El 2014 fue el centenario del natalicio de Octavio Paz y un año muy productivo para la publicación de textos críticos, reediciones y antologías que exploran la obra de Paz. En esta coyuntura, Itinerario crítico de Armando González Torres se suma al esfuerzo por rendir tributo al intelectual mexicano más importante del siglo XX, a través de una selección meticulosa y reflexiva de los textos políticos más representativos de Octavio Paz. La recopilación, que consta de notas, ensayos y artículos publicados en diferentes medios, presenta una panorámica cohesiva y extensa de los cambios en el pensamiento de Paz a lo largo de varias décadas de participación en la esfera pública mexicana, latinoamericana y mundial. Si bien trazar el desarrollo intelectual e ideológico del Nobel mexicano presupone una labor compleja debido a la extensión y variedad temática del corpus de Paz, la labor de González Torres obedece a objetivos fundamentales que señala claramente en el prólogo:
No es la intención de esta antología presentar a un autor afable y potable: mal se haría en tratar de leer a Paz, en su centenario, como a un venerable abuelo bañado en bronce y, por forzada urbanidad, condescender con sus opiniones. Al contrario, esta breve selección de su pensamiento político busca mostrar la congruencia e integridad de sus posturas y, sobre todo, aspira a restituir, para nuevos y viejos lectores, la fecunda incomodidad e incandescencia de su pensamiento (19).
Con la intención de mostrar la integridad y congruencia del pensamiento paziano, articulado al fragor de debates librados en las esferas de la literatura y la política nacional e internacional, González Torres opta por estructurar el libro cronológicamente. Este criterio, sumado a la cuidadosa selección de textos reunida en la antología, permite una apreciación panorámica de las reflexiones de Paz y los cambios originados a lo largo de su prolífera carrera como escritor. La división del libro en tres apartados permite al lector contextualizar y apreciar de forma panorámica la manera en que Paz se relacionó con el oficio de escritor, la política mexicana, latinoamericana e internacional, su profunda relación con el lenguaje, la poesía y lo que él consideraba como la defensa de la verdad ante los embates de la izquierda ortodoxa latinoamericana y las prácticas inhumanas de la Unión Soviética en su fase estalinista.
El primer apartado: “Antes y después del laberinto: textos 1931-1967”, revela al joven Octavio Paz, marxista revolucionario, aunque sin omitir al Paz más maduro, analista e intérprete de la realidad nacional e internacional que se convirtió en uno de los críticos más férreos y consistentes de la ortodoxia izquierdista. Entre los escritos más notables de este apartado se encuentra “Ética del artista”, que Paz escribió a los 17 años y en el que delibera sobre el papel que el artista debe asumir en relación al arte: ¿debe el artista optar por el “arte puro” o el “arte de tesis”? Ya en ese entonces, más que contribuir a uno de los debates más socorridos de la época, Paz anticipa su futuro como escritor disidente e inconforme con el statu quo del arte, la cultura y la política en América. Sobresalen también los análisis filológicos en que explora y penetra la psique del mexicano para trazar y dar forma a sus complejos, miedos, obsesiones, temores y vanaglorias mediante rigurosos exámenes de los vocablos más socorridos en la cultura popular, sus manifestaciones en el lenguaje y lo que ello implica desde una perspectiva psicológica y sociocultural. “Cuestión de palabras”, “El vacilón”, “Crédulos y creyentes”, “De los agachados y otros extremos”, son ejemplos concretos del profundo entendimiento del lenguaje y su aplicación práctica: comprender mejor la forma de ser del mexicano a partir del ejercicio del lenguaje cotidiano. Destaca también la inclusión de “Los campos de concentración soviéticos”, en que Paz reafirma su oposición a amplios sectores de la izquierda latinoamericana — férrea simpatizante y defensora de Stalin— mediante una crítica dura, enfocada y sustentada en los hechos de la Unión Soviética y su largo historial genocida, represivo y violento.
El segundo apartado: “El 68 y sus alrededores”, muestra al Paz crítico de la izquierda dogmática y lo que percibía como las fallas del capitalismo de la época, manifiestas en desigualdad económica, tensiones sociales y una fuerte demanda de pluralidad democrática y espacios discursivos en México. Entre los escritos encontrados allí sobresalen: “Un sueño en libertad. Cartas alrededor del 68”, donde se reúnen las cartas escritas durante su desempeño como embajador de México en India, dirigidas al secretario de Relaciones Exteriores, Antonio Carrillo Flores. En estas cartas, vitales para entender su renuncia a la embajada y su retorno a México, escribe con la herida todavía pulsante por la matanza y represión de estudiantes para expresar su repudio hacia los eventos ocurridos en Tlatelolco: “No describiré a usted mi estado de ánimo. Me imagino que es el de la mayoría de los mexicanos: tristeza y cólera” (100). La transición entre estas cartas y “Crítica de la pirámide” posiciona al lector de frente con un Paz desencantado con el estado de la política nacional y la sociedad mexicana, determinado y comprometido a reformarla desde su posición como intelectual público. En “Los centuriones de Santiago”, repudia el golpe de estado contra la presidencia de Allende y la vulneración de la democracia latinoamericana. Probablemente el texto más interesante de este apartado es “Polvos de aquellos lodos”: en éste, endurecido por décadas de debate y disidencia política e intelectual, se manifiesta contra el totalitarismo soviético y la ortodoxia ideológica prevalente en México y Latinoamérica durante los setenta.
El tercer apartado, “Final y recomienzo: textos 1980-1994”, reúne reflexiones trascendentales en torno a temas como el imperialismo norteamericano y la crisis de la modernidad en Estados Unidos y México. En esta selección destacan textos como “La democracia imperial”, donde se analiza el tránsito hacia la decadencia recorrido por Estados Unidos y el impacto palpable que este proceso ha generado en Norteamérica y el mundo. “El plato de sangre” examina las consecuencias e implicaciones del asesinato de Luis Donaldo Colosio en la vida nacional. Como curso de acción, Paz propone una mirada consciente a la historia de otras naciones democráticas en busca de respuestas durante uno de los momentos más oscuros y dolorosos en la historia del país. En “América Latina y la democracia” y “Remache: burocracia y democracia en México”, Paz expone la historia tortuosa, agridulce y conflictiva de la democracia en América Latina y México, a la que describe como enemiga de sí misma y origen de “casi todo lo bueno que se ha hecho en América Latina, desde hace un siglo y medio” (264), sin olvidarse de lo que décadas atrás señaló como uno de los males más profundos del socialismo, ahora incorporado en el ejercicio de la vida política y democrática en México: la burocracia y los privilegios y fueros que ésta conformaba a través del estado en detrimento de la nación.
El esfuerzo realizado por González Torres en la selección, organización y anotación de los textos de Octavio Paz para esta antología es digno de elogio y reconocimiento porque construye con precisión una imagen amplia, cohesiva y nítida del pensamiento político de Paz a través de seis décadas de actividad como intelectual público. También porque la selección refleja fielmente la lógica y congruencia distintivas de Paz en períodos complejos, confusos y trágicos de la historia de México y Latinoamérica, sin dejar de resaltar el incansable espíritu combativo, inconforme y reformista que caracterizó su producción literaria. La cuidadosa selección de textos que conforma Itinerario crítico es una valiosa contribución al extenso corpus paziano. Éste es sin duda un libro útil para dialogar y examinar una de las facetas más apasionadas, complejas y esplendorosas de Octavio Paz: su voz política.