl Matlatzinca Ubicación y lenguas
<yuríríapundaro> Yuririapundaro ‘lugar de la laguna de sangre’ <py nchía nthahui> ‘laguna de sangre’ Norte
<Híztlan> Histlán, Ixtlán ‘lugar de sal’ <pyn tuxi> ‘lugar de sal’ Occidente
<Tangantzequaro> (?) <tangatzeni> ‘hincar o fijar en el suelo cualquier estaca’ (LG) <py tzohui> (?) <ni tzohui> ‘la loza y piedra para cazar aves’, <í ni tzohuí> ‘anzuelo para cazar’ (BS) Occidente
<Tatazquaro> Tacascuaro (?) Occidente
<Tinhuíndin> Tinguindin, Tingüindin (?) Occidente
<tzícuicho> Tzicuicho (?) Occidente
<tzirustu> Zirosto (?) Occidente
<Xacona> Jacona (?) Occidente
<Acambaro> Acámbaro ‘lugar de magueyes’ <py xumí> ‘lugar de magueyes’ <in xumi> ‘el maguey, planta de la tierra’ (BS) Oriente (mazahua, purépecha y otomí)
<Andaparapeo> Indaparapeo, Andaparapeo ‘lugar de juego’ <py ntihitzoni> (?) <ntihi> ‘juego’ (BS) <tzoni> (?) Oriente
<Atapa> Atapacha ‘los de Atapan’, ‘los que traen rodela, broquel o adarga’ Oriente
<Emenguaro> Emenguaro ‘lugar donde se da pronto el maíz’, ‘Sementera de riego’ <py xíthuhui> ‘lugar de maíz’ Oriente
<Huapamacataro> Huapamacataro (?) <py hihígtu> (?) <hig> ‘lugar’ (BS) Oriente
<Huatzindeo> Huatzindeo (?) Oriente
<Huayangareo> Guayangareo ‘loma con hundimiento en la ladera’ <py tziyehuí> ‘lugar de la peña alta’ 14 Oriente (matlatzinca)
<Huripitio> Uripitio (?) <huritzeni> ‘calentar al sol’ (GL) <py pathahui> ‘lugar del agua caliente’ Oriente

Purépecha, náhuatl Matlatzinca Ubicación y lenguas
<Maruatio> Maróatio ‘lugar de la cosa preciosa’ <py ntunibi> ‘lugar de la piedra preciosa’ Oriente (mazahua y otomí)
<Patambaro> Patambaro ‘lugar de espadañas’ patamu ‘carrizo’ <py thihui> ‘el carrizal’ Oriente (matlatzinca) En la época colonial siempre fue sujeto a Charo
<Pío> Piyo ‘nombre del acompañante del intérprete’ Oriente
<Querendaro> Queréndaro ‘lugar de peñascos’ <py beyehui> ‘lugar de la peña’ Oriente
<Tarimoro> Tarimoro ‘lugar de los sauces’ <py inxinomi> ‘lugar de los sauces’ Oriente
<Taximaroa> Taximaroa ‘lugar de linderos’ <py buchaxi> (?) Oriente (ma­tlatzinca, mazahua, otomí, náhuatl)
<tzinapequaro> Zinapécuaro ‘lugar de obsidiana’ <py nuchobi> ‘lugar de puntas de obsidiana’ Oriente (matlatzinca y purépecha)
<tzitaquaro> Zitácuaro ‘lugar de sogas o cordeles’ <py- teruchu> (?) <in theruhu> ‘camino ancho’ (BS) Oriente (purépecha, matlatzinca, mazahua)
<tzitzio> Tzitziquio ‘lugar de flores’ <py nteni> ‘lugar de flores’ Oriente (ma­tlatzinca) Sujeto a Charo en la colonia
<Undameo> Undameo (?) <py mihiti> (?) Oriente (ma­tlatzinca)
<Uquareo> Ucareo ‘lugar de uquares’ (uquar ‘valeriana tolucana’) Puede también derivarse de <hucareni> ‘fructificar los árboles’ <y buhami> (?) Oriente (mazahua)
<Vocaneo> Vocaneo (?) <py tabetzata> (?), <tabe> (?) <in tzata> ‘bestia tragadora’ (BS) Oriente

Purépecha, náhuatl Matlatzinca Ubicación y lenguas
<Arantza> Aranza, Aranzan ‘saber, entender’ <py tahantza> (?) Posible préstamo del purépecha al matlatzinca por las semejanzas en la forma Sierra
<Capaquaro> Capácuaro ‘lugar de encuentro, donde se junta o una cosa se dobla’ Sierra
<Charapan> Charapan (?) Sierra
<Cheran> Cherán (?) Sierra
<Hu cumícho> Ocumicho (?) Sierra
<Huruapa> Uuruapan (?) Sierra
<nahuatze> Nahuatzen (?) Sierra
<Pama coran> Pomacoran (?) Sierra
<Pamataquaro> Pamatacuaro (?) Sierra
<Paranguricutiro> Parangaricutiro (?) Sierra
<Patamba> Patamban (?) <patamu> ‘carrizo’ Sierra
<Piriban> Peribán ‘lugar de enredo’, ‘lugar donde hilan’, ‘lugar enredado’ <py tehumi> ‘lugar donde hilan’, ‘lugar de mecates’ <in thuímí> ‘el hilo para coser’, <ni n thuímí> ‘cordel, mecate’ (BS) Sierra
<Sabina> ‘lugar de remolinos’ <pi chimanupi> ‘en el remolino’ Sierra
<Tingambatu> Tingambato (?) Sierra
<tzacan> Zacan ‘lugar pedregoso’ <py ntení> ‘lugar de flores’ Sierra
<Hurecho> Urecho (?) Tierra Caliente
<Tacambaro> Tacámbaro ‘palmar’ <py tehemi> ‘lugar de magueyes’ <in thehemí> ‘el mezcal donde sale la miel’ (BS) 15 Tierra Caliente
<Tlapalcatepec> Tapalcatepec, Tepalcatepec ‘cerro de los tepalcates’ <py xinohui> ‘lugar de tepalcates’ Tierra Caliente

Purépecha, náhuatl Matlatzinca Ubicación y lenguas
<Mexico> México <py ntohati> ‘lugar de la tuna’, ‘lugar del nopal’ Ciudad de México
<Tuluca> Toluca ‘lugar de juncias o espadañas’ <py netanbati> ‘lugar de llanos’ Estado de México
<Atotonilco> Atotonilco ‘lugar del agua caliente’ <py panthahui> ‘lugar del agua caliente’ Hidalgo
<Ocotlan> Ocotlan ‘lugar de ocotes’ <py ditee> ‘lugar de ocotes’ Jalisco
<Pontzítlan> (?) Jalisco
<Tepeaca> Tepeaca ‘cerro de agua’ (?) <tepeatl> ‘agua de sierra’ (ML) <ynu hetzi> ‘la punta o cabeza del cerro’ <in nu hetzi> ‘cabecera del pueblo, como la matriz de las visitas’ (BS) Puebla
<Queretaro> Querétaro ‘en el juego de pelota’ Querétaro
<Tlascala> Tlaxcala ‘lugar de las tortillas’ <py mehuí> ‘lugar de las tortillas’ Tlaxcala
<Atequas> (?) <py mue chiro> (?) <mue> (?) <chiro> čiro ‘miel’ (BS) (?)
<Ayotl> ‘lugar de calabazas’ <py muu> ‘en las calabazas’ (?)
<Huanhuao> ‘lugar del telar’ <py bubahui> ‘lugar del telar’ (?)
<Pinquiuaru> (?) <py ta tuuxiro> (?) (?)
<Tahunhuaro> Tahuenhuaro, Tahuácuaro ‘lugar de cientopies’ tahuenhua ‘tambor’ <py biti> ‘lugar del tambor’ <inbithí> ‘tamboril o atabal’, <in bithi> ‘la guitarra y cualquier instrumento con las manos’ (BS) (?)
<Xamalca> (?) (?)

La identificación de las lenguas que se hablaban se basa en el mapa de Paredes y Amós (2012: 518) en el que presentan la distribución de lenguas en el oriente de Michoacán en el siglo XVI. En la tabla 1, es posible notar que en los lugares registrados se hablaban distintas lenguas como matlatzinca, purépecha, náhuatl, mazahua y otomí, sobresaliendo algunos lugares en los que se hablaban dos o más de estas lenguas.

Para dar mayor claridad en cuanto a la distribución de lenguas, en la tabla 2 reunimos la lista de lugares en los que se hablaba alguna lengua distinta al purépecha, es decir, matlatzinca, náhuatl, otomí o mazahua. Reiteramos que, en general, los sitios en los que se hablaba alguna lengua otopame se encuentran al oriente y nororiente del estado de Michoacán, mientras que los sitios donde se hablaba purépecha se encuentran en la zona Centro, Sierra, Lagos, Norte y Occidente del mismo estado. Los lugares en los que se hablaba alguna lengua otopame y purépecha son Zinapécuaro y Zitácuaro, ambos ubicados al oriente de Michoacán. Finalmente, las poblaciones de habla náhuatl se ubican en zonas muy localizadas al Oriente, Sierra, Lagos y Tierra Caliente.

Tabla 2:
Relación de lenguas habladas por lugar y topónimos.
purépecha/ náhuatl Matlatzinca significado lengua hablada
<Acambaro> 16 <py xumí> ‘lugar de magueyes’ mazahua y otomí
<Cupandaro> <py tzítzoni> ‘lugar de aguacates’ matlatzinca
<Huayangareo> <py tziyehuí> ‘loma con hundimiento en ladera’ o ‘en la peña alta’ matlatzinca
<Marauatio> <py ntunibi> ‘cosa preciosa’ o ‘piedra preciosa’ mazahua y otomí
<Patambaro> <py thihui> ‘carrizal’ matlatzinca
<Taximaroa> <py buchaxi> ‘lugar de linderos’ (purépecha) matlatzinca, otomí, mazahua, náhuatl
<Undameo> <py mihiti> (?) matlatzinca
<Uquareo> <py buhami> (?) mazahua
<Tzinapequaro> <py nuchobi> ‘lugar de obsidiana’ o ‘de puntas de navaja’ purépecha y matlatzinca
<Tzitzio> <py nteni> ‘lugar de flores’ matlatzinca
<Tzitaquaro> <py teruchu> ‘lugar de sogas o cordeles’ (purépecha) purépecha, matlatzinca y mazahua

El análisis lingüístico de los topónimos está basado en diferentes documentos históricos y actuales para cada una de las lenguas. 1 Los topónimos siguen la estructura morfológica de los sustantivos en cada una de las lenguas registradas. En general, en las tres lenguas, se trata de una base nominal formada por uno o dos elementos léxicos con un nominalizador o un locativo. En purépecha y náhuatl, los nominalizadores y locativos son sufijos, mientras que en matlatzinca son prefijos. 18 Lo interesante es observar las semejanzas y diferencias en los elementos léxicos que conforman los topónimos, ya sea entre purépecha y matlatzinca o entre náhuatl y matlatzinca.

Encontramos topónimos formados por bases nominales que tienen el mismo significado léxico en purépecha y matlatzinca; o náhuatl y matlatzinca, también hay algunos con distintos significados pero que podemos plantear que refieren a diferentes características de un mismo lugar. En ciertos casos no hay una correspondencia clara de los significados entre las diferentes lenguas e incluso hay casos en los que no fue posible determinar el significado. Entre los topónimos con el mismo significado o muy similar tenemos los ejemplos de 1 a 6.

PURÉPECHA MATLATZINCA SIGNIFICADO
1. <acambaro> 19 <py xumí> ‘lugar de magueyes’
akamba-ro pi-šumí
maguey-LOC LOC-maguey

2. <acuitzeo> <py chimi> ‘lugar de víboras’
akuise-o pi-čimi
serpiente-LOC LOC-serpiente

3. <cuíseo> <py nintzinthahui> ‘lugar de tinajas de agua’
kuise-o pi-ni-(n)tsi-(n)tawi
tinaja-LOC LOC-DET-tinaja-agua

4. <cupandaro> <py tzitzoni> ‘lugar de aguacates’
kupanda-ro pi-tsitsoni
aguacate-LOC LOC-aguacate

NÁHUATL MATLATZINCA SIGNIFICADO
5. <atotonilco> <py panthahui> ‘lugar del agua caliente’
a-totoni-l-co pi-pa-(n)tawi
agua-caliente-NOM-LOC LOC-caliente-agua

6. <ayotl> <py muu> ‘lugar de calabazas’
ayo-tl pi-muu
calabaza-ABS LOC-calabaza

De acuerdo con Smith (1994) y Knapp (2014) los ejemplos anteriores corresponden a préstamos de traducción, los cuales consisten en utilizar las equivalencias léxicas en la lengua receptora. En los topónimos de los ejemplos de 1 a 6, encontramos que la base nominal está formada por equivalencias léxicas y en algunos casos también aparecen equivalencias para los afijos locativos. Este mismo tipo de préstamos entre lenguas otopames y náhuatl es descrito por Soustelle (1993), Knapp (2014) y Wright (2011), quienes señalan que si bien no es posible determinar de manera sencilla cuál es la lengua fuente y cuál la receptora, es probable que el náhuatl sea la lengua receptora, en tanto que las poblaciones nahuas llegaron después que las otopames a los territorios nombrados con los topónimos compartidos.

Por otro lado, tenemos los topónimos que son distintos, pero al observar la geografía del lugar nombrado encontramos que es posible utilizar tanto la forma purépecha como la matlatzinca para referir al lugar. Un ejemplo de este tipo es Huayangareo (Guayangareo) o py tziyehuí. En este caso el topónimo en purépecha hace referencia a una ‘loma con hundimiento en ladera’, mientras que en matlatzinca refiere a un ‘lugar con una peña alta’. Haciendo un análisis del lugar del asentamiento indígena prehispánico, ambos significados corresponden, ya que en ese lugar hay una ladera de una loma o peña de altura y aquí, según parece, estaba situado el asentamiento indígena. 20

Por último, entre los topónimos para los que no fue posible determinar el significado en una de las lenguas o en ambas, llama la atención Arantza o py tahantza. En purépecha Arantza está formado por el radical que significa ‘saber’ o ‘entender’, pero en matlatzinca no encontramos un posible significado asociado a la forma tahantza. Lo que llama la atención en este caso es que podría tratarse de un préstamo del purépecha al matlatzinca, ya adaptado, en tanto que hay cierta similitud en la forma; pero en ma­tlatzinca no se permiten radicales que inicien con vocal y se prefija el locativo pi-.

6. Reflexiones finales

La obra de Basalenque de 1640 es el registro más sistemático y extenso de topónimos en matlatzinca; así mismo, es un registro que da información histórica, sociolingüística y lingüística de los hablantes de matlatzinca y su lengua, en esa época y región. En términos generales, el análisis que aquí presentamos contribuye al estudio de la zona Oriente de Michoacán en la época prehispánica y colonial.

Al cotejar la ubicación de los lugares nombrados con las lenguas reportadas en dichas zonas, observamos que había una distribución de lenguas por regiones, ubicando las de habla otopame principalmente al oriente de Michoacán. Así mismo, es notorio que había poblaciones multilingües en las que convivían hablantes de matlatzinca, otomí y mazahua entre sí y en ciertos casos con hablantes de purépecha o náhuatl.

El hecho de que existan topónimos en purépecha o náhuatl y matlatzinca nos indica que grupos de hablantes de dichas lenguas consideraron relevante un mismo lugar. En algunos casos los topónimos que utilizaron para nombrar tales lugares son préstamos de traducción, ya que refieren a una misma característica en las distintas lenguas, como en los ejemplos de 1 a 6, entre otros que aparecen en la tabla 1. Aunque en otros casos, se observa que se le dio prominencia a características distintas de un mismo lugar, como en el ejemplo de Guayangareo o py tziyehui.

Referencias

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  2. (). . . México: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. . Luz María Mohar Betancourt, directoraDVD interactivo
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  4. (). . Arte de la lengua matlaltzinga mui copioso y assi mismo una suma y arte abrebiado. Manuscrito (el original se encuentra en la biblioteca John Carter Brown y se puede consultar la reproducción fotográfica en el sitio Internet
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  6. (). . . México: Biblioteca Enciclopédica del Estado de México. . María Elena Bribiesca S., versión paleográfica; Leonardo Manrique, revisión paleográfica, nota introductoria y apéndice
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  21. (). . . México: El Colegio Mexiquense. . 2ª. ed.
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Diego Basalenque, 1640. Arte de la lengua matlaltzinga mui copioso y assi mismo una suma y arte abrebiado. Manuscrito (el original se encuentra en la biblioteca John Carter Brown y se puede consultar la reproducción digitalizada en el sitio Internet Archive: http://www.archive.org/stream/artedelalenguama00basa#page/n3/mode/2up).
Esta obra se llama simplemente Arte de la lengua...; sin embargo, en este artículo nos referimos a ella como arte completo o arte en extenso, para distinguirla claramente del Arte abreviado…
Diego Basalenque, 1975 [1642a]. Arte y Vocabulario de la lengua matlatzinca vuelto a la castellana. Diego Basalenque, 1975 [1642b]. Vocabulario de la lengua castellana vuelto a la matlatzinca.
La obra de Pedro Salguero que se encuentra localizada es sobre la vida de Basalenque, con fecha de 1664, pero no contiene registros del matlatzinca, por lo que no se incluye en esta descripción.
El original de esta obra se encuentra en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, institución que lo publicó en el año de 1863. Existe una copia hecha a mano en la biblioteca Bancroft en Berkeley, California, y una más en la Biblioteca Nacional de Francia, a partir de la cual Doris Bartholomew elaboró una síntesis e hizo un breve estudio que se publicó en el proyecto Amoxcalli (2009c).
Reproducción fotográfica en Internet Archive (https://archive.org/)
La obra de 1642 fue publicada por la Biblioteca Enciclopédica del Estado de México en sus volúmenes XXXIII y XXXIV, véase Basalenque 1975a y b. María Elena Bribiesca realizó la paleografía de esa edición y tiene un estudio preliminar de Leonardo Manrique. Existe otro original del documento de 1642 en la Biblioteca Newberry en Chicago, Illinois.
Véase Pascacio (2021) para un panorama mayor sobre los documentos coloniales del matlatzinca conocidos hasta la fecha, tanto del Estado de México como de Michoacán.
Las referencias como ‘sierra’, ‘norte’, ‘sur’, etc., indican regiones dentro del estado de Michoacán; cuando se trata de lugares fuera de Michoacán, indicamos el estado específico.
BS es la abreviatura de Basalenque (1975a y b [1642]), para indicar las formas correspondientes que se encuentran en sus vocabularios. CS es la abreviatura del vocabulario de Castro (1557) publicado en Lastra, Pascacio y Valiñas (2017). EH es la abreviatura del “Vocabulario de Escalante y Hernández circa 1973”, publicado en Lastra, Pascacio y Valiñas (2017). DG es la abreviatura de Diccionario Grande, GL: Gilberti (1997 [1559]), ML: Molina (1970 [1555-1571]), LG: Lagunas (1983 [1574]).
El cronista Matías de Escobar (2008 [1924]) dice que en pirinda se dice Pantziyegui que quiere decir ‘rinconada’. Haciendo un análisis de este lugar (es decir, el lugar del asentamiento indígena prehispánico), ambos significados se corresponden: ‘rinconada’ porque es un rincón del valle y también ‘hundimiento con ladera’, ya que en ese lugar hay una ladera de una loma donde estaba situado el asentamiento indígena.
Comparando los topónimos <py xumi> y <py tehemí> para Acámbaro y Tacámbaro, respectivamente, llama la atención que para ambos se pude proponer la misma equivalencia ‘lugar de magueyes’, a pesar de ser dos formas distintas. Esto se debe a que en Basalenque (1975 [1642]) aparece la forma <xumí> con la equivalencia ‘el maguey, planta de la tierra’ y la forma <thehemí> con la equivalencia ‘el mezcal donde sale la miel’. Es probable que se haya tratado de dos tipos de agave distintosº.
La transcripción paleográfica de la forma original aparece entre corchetes angulares.
Para el purépecha consultamos principalmente a Lagunas (1983 [1574]), Gilberti (1997 [1559]), Escobar (2008 [1924]) y Villavicencio y Nava (2010). Para el matlatzinca, consultamos principalmente los vocabularios de Basalenque (1975b [1642]) y trabajos previos sobre matlatzinca (Escalante, 1987; Pascacio, 2005, entre otros). Para el náhuatl consultamos el vocabulario de Molina (1970 [1555-1571]) y materiales del curso de náhuatl clásico impartido por Leopoldo Valiñas en el Posgrado en Estudios Mesoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
18 Para la estructura morfológica de los topónimos en purépecha nos basamos en Villavicencio y Nava (2010); para la estructura morfológica de los topónimos en náhuatl seguimos los materiales elaborados por Leopoldo Valiñas para sus cursos de Náhuatl Clásico I, II y III impartidos en los posgrados de Estudios Mesoamericanos y Antropología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
19 En la primera línea aparece la transcripción paleográfica del registro original entre corchetes angulares; en la segunda línea aparece la forma fonetizada con la segmentación morfológica; en la tercera línea está la glosa gramatical.
20 Como ya se había señalado en la nota 14, otro significado que le da a la voz Pantziyegui el cronista agustino fray Mathías de Escobar es el de rincón o rinconada, refiriéndose justamente a un rincón donde termina el valle e inicia la ladera en forma abrupta, es decir, hay dos puntos de vista del mismo espacio (Escobar, 2008 [1924]: 295).
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CDMX | casapama@gmail.com
Facultad de Idiomas Mexicali, Universidad Autónoma de Baja California | etna.pascacio@uabc.edu.mx

Abreviaturas morfológicas

ABS

-abstractivizador

DET

-determinante

LOC

-locativo

NOM

-nominalizador

(?)

-duda

Abreviaturas documentales

BS

-Basalenque (1975 a y b)

CS

-Castro (1557)

DG

-Diccionario Grande

EH

-Escalante y Hernández circa 1973

GL

-Gilberti (1997 [1559])

LG

-Lagunas (1983 [1574])

ML

-Molina (1970 [1555-1571])

Anexo 1. Reproducción fotográfica de la lista de topónimos del documento original

A continuación, presentamos las reproducciones fotográficas de las páginas que contienen la lista de topónimos en el documento de Basalenque (1640).

Foja 121 v. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Figura 1: Foja 121 v. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Foja 121 r. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Figura 2: Foja 121 r. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Foja 122 v. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Figura 3: Foja 122 v. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Foja 122 r. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Figura 4: Foja 122 r. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Foja 123 v. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Figura 5: Foja 123 v. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Foja 123 r. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Figura 6: Foja 123 r. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Foja 124 v. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org

Figura 7: Foja 124 v. Digitalización de John Carter Brown Library, tomada de http://archive.org