En el marco del 50 aniversario del Instituto de Investigaciones Filológicas y el 30 aniversario de la propuesta de la Hermenéutica Analógica, el Coloquio Internacional de Hermenéutica Analógica regresó después de tres años de ausencia. Esta conmemoración permitió abrir nuevamente un espacio de diálogo y reflexión sobre los estudios, procesos, desafíos históricos y los estados actuales de la hermenéutica; durante cinco días se reunieron investigadores, profesores y estudiantes con el objetivo de explorar y comprender los nuevos enfoques filosóficos, teóricos, metodológicos y de aplicación de esta disciplina.
Además de la expansión temporal, en esta ocasión hubo una ampliación temática, participaron 44 ponentes que presentaron trabajos sobre hermenéutica analógica, filosófica, filológica y diferentes aplicaciones a la literatura, los estudios sobre el mito y la religión, el periodismo, la música, las artes teatrales, el psicoanálisis y las experiencias psicodélicas. Igualmente, se compartieron algunos debates inter y transdisciplinarios de la hermenéutica contemporánea con la ética, la semiótica, la teoría política y la crítica literaria.
En esta ocasión, se llevaron a cabo tres conferencias magistrales, dictadas por Sixto Castro (Universidad de Valladolid, España), Stefano Santasilia (Universidad Autónoma de San Luis Potosí) y Mauricio Beuchot (IIFL-UNAM).
La conferencia inaugural, a cargo de Sixto Castro, especialista en estética filosófica, presentó la aplicación de la hermenéutica analógica al concepto de “obra”, un concepto tan básico que no somos conscientes de que toda nuestra reflexión estética y sobre las artes, desde hace más de un siglo, está orientada por el concepto de obra; parece que no podemos pensar el arte si no es a través de “obras de arte”. ¿Qué es la obra? ¿Qué constituye la obra? ¿Es un objeto particular, un objeto eterno o algo más?… Estas preguntas no pueden responderse unívocamente; por ello, Castro hace un recorrido explicativo, desde la teoría y la filosofía del arte, definiendo a la obra de arte como un objeto mimético, que puede ser poiético, práxico o théoretique, en el que la obra artística se remite a un espacio teórico, por ejemplo, el arte conceptual. Sin embargo, no todo el arte se subsume a estas acepciones; por lo tanto, ante los múltiples escenarios y las definiciones limitantes de algunas filosofías analíticas, se propugna que si la prudencia nos enseña a localizar el kairós o momento adecuado, la hermenéutica analógica nos enseña a encontrar la interpretación adecuada de la situación, para efectuar la acción y tomar la decisión correcta. Sixto propone una racionalidad analógica como opción para los espacios delimitantes del arte.
Stefano Santasilia presentó su conferencia La filosofía de la religión como hermenéutica del misterio; él comienza afirmando que “hablar de filosofía de la religión es un poco como ponerse ante la cuestión agustiniana sobre el tiempo: todos sabemos qué es, hasta que nadie nos pregunte qué cosa realmente es”. Este es el preámbulo para atisbar el nexo entre la filosofía de la religión y la hermenéutica, incluyendo a su vez la perspectiva filosófica y la experiencia religiosa. Para encontrar el vínculo entre ambas disciplinas, es necesario señalar sus diferencias y encontrar un núcleo básico para identificar sus especificidades; esto permitirá contemplar cómo, desde ciertas perspectivas y sentidos, la filosofía de la religión puede constituirse como una hermenéutica, específicamente una hermenéutica del misterio.
La experiencia religiosa y los fenómenos de lo sagrado abren la dimensión simbólica de la experiencia humana; estas se presentan como reconstitución de una integridad pérdida u olvidada; por atentar contra los límites, son experiencias fronterizas y dinámicas; de ahí la necesidad de una mediación. Stefano indica que, ante “un absoluto que se manifiesta continuamente… retirándose”, esto es “la revelación”, “el misterio”, la modalidad interpretativa tendrá que ser analógica, ya que permite abordar el hecho religioso como algo que no puede interpretarse de manera univoca, debido a su delicada complejidad, pero también mostrará la imposibilidad de una interpretación equívoca que diluya la experiencia de lo sagrado.
Con gran satisfacción, se presentó en el coloquio el último número de Interpretatio, la revista del Seminario de Hermenéutica, volumen 8, número 1, correspondiente a marzo-agosto de 2023. Consuelo Méndez y Blanca Solares, de la mano de Angela Parga-León y Pedro Favaron, nos compartieron la obra poética y visual de la artista shipibo konibo Chonon Bensho, a quien está dedicado el dossier en ese número. La obra de Chonon es inigualable y única; sus poemas e imaginarios bordados expresan la conjunción de su pasado ancestral y su incidencia en el presente. Los análisis que realizan a su producción artística no se quedan solo en el nivel estético, sino que muestran problemáticas contextuales, como la desigualdad de los artistas y pensadores indígenas en los espacios públicos, los retos de la civilización moderna frente al ecocidio, la dificultad de pensar fuera de la hegemonía occidental de la escritura y darle espacio a la oralidad, la imagen y el símbolo; finalmente, se apuntó: la cosmopercepción de Chonon Bensho surge como una propuesta disruptiva, pero a la vez de reintegración, para valorar la relevancia estética y cultural del arte contemporáneo amerindio.
Mauricio Beuchot, investigador emérito y fundador del Seminario de Hermenéutica, nos compartió el trayecto que lo llevó a postular un modelo de interpretación basado en la analogía, desde su camino univocista, a saber: su formación en el positivismo lógico, hasta sus diálogos con el equivocismo, representado por las filosofías posmodernas. En 1987 comenzaron las primeras formulaciones y, seis años después, en un congreso de filosofía, en 1993, presentó su propuesta de una Hermenéutica Analógica. Beuchot narró cómo los múltiples diálogos con pensadores contemporáneos han enriquecido dicha propuesta; por ejemplo, Paul Ricœur fue quien lo incitó a revisar su texto La metáfora viva para percatarse de la operación analógica que efectúan la metáfora y la metonimia tanto en la poesía como en la ciencia; su lectura de Charles Sanders Peirce hizo que incorporara la iconicidad en su propuesta, pues la división del icono en imagen, diagrama y metáfora coincide con la división de la analogía en desigualdad, atribución y proporcionalidad. Mercedes de la Garza, arqueóloga y especialista en cultura maya, le comentó que utilizaba la metonimia para realizar sus reconstrucciones, pues “de un pedazo reconstruimos una vasija entera y de un huesito, un dinosaurio”; la parte nos lleva al todo; “ahí está el poder del icono”, nos recuerda Beuchot.
Treinta años han pasado desde el surgimiento de esta teoría hermenéutica, que se basa en la analogía, el icono y el símbolo; se cuentan en cientos las anécdotas, diálogos y aplicaciones a los diferentes campos de las ciencias sociales, las artes y las humanidades. Este coloquio, como muchos lo expresaron, fue una verdadera fiesta de la hermenéutica, un juego en el que ponentes y espectadores participaron al unísono. Como el propio Mauricio Beuchot lo ha dicho: “Desde hace varios años, esta propuesta ya no es mía; la hermenéutica analógica es un trabajo grupal”.