1. Introducción
Los marcadores discursivos constituyen una categoría funcional compuesta por elementos de diversa naturaleza sintáctica cuya función principal consiste en explicitar la relación entre los enunciados. Esto implica que su significado es procedimental, es decir, los marcadores guían las inferencias que se obtienen de la comunicación e indican al interlocutor la manera en la que se debe interpretar el elemento sobre el que inciden en relación con el contexto discursivo. La función de los marcadores discursivos, entonces, es metatextual (Briz Gómez, 1993; Curcó, 2004; Flores Dávila, 2019; Heine, 2013; Martín Zorraquino y Portolés Lázaro, 1999).
Desde una perspectiva diacrónica, los marcadores discursivos proceden de la evolución de un sintagma que va perdiendo sus capacidades combinatorias, al mismo tiempo que cambia su significado conceptual por uno procedimental. Este cambio estaría motivado por el interés que tienen los hablantes en facilitar la comprensión de su mensaje, brindando instrucciones a su interlocutor sobre cómo interpretarlo. Atendiendo, además, a las tendencias que convergen en el desarrollo de los marcadores discursivos, este proceso se ha caracterizado como una instancia de gramaticalización. Ahora bien, considerar que el desarrollo de un marcador discursivo constituye un caso de gramaticalización implica partir de una definición amplia de la gramática, la cual comprendería no sólo el conocimiento que tienen los hablantes de fonología, morfología, sintaxis y semántica, sino que incluiría también el conocimiento de la pragmática y las funciones discursivas (Brinton, 2017; Degand y Evers-Vermeul, 2015; Diewald, 2011; Flores Dávila, 2019; Martín Zorraquino y Portolés Lázaro, 1999; Traugott, 1995; Traugott y Dasher, 2002).
El presente trabajo, entonces, se centra en el estudio del marcador discursivo antes di que, documentado en el español contemporáneo de México, y cuyo uso se puede observar en los ejemplos de (1).
(1)
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-¡Huele de la chingada! -profirió alguien más, tapándose la boca con el ala de su sombrero de palma al entrar. -¿Qué querías, cabrón, una limosina? En esta madre transportan frutas y verduras. Antes di que encontramos algo pa’ llevarlos (2009, Askari Mateos, Carretera 77, CORPES XXI)
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y medio me dieron una camioneta/ pero una camioneta de las chiquitas como las tornado/ son unas chiquititas pero pues eran estándar y esas ni las sé manejar// y se me paró un montón de ve- antes di que no me paró ni una patrulla (2019, H-29-Alto, AMERESCO)
Aún no se cuenta con estudios específicos sobre el marcador antes di que. La única descripción disponible se encuentra en el Diccionario del Español de México(DEM), donde se dice que la locución indica que “lo ocurrido pudo ser mucho peor o que pese a lo sucedido debe reconocerse que se tuvo algo de suerte”, asimismo, se propone que el marcador puede ser reemplazado con por suerte, para su bien o de milagro (2019, s. v. antes). Así, en los contextos de (1), antes di que efectivamente puede ser fácilmente sustituido por de milagro, por ejemplo. No obstante, si bien la caracterización del DEM resulta adecuada, describe el funcionamiento del marcador sólo parcialmente, pues, como se intentará mostrar a lo largo del trabajo, el funcionamiento de antes di que es algo más complejo.
Así, el propósito de esta investigación es determinar, de manera detallada, cuántas y cuáles son las funciones discursivas de antes di que, a partir de datos de uso del español contemporáneo de México. Asimismo, se busca proponer una ruta de cambio diacrónico que explique el desarrollo de la locución y la adquisición de sus funciones discursivas, caracterizando el proceso como un caso de gramaticalización.
Al tratarse de una forma compleja, proveniente de la combinación de di y antes, la hipótesis que se plantea es que el marcador cuenta con una función doble. Por una parte, como aporte del imperativo, antes di que apelará directamente al oyente desempeñándose como un imperativo intelectual, por medio del cual el hablante plantea a su interlocutor un punto de vista subjetivo y lo invita a considerarlo, con el objetivo de conseguir un acercamiento o un acuerdo que permita obtener una interacción más solidaria y facilitar el avance de la comunicación (Guillén Escamilla, 2022; Van Olmen, 2013). Por otra parte, como resultado de la influencia de antes, la locución servirá como marcador de contraste, es decir, indicará que, desde la perspectiva del hablante, el punto de vista que este plantea entra en conflicto con otro elemento del contexto (Mauri, 2008). El conflicto resulta acentuado, además, debido a que el hablante presenta su punto de vista como positivo en contraste con un contexto adverso. De esta manera, antes di que presenta un evento o planteamiento que el hablante evalúa positivamente (en oposición a un contexto negativo) y, al mismo tiempo, llama al interlocutor a considerar la validez de esta evaluación para alcanzar un acuerdo.
En cuanto a la metodología, el estudio parte de un análisis de corpus, con el objetivo de contar con un número amplio de datos diversos, provenientes de contextos comunicativos reales. De esta manera, se recolectaron datos de distintos corpus de uso, tanto sincrónicos como diacrónicos, así como de redes sociales. Para la determinación de las funciones de antes di que, los datos fueron analizados cualitativamente con respecto a las relaciones que establecía el marcador entre los elementos discursivos vinculados. En cuanto al desarrollo diacrónico, los datos históricos disponibles fueron utilizados para determinar los cambios por los que atravesó la secuencia antes di que hasta convertirse en un marcador discursivo.
Los resultados de la investigación muestran que antes di que es, efectivamente, un marcador propio de contextos de contraste. De esta manera, su función básica será introducir un punto de vista que el hablante evalúa como positivo y llamar al interlocutor a considerarlo. Asimismo, en cuanto al establecimiento de contrastes, el marcador podrá desempeñarse, además, como marcador de oposición, como marcador de contraexpectativa o como focalizador escalar. En cuanto al desarrollo diacrónico, se encontró que el proceso de gramaticalización de antes di que requirió de dos condiciones: por un lado, la evolución, previa e independiente, de antes a conjunción adversativa exclusiva, y por otro, la posibilidad de interpretar el verbo decir como un verbo mental semejante a considerar. La combinación de estos factores habría propiciado el proceso de gramaticalización de la locución y sería, además, la base para el desarrollo de la doble función del marcador discursivo.
Además de la presente introducción, el resto del trabajo está organizado en cuatro apartados. En §2, se describe la metodología utilizada para la realización de la investigación. Las funciones de antes di que se describen en §3. En §4, se propone un análisis diacrónico del desarrollo del marcador. Finalmente, en §5, se presentan las conclusiones que cierran el trabajo.
2. Metodología
Con el objetivo de determinar las funciones del marcador discursivo a partir de datos de uso del español mexicano contemporáneo, se buscó la secuencia antes di que, así como sus variantes: antes {diga/digan} que, en distintos corpus: el Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de México(CSCM) (Martín Butragueño y Lastra, 2011, 2012, 2015), el Corpus de Conversaciones Ameresco(AMERESCO) (Maldonado Soto, 2019), el Corpus de Referencia del Español Actual(CREA) (Real Academia Española) y el Corpus del Español del Siglo XXI(CORPES XXI) (Real Academia Española). Asimismo, se realizó una búsqueda en el Corpus Diacrónico del Español(CORDE) (Real Academia Española), con el objetivo de recolectar datos históricos (no necesariamente de México) que permitieran trazar la ruta de cambio de la locución estudiada. Sin embargo, en ninguno de estos corpus se encontraron suficientes datos: en el CSCM, no se encontró ninguna aparición; en AMERESCO, se hallaron dos casos; en CREA, uno; en CORPES XXI, se encontraron dos, y en CORDE, ocho más.
Ante la escasa aparición de antes di que en estos corpus, se recurrió a la red social X (antes Twitter) para obtener más ejemplos. Dentro de esta red social, se buscaron las secuencias mencionadas, y se establecieron parámetros de búsqueda para obtener únicamente publicaciones de México. Así, cada vez que se encontraba alguna de las formas de interés, se recuperaba la publicación, así como las respuestas (si las incluía), debido a que servían de contexto. Dado que no todos los usuarios hacen pública su ubicación, sólo pudieron recuperarse 102 publicaciones, provenientes de México, realizadas entre enero del 2011 y octubre del 2022.
Así, la muestra total de datos se compone de 117 ejemplos. Por una parte, los datos sincrónicos (obtenidos de X, CORPES XXI, AMERESCO y CREA) se analizaron cualitativamente para determinar las funciones de antes di que en el español contemporáneo de México. Por otra, los pocos datos diacrónicos recuperados del CORDE se utilizaron para proponer un camino de cambio que pudo haber conducido del significado literal a la función discursiva de antes di que.
Para la determinación y análisis de las funciones discursivas de antes di que, se tomó en cuenta el análisis que hacen Mauri (2008) e Izutsu (2008) sobre el contraste: el hecho de que el hablante perciba dos estados de cosas como conflictivos entre sí. Asimismo, se echó mano de la descripción que hace Krifka (2008) sobre el foco, entendido como un elemento que requiere la activación de un paradigma de opciones para su adecuada interpretación. En cuanto al desarrollo diacrónico de la locución, se parte de una definición amplia de la gramática, dentro de la cual se incluye no sólo el conocimiento morfosintáctico y semántico, sino también pragmático y discursivo, por lo que el desarrollo de funciones metadiscursivas por parte de un elemento se considera una instancia de gramaticalización (Degand y Evers-Vermeul, 2015; Diewald, 2011; Traugott, 1995); asimismo, se recurre al concepto de subjetivización, proceso por medio del cual un elemento pasa de describir los hechos del mundo a explicitar la perspectiva que el hablante tiene sobre ellos (Traugott y Dasher, 2002), así como al de intersubjetividad, concerniente a la concepción que tiene el hablante sobre el interlocutor en tanto que participante del discurso (Ghesquière et al., 2014). Cada uno de estos conceptos será tratado con mayor detalle en apartados posteriores.
3. Funciones de antes di que
La propuesta que se plantea para el análisis de antes di que es que este marcador cuenta con dos funciones: por una parte, como imperativo intelectual, y por otra como elemento indicador de contraste. En cuanto a la primera, el marcador permitirá al hablante plantear un punto de vista e invitar al interlocutor a considerarlo para establecer un acuerdo (Guillén Escamilla, 2022, pp. 10-11). Con respecto a la segunda, por medio de antes di que el punto de vista del hablante resulta evaluado como positivo dentro de una relación de contraste. Así, se establece una comparación entre dos elementos conflictivos (Mauri, 2008, pp. 120-121), y el marcador señala aquel que el hablante considera mejor de los dos. De esta manera, el marcador puede aparecer en contextos en los que establece relaciones de oposición (§3.1), de contraexpectativa (§3.2), o de focalización escalar (§3.3).
3.1 Oposición11
Las relaciones de oposición consisten en la contraposición del contenido proposicional de dos oraciones, las cuales presentan dos elementos mutuamente excluyentes dentro de un mismo dominio o escala (Izutsu, 2008, p. 658). De esta manera, en (2a), se compara a dos personas contrastando sus atributos, los cuales ocupan regiones exclusivas (grande ≠ pequeño) dentro de la escala de tamaño. Asimismo, dado que la oposición se da directamente entre el contenido semántico de las oraciones, esta puede ser inferida aun si se utiliza un marcador de coordinación más general (2b) o si no se utiliza ningún conector (2c) (Izutsu, 2008, p. 653).
(2)
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Juan es grande mientras que María es pequeña
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Juan es grande y María es pequeña
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Juan es grande. María es pequeña
El funcionamiento de antes di que dentro de contextos de oposición puede observarse en los ejemplos de (3), en los cuales los hablantes oponen dos eventos; de ellos, antes di que introduce aquel que es evaluado positivamente. Asimismo, por medio del marcador, se invita al interlocutor a considerar, e incluso aceptar, la validez de la evaluación, para alcanzar un acuerdo. Esto es especialmente relevante debido a que el marcador aparece en una intervención reactiva, por medio de la cual el hablante puede manifestar su desacuerdo con lo anteriormente expresado por el interlocutor (Grupo Val.Es.Co, 2014, p. 19).
(3)
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A: Qué triste. Ya no discuten conmigo públicamente @DiegoFonsecaDF ni @dmiklos Voy a hablar mal de la Iglesia del Rock Argentino para ver si me pelan
B: Antes di que a ti te pelan. A mí me tienen aventado como un bulto (X, 2021)
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A: @lorenzocordovav se equivocó, pero proceder por la vía penal con una denuncia ante la @FGRMexico es un exceso que afecta la reputación de un gobierno democrático
B: Y antes di que ya hay agallas para denunciar a quienes violan las leyes. Antes no. Estás mal amigo, ningún exceso. Se cumple a cabalidad con lo que dejaron de hacer los legisladores desde la era de la simulación (X, 2021)22
De esta manera, en (3a), A se queja de que sus amigos ya no le hablan como antes, y B le hace ver que, en comparación con su propio caso, el estado de cosas del que se queja A es en realidad positivo. En (3b) sucede algo similar: A critica el proceso legal iniciado contra un tercero, y B le responde que ese evento que considera negativo, en realidad, no lo es: se está cumpliendo con las leyes como anteriormente no se hacía; el resto del comentario de B elabora sobre esta idea. Así, por medio del marcador, el hablante destaca un elemento que evalúa como positivo en relación con un contexto negativo o contrario, y llama la atención del interlocutor para que considere esta evaluación como válida, logrando con ello un acuerdo y alineando sus intereses.
La doble función de antes di que como imperativo intelectual y como indicador de contraste, entonces, se puede parafrasear utilizando dos marcadores diferentes, como en los ejemplos de (4). Por una parte, el imperativo date cuenta, que invita al interlocutor a considerar la información presentada por el hablante (cfr. DLE, 2014, s. v. cuenta). Por otra, marcadores como por lo menos o al menos, los cuales, justamente, destacan un elemento positivo dentro de una situación desfavorable (cfr. DPDE, 2008, s. v. por lo menos; al menos).33 La falta de alguno de estos marcadores, sin embargo, nos daría contextos en los que alguna de las dimensiones no queda claramente señalada: si sólo se utiliza date cuenta, no se establece claramente la contraposición de los elementos, y si sólo se utiliza por lo menos o al menos, no se llama activamente al interlocutor a considerar el punto de vista del hablante. Antes di que, de esta forma, conjunta ambas funciones como resultado de la persistencia del significado de sus componentes: el imperativo del verbo decir y el adversativo antes, como se verá en §4.
(4)
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Date cuenta, {por lo menos/al menos} a ti te pelan. A mí me tienen aventado como un bulto
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Date cuenta, {por lo menos/al menos} ya hay agallas para denunciar a quienes violan las leyes. Antes no
3.2 Contraexpectativa
En las relaciones de contraexpectativa, la coexistencia de dos estados de cosas resulta problemática para el hablante en tanto que contraviene el orden de las cosas que este asume como esperado (Izutsu, 2008, pp. 661-662). Así, el contraste por contraexpectativa se da no entre el contenido proposicional de dos cláusulas (como en la oposición), sino entre las asunciones o expectativas que despierta una oración y el contenido proposicional de la siguiente (Izutsu, 2008, p. 663). Debido a esto, a diferencia de lo que sucede con la oposición, las relaciones de contraexpectativa requieren la presencia de marcadores específicos, pues son más difíciles de inferir a partir de la simple coordinación o yuxtaposición de las oraciones, de esta manera “the presence of an overt marker makes the presence of a conflict explicit and furthermore tells the hearer that he has to look for an assumption contrasting with the second State of Affairs” (Mauri, 2008, p. 143).
(5)
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Juan es joven, pero tiene experiencia
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Juan es joven y tiene experiencia
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Juan es joven. Juan tiene experiencia
Así, en (5a), a partir de la primera oración se genera la idea de que una persona joven no suele ser muy experimentada, por lo que esta asunción entra en conflicto con la oración siguiente: Juan tiene experiencia. Asimismo, puede observarse que, si el marcador es reemplazado por un elemento genérico (como la conjunción y) o es eliminado, se dificulta obtener una interpretación de contraexpectativa: tanto en (5b) como en (5c) se afirman dos estados de cosas sin que se instruya al interlocutor a buscar un conflicto entre ellos a partir de las expectativas o asunciones que puedan generar.
Así, además de su función como imperativo intelectual, en contextos como los de (6), antes di que cumplirá el objetivo adicional de señalar el tipo de conflicto que se establece entre las oraciones que conecta, indicando al interlocutor que debe oponer el valor proposicional de la oración que introduce con las expectativas generadas a partir del contexto previo. De esta manera, en estos casos, antes di que facilita la construcción del discurso al vincular dos oraciones y especificar la manera en la que deben entenderse.
(6)
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A: Tarde rumbo al trabajo pero me duele mi panza
B: pinchi irresponsable
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A: amanecí mal de la panza antes di que vine jajaj (X, 2013
Vengo escribiendo y caminando antes digan que no me rompi la madre jaja (X, 2013)
Así, en (6a), A comenta que acudió a trabajar a pesar de su malestar, es decir, lo esperable era que no se presentara al trabajo ese día. Algo semejante sucede en (6b), donde el hablante expresa que no ha sufrido ningún accidente, a pesar de que el resultado esperable de ir caminando y viendo el celular es tropezar y caer. De esta manera, de las dos oraciones que vincula antes di que, la primera genera una expectativa negativa (no ir a trabajar, accidentarse), que entra en conflicto con la oración introducida por el marcador, la cual presenta una resolución final que se evalúa positivamente en la medida en que resulta inesperada. El marcador, asimismo, invita al interlocutor a considerar la validez de esta evaluación para alcanzar un acuerdo, como en (6a); sin embargo, en un caso monológico como (6b), no hay un interlocutor al cual intentar convencer, por lo que podría ser que el hablante se dirigiera a un interlocutor indeterminado: cualquiera que lea esta publicación.
Ahora bien, es posible observar que antes di que funciona como un marcador de contraexpectativa, ya que, si se elimina, el contraste es menos claro.
(7)
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Amanecí mal de la panza. Vine jajaj
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Vengo escribiendo y caminando. No me rompi la madre jaja
De esta manera, en los casos (7), se afirman dos estados de cosas, sin más instrucciones sobre su interpretación. En (7a), la contraexpectativa es recuperable de alguna manera: dado que los contenidos proposicionales de las oraciones no resultan directamente comparables, el interlocutor buscará una interpretación relevante del contexto (Curcó, 2004, p. 184; Mauri, 2008, p. 143). No obstante, en (7b), la interpretación es más difícil: sin el marcador, podría obtenerse una relación causal, pero con una formulación irónica, en la que el hablante utiliza una proposición negada para implicar lo contrario, es decir, que sí se rompió la madre. Así, se observa que antes di que incorpora en estos contextos un significado instruccional y una función como elemento creador de cohesión discursiva.
Como en el caso de la oposición, el funcionamiento de antes di que se puede desdoblar en dos marcadores, como en los ejemplos de (8). Así, el imperativo date cuenta, llama la atención del interlocutor para que considere lo que plantea el hablante, y los marcadores por lo menos o al menos indican que el elemento introducido resulta positivo en relación con una circunstancia (esperada) negativa o adversa.
(8)
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amanecí mal de la panza, date cuenta, {por lo menos/al menos} vine jajaj
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Vengo escribiendo y caminando, dense cuenta, {por lo menos/al menos} no me rompi la madre jaja
3.3 Focalizador 4
Los focalizadores enfatizan un elemento dentro del mensaje, y al hacerlo activan un paradigma de alternativas compatibles con el elemento focalizado, las cuales podrían ocupar su lugar dentro de la oración, pero cuya realización queda excluida (De Cesare, 2010; Krifka, 2008; Molnár, 2006; Molnár y Winkler, 2010). De esta manera, los elementos focalizados se encuentran en una relación de contraste con el resto del paradigma, ya que, por una parte, se integran bajo el mismo dominio, y por otra, son mutuamente excluyentes: la realización de un elemento implica que el resto del paradigma queda excluido (Molnár, 2006).
Así, en (9), Juan constituye el foco del mensaje, introducido por el adverbio focalizador sólo; al ser focalizado, se activa un paradigma de temas o cosas sobre las que María pudo haber hablado, o de las que se esperaba que hablara, pero no lo hizo. De esta forma, el elemento focalizado se encuentra en una relación de contraste con el resto del paradigma.
El uso de antes di que como focalizador se puede observar en los ejemplos de (10). En este tipo de contextos, antes di que se desempeña específicamente como un focalizador escalar: dentro del paradigma activado, los elementos quedan ordenados escalarmente y aquel introducido por el marcador constituye el extremo más bajo dentro del grupo (Krifka, 2008, p. 259). De esta manera, dado que el marcador introduce el elemento que el hablante considera positivo dadas las circunstancias, antes di que indicará que contar con el extremo más bajo de la escala constituye el mejor estado de cosas posible dado el contexto, e invitará al interlocutor a considerar esta evaluación.
(10)
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A: Deberían de dejarnos ir a nuestras casas, ¿cómo se piensan que uno puede trabajar con las manos congeladas
B: que no tienen aire acondicionado?
A: Jajajaja que es eso?? antes diga que tenemos escritorio XDDD. Nah, no tenemos eso (X, 2016)
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No, ni me molesten, no vengo maquillada, antes digan que me bañe jaja (@ Perisur w/ 3 others) (X, 2012)
Así, en (10a), por medio del marcador, el hablante establece que en su lugar de trabajo únicamente cuentan con escritorios, lo que constituye el grado más bajo dentro del paradigma de elementos con los que se podría equipar una oficina. Asimismo, antes di que presenta el sólo tener escritorios como una situación evaluada positivamente, por lo que se infiere que el estado de cosas en el que se encuentra el hablante constituye el mejor posible dadas unas circunstancias adversas inespecíficas. Algo semejante sucede en (10b), donde por medio de antes di que la hablante focaliza el evento de haberse bañado, el cual constituye el extremo mínimo dentro del paradigma de cuidados personales, y de nuevo el evento focalizado se evalúa positivamente, implicando que es lo mejor o lo más que se puede obtener en ese contexto.
En estos casos, la función focalizadora de antes di que se hace patente si se elimina. Al estar ausente el marcador, ningún elemento se constituye como foco del mensaje, por lo que no activa ningún paradigma que sirva como escala de comparación. De esta manera, se pierde el contexto con respecto al cual el elemento es relevante y en relación con el cual ha de interpretarse (cfr. De Cesare, 2010, p. 112).
(11)
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A: Deberían de dejarnos ir a nuestras casas, ¿cómo se piensan que uno puede trabajar con las manos congeladas?
B: que no tienen aire acondicionado?
A: Jajajaja que es eso?? tenemos escritorio XDDD. Nah, no tenemos eso.
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No, ni me molesten, no vengo maquillada, me bañe
En los ejemplos de (11), así, la falta del marcador impide que los elementos en cursivas se reconozcan como focos escalares, por lo que no se lleva a cabo la activación del paradigma correspondiente. Esto impide entender la relación del elemento con el discurso anterior, así como el lugar que ocupa dentro del paradigma. De esta manera, en (11a), el hecho de tener escritorio simplemente se afirma, sin establecer que conforma el nivel más bajo dentro de la escala de elementos que equipan una oficina, la cual incluye también al aire acondicionado mencionado en el turno anterior. Lo mismo sucede en (11b), donde la falta de activación del paradigma por medio del focalizador dificulta entender el acto de bañarse en relación con lo mencionado previamente, y sobre todo impide establecer que constituye el mínimo deseable en una escala de cuidados personales. Se puede observar, entonces, que antes di que, en estos contextos, cuenta con un significado instruccional que guía al interlocutor acerca de la manera en la que tiene que interpretar el elemento que introduce en relación con el discurso previo.
Dado que la función de antes di que es doble, este marcador se puede desdoblar, por una parte, en el imperativo date cuenta y los marcadores por lo menos o al menos, como en (12).
(12)
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A: Deberían de dejarnos ir a nuestras casas, ¿cómo se piensan que uno puede trabajar con las manos congeladas?
B: que no tienen aire acondicionado?
A: Jajajaja que es eso?? Dese cuenta, {por lo menos/al menos} tenemos escritorio XDDD. Nah, no tenemos eso
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No, ni me molesten, no vengo maquillada, dense cuenta, {por lo menos/al menos} me bañe jaja
En estos casos, los marcadores por lo menos y al menos introducen un elemento que se plantea como algo mínima o suficientemente positivo dentro de una escala que incluye otros elementos deseables (DPDE, 2008, s. v. por lo menos; al menos); por su parte, date cuenta, llama al interlocutor a considerar la evaluación del hablante para lograr un acuerdo: que la situación mencionada, considerada en relación con unas circunstancias adversas inespecíficas, es efectivamente positiva.
En suma, se ha visto que antes di que cumple una función doble: por una parte, funciona como imperativo intelectual, es decir, por medio del marcador, el hablante presenta al interlocutor un punto de vista o un planteamiento y le pide considerarlo, o incluso aceptarlo, para lograr un acuerdo (Guillén Escamilla, 2022). Por otra, antes di que se desempeña como un marcador de contraste: indica que el planteamiento que el hablante evalúa como positivo entra en conflicto con otro elemento (Izutsu, 2008; Mauri, 2008), el cual puede ser el contenido proposicional de otra oración (contexto de oposición), las asunciones o expectativas de una oración anterior (contexto de contraexpectativa) o el paradigma al cual pertenece el elemento destacado (contexto de focalización). Así, el marcador destaca un elemento positivo dentro de un contexto negativo o adverso. Esta doble función sería resultado de la persistencia semántica de los dos componentes del marcador: el imperativo de decir, que aportaría el valor de imperativo intelectual, y el adversativo antes, que habría contribuido con el elemento de contraste. Esta hipótesis se explora en el apartado siguiente, en el que se propone una posible ruta del desarrollo diacrónico de antes di que.
4. Propuesta de análisis diacrónico
A continuación, se presenta una posible ruta de cambio para el desarrollo de las funciones discursivas de antes di que, para ello se echó mano de los pocos datos diacrónicos que se pudieron recuperar del CORDE, por lo que se trata de un análisis principalmente cualitativo.
Dentro del CORDE, los primeros casos en los que el verbo decir en imperativo aparece modificado por el adverbio antes datan del siglo XV;4 sin embargo, no se trata de la secuencia antes di que como tal, sino que el adverbio y el verbo aparecen separados,5 como se observa en los ejemplos de (13).
(13)
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e quando ella lo vio desnudo ouo muy gran duelo e dixo attended me aqui que luego me tornare a vos mucho me plaze dixo el mas antes me dezid quien son estos omes de aqui desta tierra que tanto me desaman (c1414, Anónimo, Traducción de Lanzarote del Lago, España)
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aguza bien tus cuydados en atarlos bien assí y no te tardes gran rato, y antes que estén apretados aquestas palabras di: “Cadenas de Venus ato” (1496, Juan del Encina, Traducción de las Bucólicas de Virgilio, España)
En (13), se puede observar tanto el significado literal de antes como el de decir. Así, por una parte, el adverbio funciona como un complemento circunstancial de tiempo que ordena dos eventos en una relación de precedencia, es decir, establece que un estado de cosas es anterior a otro (García Fernández, 1999, párr. 48.6 ; Pavón Lucero, 1999, párr. 9.4.5.2; NGLE, 2009, párr. 30.6i). Asimismo, al ser complemento del predicado, antes cae en el ámbito de la negación y la interrogación, y puede ser destacado mediante una cláusula de relativo (Kovacci, 1999, párr. 11.3; Quirk et al., 1985, párr. 8.25).
Por otra parte, decir es un verbo de comunicación que implica la expresión de las ideas, creencias o estados internos del hablante (DEM, 2019, s. v. decir; Paoli y Davidson, 2023; DEL, 2014, s. v. decir; Shinzato, 2004), sin embargo, al tratarse en este caso de un imperativo, quien profiere la oración busca obtener de su interlocutor una reacción comunicativa (Ghesquière et al., 2014; Van Olmen, 2013), ya sea a través de la expresión efectiva de una idea o creencia (13a) o de la repetición de un mensaje (13b). Además, el verbo cuenta con sus argumentos básicos: un sujeto emisor, un objeto directo constituido por el mensaje expresado, y opcionalmente, un objeto indirecto que refiere al receptor, hacia quien va dirigido el mensaje (Van Valin y LaPolla, 1997, p. 117).
De esta manera, en el intercambio de (13a), la doncella, que ha ayudado al caballero a salir de un pozo, busca retirarse al verlo desnudo, sin embargo, este le pide que, primero, le revele la identidad de los hombres de la tierra en la que se encuentra. Así, en este caso, el adverbio antes ordena los eventos en el tiempo: primero la doncella revelará la identidad de los hombres y, posteriormente, podrá irse; asimismo, con el imperativo del verbo decir el hablante pide una reacción comunicativa de su interlocutora: la transmisión de cierta información que ella posee, es decir, la manifestación explícita de una idea o creencia.
En cuanto a (13b), en este caso, se le dan a alguien ciertas instrucciones para que lleve a cabo un hechizo amoroso: se le pide que ate unas cuerdas y que repita un encantamiento determinado. De nuevo, el adverbio antes ordena los eventos en el tiempo: primero se ha de exclamar la encantación y, posteriormente, han de quedar apretados los nudos; en este caso, el segundo evento, que sirve de punto de referencia para el que se ha de verificar de manera previa, aparece como un complemento oracional del adverbio. En cuanto al imperativo del verbo decir, este busca, como en (13a), una reacción comunicativa del interlocutor: la repetición de unas palabras determinadas; sin embargo, este caso se diferencia del anterior: en (13a), se le pedía al interlocutor que hiciera manifiesto su conocimiento, mientras que en (13b) se le impone un mensaje que debe repetir. Así, en este contexto, decir parece alejarse de su significado original (la explicitación de ideas, creencias o estados internos), y refiere más bien a la exclamación de un mensaje proveniente de una fuente externa. Parece ser justo este tipo de uso el que sentó las bases para el desarrollo de las funciones posteriores de antes di que.
Así, se ha observado que, en los casos del siglo XV, tanto antes como decir aparecen con sus significados literales, asimismo, se observa que no conforman aún una unidad, sino que el adverbio funciona como un complemento circunstancial del imperativo.
Ahora bien, para el siglo XVII se encuentra el siguiente contexto, en el que ya se empiezan a observar algunos rasgos de lo que será la locución en el siglo XX.
(14) Si la heredad te roban, no digas que la pierdes y la hurtaron; antes di que, por mano de ladrones, cobró tu acreedor tus posesiones; dirás que el robador es delincuente, y que en este suceso es diferente la consideración. Dime, ignorante: ¿por qué razón te atreves, siendo tú el que lo debes todo, a calificar los cobradores del que puede cobrarlo, no tocándote a ti sino pagarlo? (1609-1635, Francisco de Quevedo, Epiceto y Phocílides, España)
El ejemplo de (14) presenta algunas diferencias con respecto a aquellos de (13). La primera es que antes ya no se desempeña como un adverbio temporal, sino como una conjunción adversativa exclusiva, función que se registra para esta forma desde los inicios de la lengua y que alcanza su mayor extensión entre los siglos XVI y XVII (Estellés Arguedas y Cuenca, 2017; Herrero, 1999; Nieuwenhuijsen, 2012). Así, antes, en este contexto, más que establecer una relación de precedencia, focaliza una cláusula que se presenta como verdadera o correcta, la cual cancela la oración anterior, que aparece negada, implicando que se trata de una proposición falsa o errónea (Flamenco García, 1999, párr. 59.6.3.2). De esta manera, en (14), se plantea que uno, ante el hurto de sus pertenencias, no debe hablar de un robo (pues nada nos pertenece en realidad), más bien, lo correcto es hablar de una restitución, ya que todo lo que tenemos es simplemente un préstamo de la providencia.
Ahora bien, la segunda diferencia radica en la ambigüedad del imperativo de decir. En (14), como en (13b), más que pedírsele al hablante que revele sus ideas o estados internos, se le pide que repita un mensaje: que se refiera a la pérdida de sus posesiones como un cobro o una restitución. Sin embargo, en este caso, el imperativo puede recibir una segunda interpretación, anclada en el terreno cognitivo: se le estaría pidiendo al interlocutor que adopte una cierta postura mental ante el hecho de haber perdido sus bienes. Así, en (14), como en (13b), el hablante busca obtener una reacción por parte de su interlocutor, sin embargo, esta ya no sería comunicativa, sino cognitiva: el hablante busca establecer un acuerdo con su interlocutor acerca del punto de vista que le plantea (Guillén Escamilla, 2022; Van Olmen, 2013), el cual es presentado como correcto o positivo gracias al valor adversativo de antes. Una interpretación del imperativo en este sentido sólo es posible en contextos en los que decir no hace referencia a la expresión de estados internos, sino a la repetición de un mensaje proveniente de una fuente externa. A partir de esta ambigüedad, así como de la presencia del adversativo antes, el contexto de (14) cuenta con un significado pragmáticamente enriquecido.
De esta manera, en el contexto se encuentran ya los elementos pragmáticos que, posteriormente, formarán parte del marcador discursivo: la evaluación positiva del mensaje por parte del hablante en un contexto de contraste, y el propósito de que sea considerado, o incluso aceptado, por el interlocutor. No obstante, antes di que aun no conforma una unidad fija: antes, al ser un adversativo exclusivo, funciona necesariamente como parte de una construcción que incluye una oración negada previa; asimismo, el imperativo de decir aun puede recibir un objeto indirecto que fuerce una lectura comunicativa: di a quien te pregunte que, por mano de ladrones… De manera adicional, tanto antes como decir pueden ser reemplazados por otros elementos dentro de su paradigma. Así, antes se puede intercambiar por sino o por el contrario, y decir, si se interpreta como un verbo mental, por piensa o considera, o si se le da una lectura comunicativa, por afirma.
Ya en el siglo XX, se encuentran casos como los revisados en §3, en los que la secuencia antes di que se encuentra fijada, pues, aun si el verbo puede variar en número y grado de formalidad (digan, diga), ninguno de los elementos tiene ya variabilidad paradigmática, es decir, no pueden ser reemplazados por sinónimos sin que eso afecte el significado. Asimismo, no se requiere de una oración negada previa para el uso de antes, y el imperativo de decir no puede recibir un objeto indirecto. De esta manera, en vez de dos elementos independientes, como en (13) y (14), se registra una sola forma compleja.
(15)
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A: Qué triste. Ya no discuten conmigo públicamente @Diego FonsecaDF ni @dmiklos Voy a hablar mal de la Iglesia del Rock Argentino para ver si me pelan
B: Antes di que a ti te pelan. A mí me tienen aventado como un bulto (X, 2021)
Vengo escribiendo y caminando antes digan que no me rompi la madre jaja (X, 2013)
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No, ni me molesten, no vengo maquillada, antes digan que me bañe jaja (@ Perisur w/ 3 others) (X, 2012)
Así, (15a) constituye un caso de oposición, en el que se contrastan directamente dos estados de cosas, uno de los cuales es evaluado positivamente por el hablante. El marcador, de este modo, indica que el evento que introduce constituye, desde el punto de vista del hablante, una situación positiva o conveniente, e invita al interlocutor a considerar la validez de esta evaluación para llegar a un acuerdo.
Algo semejante sucede en los casos de (15b-c), sin embargo, en cada uno de ellos, la manera en la que se plantea el contraste y la evaluación es diferente. En el caso de (15b), antes di que funciona como un marcador de contraexpectativa, por lo que el contraste no se da entre dos estados de cosas, sino entre el contenido proposicional de una cláusula y las expectativas que suscita una cláusula anterior (Izutsu, 2008); así, el elemento introducido por antes di que es evaluado positivamente por el hablante en la medida en que su verificación resulta inesperada. Por su parte, en (15c), el marcador tiene una función de focalizador escalar: dentro de un paradigma de elementos deseables, aquel introducido por antes digan que constituye el extremo más bajo (Krifka, 2008). En este caso el elemento introducido por el marcador es evaluado como positivo debido a que es el único con el que se cuenta de todo lo que sería óptimo tener. Tanto en (15b) como en (15c), además, por medio del marcador, se invita al interlocutor a considerar la validez de esta evaluación, logrando un acuerdo con el hablante.
Ahora bien, los cambios por los que ha atravesado antes di que se pueden estudiar como resultado de un proceso de subjetivización, entendido como un involucramiento progresivo de la perspectiva y actitudes del hablante en lo dicho (Diewald, 2011, p. 372). Este proceso diacrónico de subjetivización puede analizarse a partir de las primeras dos de las tres tendencias de subjetivización que presentan Traugott y Dasher (2002, pp. 94-95):
Tendency I: Meanings based in the external described situation > meanings based in the internal (evaluative/perceptual/cognitive) described situation.
Tendency II: Meanings based in the external or internal described situation > meanings based in the textual and metalinguistic situation.
Tendency III: Meanings tend to become increasingly based in the speaker’s subjective belief state/attitude toward the proposition.
Así, en el paso del siglo XV al XVII puede observarse un cambio correspondiente con la Tendencia I: el hablante no presenta al interlocutor un mensaje para que lo repita, sino que le plantea su propia perspectiva de los hechos, la cual considera lo suficientemente positiva como para invitarlo a considerarla e incluso aceptarla. En cuanto al desarrollo de las funciones discursivas de antes di que en el siglo XX, este cambio correspondería con la Tendencia II, la cual se relaciona con la evaluación que hace el hablante de la manera en la que se relacionan los elementos del discurso (Traugott, 1995); así, en estos contextos, la locución cuenta con un significado instruccional que indica al interlocutor cómo debe interpretarse el segmento que introduce el marcador en relación con el discurso previo, es decir, explicita la estrategia retórica del hablante. Cabe destacar que el desarrollo de funciones textuales (Tendencia II) no implica la pérdida del valor evaluativo (Tendencia I), ya que estas funciones pueden superponerse (Traugott y Dasher, 2002).
Asimismo, a lo largo de los siglos, se presenta un cambio cualitativo en términos de la función intersubjetiva del imperativo. Las formas imperativas son elementos inherentemente intersubjetivos, ya que van dirigidos al interlocutor en tanto que participante del acto de habla (Ghesquière et al., 2014, p. 139; Traugott y Dasher, 2002, p. 22). En el caso de los contextos de (13), del siglo XV, el imperativo de decir, de acuerdo con la tipología establecida por Ghesquière et al. (2014, p. 134), cumpliría una función de intersubjetividad responsiva: busca obtener del interlocutor una respuesta en términos de acciones o comportamientos, específicamente actos de habla que faciliten el desarrollo de la interacción. Para el siglo XVII, por su parte, el imperativo mantendría un valor responsivo, sin embargo, enfocado hacia el ámbito cognitivo; se trataría, entonces, de un imperativo intelectual (Guillén Escamilla, 2022), por medio del cual el hablante invita al interlocutor a considerar cierta información. Por último, en el caso del siglo XX, la locución mantiene su valor como imperativo intelectual, pero desarrolla una función como marcador de intersubjetividad textual (Ghesquière et al., 2014, p. 136), la cual concierne a los elementos que utiliza el hablante para guiar al interlocutor en la interpretación de lo dicho, es decir, la función metadiscursiva de los marcadores del discurso.
De esta manera, se observa que, por una parte, el desarrollo de antes di que implica un proceso de subjetivización, que pasa por la codificación de la perspectiva que tiene el hablante sobre los hechos (s. XVII) hacia el desarrollo de funciones metatextuales que explicitan su estrategia retórica (s. XX). Asimismo, la evolución de la locución implicaría un cambio cualitativo en términos de función intersubjetiva: el imperativo pasa de ser un imperativo responsivo (s. XV) a ser un imperativo intelectual (s. XVII), y para el siglo XX, la locución ya fijada desarrolla funciones adicionales de intersubjetividad textual.
Por último, el desarrollo de antes di que constituye también un proceso de gramaticalización. Hay que señalar que, para proponer que el surgimiento de un marcador discursivo constituye un caso de gramaticalización, se parte de una definición amplia de la gramática, la cual incluiría no sólo el sistema de conocimiento que tienen los hablantes en cuanto a la fonología, morfología, sintaxis y semántica, sino que comprendería también la pragmática y las funciones discursivas (Brinton, 2017; Degand y Evers-Vermeul, 2015; Diewald, 2011; Traugott, 1995). De acuerdo con esta perspectiva, el desarrollo de un marcador discursivo tiene más semejanzas que diferencias con el proceso que da origen a elementos más canónicamente gramaticales, como el caso o los auxiliares (Diewald, 2011, p. 374).
Así pues, el proceso de gramaticalización de antes di que sería observable a partir del siglo XVII.6 En (14), el contexto se encuentra pragmáticamente enriquecido, esto como resultado de la función adversativa de antes, así como de la subjetivización y del cambio cualitativo en la función intersubjetiva del imperativo, como se vio arriba. Así, la secuencia antes di que, aun si se encuentra todavía formada por elementos independientes, empieza a adquirir una lectura amplia de tipo metatextual. Estos cambios son propios de las etapas iniciales de gramaticalización (Brinton, 2017; Traugott, 1995).
La gramaticalización previa de antes, además, al fijar su posición en el margen izquierdo, habría facilitado el desarrollo de la locución: al no funcionar ya como adverbio temporal, no puede recibir complementos oracionales, como sucedía en (13), por lo que aparecería siempre inmediato al verbo en imperativo. Esta fijación en el orden habría facilitado el reanálisis de la secuencia (Hopper y Traugott, 2003, p. 39): en vez de considerarse como un adversativo seguido de un imperativo, se reinterpreta como una sola forma: antes di que.
La formación de la locución, además, estaría relacionada con la convencionalización y semantización de la interpretación pragmática (Brinton, 2017): en vez de generarse a partir del contexto comunicativo, esta queda codificada como el significado de la nueva forma. Dado que el nuevo significado no se codifica en una forma preexistente -lo que habría dado como resultado un elemento polisémico-, sino que encuentra cabida en la nueva estructura, se podría decir, además, que estamos ante un proceso de construccionalización, es decir, ante la creación de un nuevo par de forma y significado (Traugott y Trousdale, 2013).
Para el siglo XX, por último, la forma antes di que se encuentra completamente fijada y, como resultado de la decategorialización (Hopper, 1991), no responde a los esquemas sintácticos que tenían sus componentes. Así, no requiere de una oración negada previa para generar la lectura de oposición, ni puede recibir complementos indirectos vinculados al verbo decir. Para este momento, la función de antes di que es discursiva, con significado instruccional, sin embargo, la forma presenta signos de persistencia: la retención de algunos rasgos del significado anterior de sus componentes (Brinton, 2017). Esto puede observarse en que antes di que continúa funcionando en contextos contrastivos, debido a la influencia adversativa de antes, y mantiene su función como imperativo intelectual, a partir del cambio semántico observado en decir.
Así pues, se observa que el desarrollo de antes di que implica procesos propios de la gramaticalización: enriquecimiento pragmático, subjetivización, reanálisis, decategorialización, fijación, convencionalización y semantización de implicaturas, y persistencia. Asimismo, la formación de antes di que como tal implicaría un proceso de construccionalización, en tanto que representa la creación de un nuevo par de forma y significado.
Ahora bien, se ha notado que el adverbio absoluto antes puede aparecer en ocasiones con una función semejante a la de antes di que(DUE, 2002, s. v. antes; DLE, 2014, s. v. antes), como se observa en (16).7
(16)
I: en ese sentido/ otra mamá le hubiera dicho/ “no pues <~pus> estudia lo que te vaya a dejar dinero hija/ estudia qué/ este/ secretariado/ estudia…”
P: (risa)
E: no/ pues <~pus> si antes estudió/ ¿no?/ digo (CSCM, ME-279-22H-06)
Lo más probable es que este valor de antes se haya desarrollado de manera posterior al de antes di que, ya que no se registra diacrónicamente para el adverbio (Elvira, 2009; Espinosa Elorza, 2007; Herrero, 1999). En (16), el uso de antes es cercano al de la locución en tanto que presenta como positivo el punto de vista del hablante en oposición, en este caso, al de su interlocutor. No obstante, al carecer del imperativo, parece tratarse más de un marcador enfocado en la expresión de la subjetividad del hablante, sin un componente intersubjetivo explícito. Es decir, por medio del marcador, el hablante plantea un punto de vista que evalúa positivamente, pero no busca explícitamente que el interlocutor lo considere. Sobre el desarrollo de este uso de antes, harían falta estudios específicos y con más datos que ayudaran a determinar, por una parte, cómo antes adquirió esta función y, por otra, en qué aspectos las funciones de antes y antes di que se parecen y se diferencian.
5. Conclusiones
Ante la falta de estudios específicos sobre el marcador antes di que, esta investigación tenía como objetivo, por un lado, determinar de manera detallada las funciones del marcador, y por otro, plantear una ruta de cambio diacrónico que habría conducido al desarrollo del marcador discursivo a partir de los elementos independientes antes y di.
Se ha observado, entonces, que el marcador antes di que cuenta con una doble función: como imperativo intelectual y como marcador de contraste. En cuanto a la primera, por medio de antes di que el hablante presenta un punto de vista e invita al interlocutor a considerarlo para alcanzar un acuerdo que les permita continuar la interacción. Sobre la segunda, el marcador indicará que el punto de vista del hablante constituye un estado de cosas positivo que entra en conflicto con un contexto negativo o adverso. De esta manera, el marcador antes di que será propio de contextos contrastivos.
El marcador, además, puede establecer tres tipos de contraste distintos, dependiendo de qué elementos entren en relación. Si el contraste se establece entre el contenido semántico de dos oraciones, antes di que funcionará como marcador de oposición. Cuando lo que se contrapone son las asunciones y expectativas que genera una oración y el contenido semántico de la oración siguiente, el marcador indicará contraexpectativa. Finalmente, funcionará como focalizador escalar si lo que se contrasta es un elemento focalizado y el paradigma al que este pertenece. Cabe destacar que, en todos estos contextos, antes di que presenta el punto de vista del hablante evaluado como positivo, en contraste con un contexto adverso, y llama al interlocutor a considerar la validez de esta evaluación.
En cuanto al surgimiento de la forma, se propone que antes di que apareció como resultado de un proceso de gramaticalización. Este desarrollo sería observable a partir del siglo XVII (según los datos con los que se cuenta), momento en el que se conjuntan dos condiciones: la gramaticalización de antes como adversativo exclusivo y la posibilidad de interpretar el imperativo de decir como un verbo mental semejante a considerar. Esto habría permitido obtener contextos pragmáticamente enriquecidos en los que la secuencia antes di que cuenta con una función metatextual: más que buscar un acto de comunicación por parte del interlocutor, se le pide que considere una perspectiva, que se evalúa como positiva o correcta, en lugar de otra equivocada. Esta interpretación, posteriormente, se habría semantizado en la locución antes di que, como resultado de un proceso de construccionalización, que habría involucrado reanálisis y decategorialización de las formas. Por último, para el siglo XX, se observa que antes di que es una forma completamente fijada con significado instruccional, que no responde a los esquemas sintácticos de sus componentes. No obstante, su doble función constituye un caso de persistencia: por una parte, del imperativo de decir obtiene su papel como imperativo intelectual, y del adversativo antes su propiedad como marcador de contraste.
Este análisis, sin embargo, constituye un primer acercamiento a las funciones de antes di que en el español de México, y a su desarrollo diacrónico como marcador discursivo. Resultan necesarias, por lo tanto, investigaciones adicionales que estudien la relación entre antes di que y otros marcadores discursivos, empezando con las nuevas funciones discursivas de la forma absoluta antes, así como de los marcadores más consolidados por lo menos y al menos. Asimismo, resulta importante la recolección de datos orales, con el objetivo de encontrar contextos suficientes que permitan realizar análisis cuantitativos, especialmente sociolingüísticos, tanto en el español contemporáneo de México como de otras variedades de América Latina.