Antecedentes
En trabajos anteriores se ha encontrado que las frases nominales plurales del español pueden presentar una lectura colectiva (por ejemplo, en Sánchez López, 1994; Gutiérrez-Rexach, 1998; García Fajardo, 1984/1985) como en los siguientes ejemplos:
Al enunciar estas oraciones, cabe la posibilidad de que nos pregunten si en conjunto presentaron los profesores un solo proyecto y si los socios hicieron una sola propuesta entre todos. La adecuación de tales preguntas se debe a que dichas oraciones, sin más contexto, resultan ambiguas entre una lectura colectiva, como la que se alude en las preguntas mencionadas, y una lectura distributiva; con esta segunda lectura entenderíamos que cada profesor presentó un proyecto y cada socio hizo una propuesta. En García Fajardo (1984/1985) se describe el surgimiento de las lecturas colectivas y distributivas a partir del sentido de conjunto que la frase obtiene por la pluralidad (además de originarse también en los determinantes definidos y en las frases conjuntivas). Es decir, se había considerado que en toda frase nominal plural, tanto definida como indefinida, se originaba el sentido de conjunto. Con la representación del sentido de las frases como un conjunto, el predicado con el que se combine puede relacionarse con el conjunto como unidad y también puede relacionarse con cada miembro del conjunto. Para las frases indefinidas singulares, en cambio, en aquel trabajo se propuso un sentido individual a partir del cual sólo pueden tener una interpretación distributiva, ya sea en su referencia particular o en la genérica:1
En la representación del sentido de la frase indefinida singular tenemos a los miembros de la extensión que denota la frase, de manera individualizada, no como conjunto, por lo que el predicado únicamente puede relacionarse con cada miembro de dicha denotación y no puede relacionarse con un conjunto. Descrito de esta manera, se explica por qué con el ejemplo (6) entendemos que es cada estudiante quien recibió su beca (y no que hubo una sola beca para todo un conjunto); y con (7), que es cada niño el que debe recibir educación escolar.
En un trabajo posterior (García Fajardo, 2014) se encontró que el determinante algunos, a pesar de darle a la frase la pluralidad, sólo genera una lectura distributiva en la oración. Por su parte, Gutiérrez-Rexach (1999a, 1999b y 2010) considera que unos le da a la frase únicamente una lectura colectiva y le atribuye a este determinante una propiedad a la que llama ‘indefinido de grupo’ (en coincidencia con Laca y Tasmowski-de Rick, 1996). Esta propiedad propuesta funciona para bloquear la lectura distributiva, de manera que el predicado únicamente pueda relacionarse con el grupo de entidades mencionadas en la frase, como unidad; esta propiedad es distinta del ‘sentido de conjunto’ (García Fajardo, 1984/1985), cuyo funcionamiento permite ambas lecturas (colectiva y distributiva), como acabamos de describir. Martí (2008) tampoco considera la distributividad de unos, aunque ella se refiere a la distributividad de eventos referidos en la oración, no a la distributividad entre individuos.2 En congruencia con su análisis, Martí presenta como aceptable la oración “Unos estudiantes míos de historia vinieron todos juntos ayer al despacho”, que se refiere a un solo evento; pero asume como inaceptable la oración con un complemento que obligaría a la lectura distributiva de eventos; esto es, la interpretación de varios eventos: “Unos estudiantes míos de historia vinieron uno a uno ayer al despacho”; sin embargo, la autora tiene el cuidado de aclarar que encontró variación en sus hablantes madrileños con respecto a estas lecturas. Mis datos del español mexicano muestran que con el determinante unos pueden obtenerse las dos lecturas sobre individuos (distributiva y colectiva), como veremos adelante.
Otra característica de las frases nominales plurales de sujeto que ha sido señalada previamente consiste en la posibilidad de permitir que la oración tenga una lectura recíproca, como en “Los cachorros se mordisquearon (unos a otros)”.3 La descripción del surgimiento de esta lectura que se presentaba en García Fajardo (1984/1985), estaba basada en el sentido de conjunto originado en la pluralidad de la frase. Se planteaba que el mismo sentido de conjunto, a partir del cual surge la interpretación colectiva, además de la distributiva (como describimos antes), permitía representar al predicado como una relación que se presentaba entre los miembros del conjunto.
Distintas lecturas
Con los antecedentes que hemos mencionado surgen las dos preguntas que constituyen el hilo conductor de la presente investigación: ¿Cuáles son los determinantes indefinidos plurales que pueden tener lectura colectiva? ¿Únicamente los determinantes que tienen sentido de conjunto permiten la lectura recíproca en la oración? El planteamiento de estas preguntas implica el reconocimiento de que los determinantes repercuten en la estructura semántica de la oración. Para responder a estas preguntas, me ceñiré al funcionamiento de los determinantes plurales unos, algunos, varios, muchos, pocos y los numerales. Procederé a mostrar la posibilidad de generar en la oración las lecturas distributivas y colectivas, así como de permitir la lectura de reciprocidad, con los determinantes en cuestión. La segunda pregunta no se satisfaría simplemente con identificar los determinantes indefinidos que permiten la lectura recíproca y los que no la permiten, sino que se trata de encontrar qué propiedades tienen unos y otros. Identificar los determinantes que se muestran a cada lado de la distinción, aunque es importante, representa únicamente contar con los datos que hay que analizar; el objetivo es definir la distinción mediante las propiedades que presentan los determinantes.
Lecturas distributivas y colectivas
En primer lugar, podemos advertir que unos4 y los numerales (de dos en adelante) sí generan en la oración las lecturas distributiva y colectiva; mientras que algunos, varios, pocos y muchos sólo permiten la lectura distributiva:
Sin más contexto, a partir de las oraciones (8) y (9) cabe preguntarse lo siguiente: ¿Cada maestro presentó un proyecto o colectivamente presentaron un solo proyecto? (8a). ¿Cada estudiante llegó con una mascota o en grupo llegaron con una sola? (8b). ¿Cada secretario de estado concedió una rueda de prensa, o hubo una sola rueda de prensa con los cuatro secretarios de estado? (9a). ¿Una suma de más de 20 millones de dólares fue el total de lo que exportaron las 25 empresas, o cada una exportó esa suma de dinero? (9b). Las oraciones de (10) a (13) no generan el mismo tipo de duda, puesto que no dan lugar a la lectura colectiva; con ellas entendemos que se está informando que hay alcaldías que consumen, cada una, el 15% del suministro de agua; que de un subgrupo de chavos, cada uno traerá un six; que hubo comisiones que entregaron un informe, cada una; que varios paleontólogos ofrecieron una pieza, cada uno; que fueron muchos los estudiantes que presentaron un diseño, cada uno; que fueron muchas las instructoras que llegaron con un invitado, cada una; que fueron pocos los pintores que donaron su trabajo individualmente y pocos los jugadores que colaboraron, cada uno, con cien pesos.
Los datos muestran que hay una distinción entre unos y los numerales, por un lado, y los determinantes algunos, varios, muchos y pocos, por otro. Con unos y con los numerales pueden surgir las lecturas colectiva y distributiva; con los otros determinantes únicamente tenemos la lectura distributiva. Una vez identificados los determinantes, en la búsqueda de las propiedades de los seis determinantes que permiten generar las lecturas en la manera diferenciada que hemos observado, nos preguntamos por características gramaticales que resulten concomitantes con dicha distinción.5 Evidentemente esas características no consisten en el hecho de que sean determinantes, de que sean indefinidos o de que sean plurales,6 pues todos los términos que estamos analizando lo son; tampoco se trata de la diferencia entre tener la propiedad de cardinalidad o de proporcionalidad, veamos por qué. Para encontrar la diferencia entre el sentido de cardinalidad y el de proporcionalidad, consideremos la estructura:
Q caballos galopan
Sustituimos “Q” por cada determinante y respondemos si, de acuerdo con los expresado en cada caso, la intersección entre el conjunto de individuos nombrados con el sustantivo del sujeto y el conjunto de los que tienen la propiedad mencionada en el predicado nos arroja algún número cardinal o sólo una proporción entre dichos conjuntos:
Vemos entonces que varios se alinea con los numerales y con unos (su intersección nos arroja un número cardinal), que algunos se alinea con muchos y con pocos (su intersección nos arroja una proporción); por tanto la distinción entre cardinalidad y proporcionalidad no es concomitante con la distinción entre los determinantes que generan sólo lectura distributiva en la oración y los que generan ambas lecturas, distributiva y colectiva.8
Dirigiremos ahora el análisis a los terrenos de las lecturas específicas e inespecíficas, para encontrar cuáles de nuestros determinantes tienen la posibilidad de tener una lectura con especificidad referencial en contextos de modalidades desiderativa, deóntica y epistémica, así como en el contexto de cláusulas condicionales (como las iniciadas por si). La especificidad de las frases nominales en los contextos mencionados ha sido objeto de los análisis “de alcance”. Se trata de uno de los tres tipos de especificidad (y una manera de describirla) que han sido tratados en una larga tradición (los otros dos son la especificidad epistémica y la partitiva: Farkas y Brasoveanu, 2019; no me referiré a estos dos). Los distintos tipos de especificidad están relacionados con la noción comunicativa de “intención referencial”, esto es que el hablante expresa una frase con la intención de hablar de alguna entidad en particular, como apunta Heusinger (2011). Cuando decimos “Quiero ver una película”, podemos tener una intención referencial al usar la frase una película y entonces la interpretación será que queremos ver una película en particular, con una lectura específica de la frase indefinida; o podemos estar expresando, con la misma oración, que queremos ver algo de cine y, en este caso, estaremos usando la frase una película de manera inespecífica. En la oración mencionada, la frase indefinida aparece en el contexto modal desiderativo generado por el verbo querer. Las frases nominales que, en la estructura semántica, quedan dentro de contextos modales (como desear, querer, ser posible, tener que, o dentro del contexto del condicional si) no refieren realidades particulares, permanecen en un nivel intensional (opuesto al extensional), no “aterrizan” en una referencia del “mundo real”. En la representación de la estructura semántica del ejemplo de arriba, una manera de describir formalmente la interpretación específica de una película consiste en mover esa frase nominal fuera del contexto de la modalidad (a la izquierda de la expresión modal); decimos que así la modalidad no tiene alcance sobre dicha frase, ésta queda fuera del contexto modal y representa la intención referencial del hablante; la correspondiente representación formalizada se leería: ‘Existe una película tal que quiero verla’. La interpretación inespecífica se representaría en la semántica manteniendo la frase nominal en el lugar donde se ubica originalmente en la oración, dentro del contexto modal.9 El condicional si también genera un contexto intensional; en “Si llueve no podremos ir al campo” no es una realidad la lluvia, se mantiene en el limbo de la intensionalidad. Se sabe que algunas frases nominales pueden tener lecturas específicas en oraciones condicionales y que también existen frases nominales que pueden tener lecturas específicas en oraciones modales. En su representación semántica, en ambos casos se representaría la frase nominal fuera del alcance del condicional y de la expresión modal, según corresponda. Se requería averiguar cuáles de nuestros determinantes presentan esa característica.
Contextos modales
Se sabe que algunos determinantes son “muy potentes” porque pueden mantener una interpretación específica cuando aparecen en la oración como complementos de expresiones modales. Continuando con la representación semántica de la especificidad de alcance (descrita en el apartado anterior), se dice que algunas frases “pueden saltar” la barrera del contexto modal (o del condicional). Nuestro análisis se dirige ahora a indagar cuáles de nuestros determinantes podemos interpretar con una lectura específica cuando aparecen como complementos de una modalidad desiderativa:
La aparición de algunos amigos y de unos amigos respectivamente en (20a) y en (21a) parecen igualmente aceptables; lo que expresa la cláusula causativa en ambas oraciones no requiere que deban interpretarse las frases indefinidas de las cláusulas subordinantes con lectura específica; en cambio (21b) resulta más aceptable que (20b), porque en estas oraciones el contenido de la cláusula causativa supone un antecedente con lectura específica, que difícilmente puede tener algunos amigos.10 Con (22a) tampoco se entiende que se esté refiriendo a determinados libros de manera específica, a diferencia de (22b), en donde unos libros sí es posible que tenga esta lectura. En los tres pares de ejemplos vemos que en el contexto de modales desiderativos, algunos no tiene una lectura específica, a diferencia de unos. Consideremos otro caso de contexto desiderativo; para ello, vamos a emplear la siguiente estructura:
Deseo que lleguen Q invitados; son Juan, María, Rocío y Carlos
Al sustituir en la estructura anterior “Q” por cada determinante, encontramos que la construcción resulta aceptable con unos y con el numeral cuatro, pero no resulta aceptable, o por lo menos no tan natural,11 con muchos, pocos, algunos y varios:
La diferencia en la aceptabilidad se debe a que el determinante de la frase nominal indefinida que aparece de (25) a (28) no permite la lectura específica,12 por lo que resulta extraño identificar unos referentes (mediante el verbo ser) con dicha frase nominal.
Veamos lo que sucede con los determinantes en un contexto de modalidad deóntica; para ello, propongo lo siguiente. Consideremos dos situaciones semejantes, pero con una diferencia entre ellas. En ambas situaciones estamos viendo a un sobrino sin energía; pensamos que lo que le hace falta es tomar vitaminas y sabemos (o creemos saber) cuáles son las vitaminas que le hacen falta. La segunda situación es semejante a la primera; pero, aunque pensamos que le hacen falta vitaminas a nuestro sobrino, no sabemos cuáles son las que le hacen falta. Nos dirigimos al sobrino mediante la siguiente estructura, sustituyendo en ella “Q” por cada determinante:
Deberías tomar Q vitaminas
En cualquiera de las dos situaciones resultaría adecuado enunciar la oración (29); es decir, ya sea con una intención referencial (específica) de unas vitaminas, o de manera inespecífica. La oración (30) parece ser más adecuada en la primera situación, con un uso específico de cuatro vitaminas. Las oraciones de (31) a (34) resultarían más adecuadas en la segunda situación que en la primera, con un sentido inespecífico de la frase nominal.
Pasemos ahora a un contexto de modalidad epistémica:
Si agregamos la continuación “porque se los presenté y le cayeron muy bien” resultaría más adecuada la construcción completa con las oraciones (35) y (36) que con las oraciones de (37) a (40), debido a que en la estructura causal agregada, el objeto directo los y el sujeto de cayeron muy bien requieren un antecedente referencialmente específico. En una de las posibles interpretaciones de (35) y de (36) entendemos que se está haciendo referencia a unos amigos determinados; esta interpretación no la tienen (al menos no de manera natural) las oraciones que contienen los determinantes algunos, varios, muchos y pocos.
Alonso-Ovalle y Menéndez Benito (2011) han encontrado que con algún surge el llamado efecto “epistémico” de desconocimiento (efecto presentado, entre otros, por Aloni y Port, 2006) y señalan que el plural algunos no tiene el mismo efecto; estos autores ofrecen ejemplos como los siguientes: “María se casó con algún médico” / “María vive con algunos estudiantes”.13 Coincidimos con los autores. A pesar de que hemos encontrado la adecuación de frases que tienen el determinante algunos en situaciones de desconocimiento de un posible referente por parte del hablante, esta interpretación de ignorancia se presenta debido a los contextos modales aquí analizados, pero no está convencionalizada en el léxico de algunos, como puede constatarse al aparecer con un uso específico en otros contextos: “Te traje algunas películas; espero que te gusten, son mis favoritas”; en este caso, como objeto de un predicado que genera un contexto extensional.
Con los ejemplos anteriores hemos podido mostrar que en contextos modales desiderativos, deónticos y epistémicos, la diferencia entre los determinantes con los que puede surgir la especificidad referencial de la frase (unos y los numerales) y los que la mantienen inespecífica (algunos, varios, muchos y pocos) resulta concomitante con la diferencia entre los determinantes con los que la frase puede tener una lectura colectiva y los que posibilitan únicamente la lectura distributiva.
Contextos condicionales
Nos dirigimos ahora a encontrar cuáles de nuestros determinantes pueden tener una lectura específica en oraciones condicionales. Para ello acudimos primero a la siguiente estructura:
Si Bernardo resuelve Q casos,…
Nuevamente sustituimos “Q” por cada determinante:
Notamos que con unos y con cinco, puede interpretarse que se hace referencia a ciertos casos específicos o a cualesquiera de ellos, con tal de que sean dos o más en (41) o cinco casos en (42); es decir que en una de sus interpretaciones presentan una lectura específica. En cambio, con muchos, pocos, algunos y varios, se entiende que si Bernardo resuelve cualesquiera de los casos, con tal de que sean muchos, será muy reconocido (43), si son pocos, no será aprobado (44), si son por lo menos tres o cuatro, sí será aprobado (45 y 46). No surge con estos cuatro determinantes la especificidad. Martí (2006), en su estudio experimental del dialecto madrileño, encuentra que algunos es sensible al condicional, ya que éste origina una barrera en la estructura que encabeza, haciendo de ella un isla sintáctica (de manera semejante a lo que sucede con los cuantificadores y a diferencia de otros indefinidos); esto significa que algunos no puede salirse de los contextos intensionales que hemos presentado, por lo que su interpretación en ellos resulta inespecífica, tal y como hemos mostrado. Veamos un ejemplo más, con la estructura de un diálogo:
Sustituimos “Q” por cada determinante:
La pregunta del diálogo propuesto: “¿Cuáles?” resulta adecuada cuando la frase nominal del turno anterior se inicia con unos o con un numeral, pero no resulta afortunada con los otros determinantes, porque éstos no dan lugar a interpretar que los problemas que deban resolver los estudiantes sean unos determinados, sino cualquiera.
Observamos que los mismos determinantes que pueden darle a la frase nominal una lectura específica en los contextos modales presentados, tienen la posibilidad de saltarse la barrera sintáctica del condicional si, por lo que generan la referencia específica también en este contexto; mientras que los determinantes que no le dan a la frase una especificidad referencial en dichos contextos modales, no logran saltar la barrera del condicional, surgiendo con ellos la interpretación de ‘cualquiera’.
Constatamos, por tanto, que la característica de especificidad en ciertos contextos modales (desiderativo, deóntico y epistémico), así como en el contexto marcado por el condicional si, resulta concomitante con la posibilidad de originar la lectura colectiva (además de la distributiva); y la inespecificidad en dichos contextos corresponde a los determinantes que sólo generan la lectura distributiva.
Lectura de reciprocidad
Pasemos ahora a ver qué sucede con la posibilidad de que la oración tenga una lectura de reciprocidad. Como presentamos desde un principio, en García Fajardo (1984/1985) se consideraba que sólo las frases nominales que generan lecturas colectivas podían presentar en la oración una interpretación de reciprocidad, debido a que el sentido de conjunto permitía una relación entre los miembros del conjunto;14 y hay que recordar que en aquel trabajo se pensaba que la pluralidad era uno de los factores suficientes para darle a la frase el sentido de conjunto. Sin embargo, aquí hemos mostrado que no todas las frases indefinidas plurales tienen sentido de conjunto. En consecuencia, con lo encontrado en el presente trabajo, surge ahora la pregunta: ¿Con toda frase plural puede generarse en la oración la lectura recíproca o sólo con las frases que tienen un sentido de conjunto y, por lo tanto, pueden tener lectura colectiva? Ejemplificamos la reciprocidad en Antecedentes con una oración que contiene una frase plural con sentido de conjunto; se trataba de una frase definida: “Los cachorros se mordisquearon (unos a otros)”. Hemos encontrado que, de todos nuestros determinantes indefinidos de pluralidad, sólo unos y los numerales tienen el sentido de conjunto, sentido que puede generar la lectura colectiva. Constatamos ahora que éstos permiten la interpretación recíproca en la oración:
Podemos entender que los compañeros mencionados se ensalzan a sí mismos, cada uno de ellos, o recíprocamente entre ellos; y que los comediantes no se apreciaron a sí mismos, de manera individual, o entre ellos.15 De manera semejante, es posible entender, con (54), que cada una de las cuatro senadoras se contradijeron a sí mismas o entre ellas, recíprocamente, y que cada niño se estaba echando agua, o se la echaban entre ellos. Notamos que las oraciones que contienen determinantes con los cuales se origina la lectura colectiva -unos y el numeral- tienen claramente una interpretación de reciprocidad (además de la interpretación reflexiva). Lo que ahora corresponde es averiguar si la reciprocidad puede obtenerse con oraciones que contienen frases indefinidas plurales con determinantes que no tienen sentido de conjunto:
Vemos que los predicados ensalzarse, exigirse, echarse agua, contradecirse, distanciarse pueden aplicarse a las frases nominales que contienen los determinantes algunos, varios, pocas(os) y muchos, de manera recíproca (además de reflexiva; y en 58a, además de expresar que los amigos se distanciaron de un tercero o de la primera persona), como sucedía con unos y los numerales. Y podemos notar que esto no ocurre con los cuantificadores todo y cada, con los cuales surge únicamente la lectura reflexiva:
Encontramos, por consiguiente, que la posibilidad de tener en la oración una interpretación recíproca no es privativa de las frases que permiten una lectura colectiva. Pero tampoco se presenta con toda frase que refiera a más de uno (puesto que también las frases con todo y con cada refieren a más de uno), sino que puede presentarse con todas las frases que son plurales morfológicamente (no sólo semánticamente). Esto es, la reciprocidad no está basada en el valor semántico de conjunto de la frase nominal, a partir del cual se origina la lectura colectiva, sino en su morfología plural.
Conclusión
Con el presente análisis hemos podido responder las preguntas planteadas en los Antecedentes, dirigidas a revisar lo propuesto en investigaciones anteriores. En cuanto a la cuestión de qué determinantes indefinidos plurales pueden generar en la oración la interpretación colectiva, además de generar la interpretación distributiva, hemos podido identificarlos mediante sus propiedades funcionales; se trata de los determinantes indefinidos con morfema de plural que le dan a la frase una lectura de especificidad en contextos modales (desiderativos, deónticos y epistémicos) y que pueden salir de la barrera del condicional. Mostramos que los determinantes que no tienen estas propiedades funcionales no generan interpretaciones colectivas en la oración. Con respecto a los determinantes que permiten manifestar la lectura recíproca en las oraciones, encontramos que esta lectura no se presenta únicamente en las oraciones que contienen un sujeto con determinante generador de interpretación colectiva, sino en todas las oraciones que contienen un sujeto con determinantes morfológicamente plurales.