NOVA TELLVS: difusión, tradición y recepción de los clásicos griegos y latinos

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Arturo E. Ramírez Trejo

Resumen

Este trabajo es resultado de la investigación en torno al origen, contenido y difusión de NOVA TELLVS, así como del significado de “difusión y recepción” a partir de los textos de los autores griegos y latinos. El propósito es dar a conocer el valor científico de la revista así como sus objetivos. NOVA TELLVS es una revista de difusión de la investigación científica de la filología acerca de los clásicos griegos y latinos, para mantener la tradición de los mismos y contribuir a la recepción de sus valores por parte de toda persona, para apoyo de su íntegra formación personal y social, como los mismos autores clásicos griegos y latinos lo expresaron en sus escritos. Esto será más claro con la presentación del primer artículo publicado en NOVA TELLVS. La originalidad y aportación de esta nota es la investigación y el análisis del origen, contenido y objetivos de la revista, para comprender su valor científico en la difusión, tradición y recepción de los autores clásicos griegos y latinos para beneficio personal y social de los lectores.

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Cómo citar
Ramírez Trejo, A. E. «NOVA TELLVS: Difusión, tradición Y recepción De Los clásicos Griegos Y Latinos». Nova Tellus, vol. 38, n.º 2, agosto de 2020, pp. 199-0, doi:10.19130/iifl.nt.2020.38.2.854.
Sección
Notas de investigación
Biografía del autor/a

Arturo E. Ramírez Trejo, Instituto de Investigaciones Filológicas, Universidad Nacional Autónoma de México

Licenciado en Filosofía y Teología por la Universidad Gregoriana de Roma. Estudió Letras Clásicas en la Universidad de Salamanca, España. Tiene equivalencia de Maestría y Doctorado en Letras Clásicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es Investigador Titular “C” de tiempo completo, definitivo, con antigüedad de más de 50 años. Imparte Griego desde 1965. Sus líneas de investigación son la gramática y la filología griegas; así como el pensamiento y la retórica novohispanos. Actualmente, trabaja en los proyectos denominados Hermógenes, Peri ideón (antes Retórica Griega) y Gramática griega. Ha dictado cursos y conferencias en congresos nacionales e internacionales tanto en el país y como en el extranjero. Entre sus obras publicadas más importantes están: Aristóteles, Retórica, introducción, edición, traducción y notas (México, UNAM [Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana], 2002; Heródoto padre y creador de la Historia científica (México, UNAM [Cuadernos del Centro de Estudios Clásicos, 12], 1984, 3 vols.), y Juan Zapata y Sandoval, Disceptación sobre justicia distributiva y sobre la acepción de personas a ella opuesta, introducción, traducción y notas, (México, UNAM [Bibliotheca Philosophica Latina Mexicana], 1999, vols. 3-4. 

Citas

Diels, Hermann and Walther Kranz (eds.), Die Fragmente der Vorsokratiker, vol. 1, Berlin, Weidmann, 1966 (6a. ed.).

Heródoto, Historias I-II, intr., versión, notas y com. Arturo E. Ramírez Trejo, México, Universidad Nacional Autónoma de México (Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana), 2008.

Marco Tulio Cicerón, Del óptimo género de los oradores, intr., trad. y notas Bulmaro Reyes Coria, México, Universidad Nacional Autónoma de México (Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana), 2008.

Mercado, Tomás de, In Logicam magnam Aristotelis, comentarii cum nova translatione textus ab eodem auctore, Sevilla, Fernando Díaz, 1571.

Pindari Carmina cum fragmentis, ed. Hervicus Maehler, Leipzig, Teubner, 1975.

Q. Horati Flacci Opera, ed. Friedrich Klingner, Leipzig, Teubner, 1959.

Ramírez Trejo, Arturo E., “Sabios y sabiduría en Heródoto”, Nova Tellus, 1, 1983, pp. 11-27.

Ramírez Trejo, Arturo E., “Un camino hacia los clásicos griegos, la traducción”, en Elsa Cecilia Frost (comp.), El arte de la traición o los problemas de la traducción, México, Universidad Nacional Autónoma de México (Biblioteca del editor), 2009, pp. 29-41.

Reyes Coria, Bulmaro (ed.), “In memoriam Ignacio Osorio Romero”, Nova Tellus, 8, 1990, pp. 1-16.

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I. Introducción

En este trabajo trataremos de comprender los orígenes y estructura, pero sobre todo los objetivos de NOVA TELLVS. Revista semestral del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Lo haremos tomando en cuenta las circunstancias en que surgió dicha publicación en 1983, también me basaré en mi experiencia personal como autor y colaborador de NOVA TELLVS.

II. La historia

En 1996 se creó el Centro de Traductores de Lenguas Clásicas, con el fin de incrementar y dar mayor formalidad a la publicación de las obras de los autores clásicos griegos y latinos en las ediciones bilingües pertenecientes a la colección Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana. Dicho Centro inicialmente estuvo adscrito a la Coordinación de Humanidades. Rubén Bonifaz Nuño fue el fundador del Centro y en ese entonces era Coordinador de Humanidades. Él había publicado, en 1963, las Geórgicas de Virgilio. Desde ese momento el Centro se dedicó a la investigación científica filológica; pues la Filología estudia científicamente las lenguas desde sus orígenes, su evolución, su uso, sus escritos y traducciones o textos y el contenido de los mismos. Por eso los académicos adscritos al Centro siempre han sido investigadores y su investigación es científica. Tanto la traducción de los clásicos griegos y latinos como los estudios en torno a sus obras se realizan en el ámbito de la Filología. Desde la antigüedad tenemos ejemplos de este trabajo de traducción en el griego y en el latín, como la traducción de la Torah hecha por los Setenta del hebreo al griego, conocida como Septuaginta; y también la de Cicerón, de Demóstenes y de Esquines, del griego al latín.

En México, a partir de la época novohispana se trabajaban los textos clásicos griegos y latinos. Muestra de ello es el filósofo Tomás de Mercado, quien en el prólogo de su obra In logicam Magnam Aristotelis afirma lo siguiente:

Cuán frecuentemente lo que en una lengua se dice clara y esplendorosamente, trasladado a otra, escapa a la comprensión [...] Lo que con palabras griegas suena suave y lo expresas con elocuencia y claridad, con esas mismas palabras dadas en latín, lo dices oscura y ásperamente [...] Si en griego Aristóteles hubiese tenido mucho esplendor y hubiese dado con muchísima luz la Dialéctica, en latín, corriendo a través de asperezas y piedras, habría de absorber algo de polvo, de desagrado y aspereza [...] Por tanto, se alucinan quienes trasladan a Aristóteles al latín palabra por palabra (ad verbum), porque es del intérprete, no el seguir el mismo número de palabras, sino el expresar la misma sentencia con las palabras con que pueda, que más encajen [...] Si el filósofo, por su gusto, casi se esforzó en obnubilar su doctrina con envolturas de palabras, ellos tendrían que hacer esa misma doctrina luminosa y esplendorosa [...] La filosofía es un hallazgo humano, salido de nuestras mentes, cuyo sentido podemos y debemos expresar no destruido o mutilado, sino íntegro, con palabras más selectas y agradables.1

Estos lineamientos sirvieron a Mercado para verter al latín el texto del Estagirita, pues claramente señala: “Por estas causas decidí publicar una traducción de Aristóteles, que expresara con estilo pulido y palabras selectas e idóneas, el genuino sentido, las verdaderas nociones y una interpretación apropiada de las sentencias. […] Así pues, este texto es el de Aristóteles mismo, vertido del griego al latín, e interpretado”.2

Aquello que se constata en el pasado y que ha causado controversias, ha perdurado hasta nuestros días para mantenernos cerca de los clásicos, por eso escribí el capítulo “Un camino hacia los clásicos griegos, la traducción”, publicado en El arte de la traición o los problemas de la traducción. Con base en lo dicho y hecho a lo largo de los siglos en torno a los textos clásicos griegos y latinos, sostengo que

La traducción es la expresión castellana, desde dentro de los textos, del contenido, hasta el cual se ha penetrado a través de un minucioso análisis y de un minucioso estudio de los signos lingüísticos que lo envuelven, de manera que podamos decir fiel y exactamente en castellano, una vez entendido, lo que los clásicos antiguos dijeron en griego o en latín.3

En ese marco de traducción comenzó a trabajar el Centro de Traductores de Lenguas Clásicas y continúa haciéndolo el Centro de Estudios Clásicos (CEC). Pero, ¿por qué en el Instituto de Investigaciones Filológicas? Si la Filología es el estudio científico de una lengua y de los contenidos en ella expresados, la labor de los investigadores ha ido más allá de la traducción; pues no es equiparable la traducción del griego y del latín clásicos a la de las lenguas modernas, que casi es una conversación. En primer lugar, quien traduce del inglés o del italiano no necesita tener un conocimiento científico de dichas lenguas, le basta la práctica; pero un traductor de los clásicos griegos y latinos requiere el conocimiento científico de las lenguas. De hecho la Filología clásica moderna, a partir de los siglos XVIII y XIX, comenzó con los lingüistas William Jones, Franz Bopp y Rasmus Rask, quienes estudiaron desde la fonética y el alfabeto hasta la morfología verbal en relación con el sánscrito y otras lenguas antiguas como el germánico, el persa y el gótico.

Así pues, el Centro de Traductores cumplía sus objetivos de investigación científica con las publicaciones de la Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana, pero como Centro de Estudios Clásicos en el Instituto de Investigaciones Filológicas su categoría llegó a un nivel más alto y el campo de trabajo se amplió muchísimo, haciéndose interdisciplinario por la proyección de las lenguas clásicas y por la participación del Instituto en la docencia. Fue así que los resultados de la investigación científica de Filología Clásica necesitaban nuevas formas de publicación, por eso el CEC tiene varias colecciones: Manuales o Cuadernos del Centro de Estudios Clásicos, la Biblioteca Filosófica, la Jurídica, la Didáctica y otras.

Ahora bien, ¿por qué crear una revista? La respuesta puede ser muy clara, después de algunas consideraciones.

La calidad de la investigación acerca de los clásicos griegos y latinos y el nivel institucional del Centro de Estudios Clásicos imponían a éste el cumplimiento de una de las obligaciones fundamentales de la Universidad: la difusión. No se trata de difusión periodística de noticias, sino de hacer llegar al pueblo en general los resultados de la investigación científica sobre Filología Clásica: a partir de entonces se busca que mediante el trabajo de los investigadores el pueblo y no sólo los académicos conozcan el pensamiento y los valores humanos contenidos en las obras de los autores clásicos griegos y latinos y en su cultura, en especial para su formación personal, conductual y social. Esto es precisamente la tradición clásica y su recepción.

Con base en lo anterior, en 1983 el Centro de Estudios Clásicos empezó a publicar NOVA TELLVS.

III. La tradición clásica

Conviene señalar que los autores clásicos ya percibían o intentaban dar a conocer esa tradición y recepción. He aquí algunos ejemplos.

Heródoto (s. V a. C.) inicia así sus Historias: “Es esta una exposición de la investigación de Heródoto de Halicarnaso, a fin de que ni lo realizado por los hombres se desvanezca con el tiempo, ni queden sin gloria las obras grandiosas y también admirables, recogidas unas por los griegos y otras por los bárbaros”.4 Cualquier traducción a partir del análisis minucioso de los términos y del texto en su conjunto, reflejará la realidad de la tradición a lo largo del tiempo y de la recepción por todos los pueblos sin distinción.

El trabajo de Heródoto fue como el de los académicos del Centro de Estudios Clásicos: una investigación, e hizo la exposición o difusión de la misma para dar a conocer las acciones y las obras planeadas y realizadas por los seres humanos del mundo clásico griego, de manera que sean perennes y tengan gloria o repercusión en la vida personal y social de todos los pueblos griegos o no griegos.

Píndaro (ss. V-IV a. C.), en su poema a la ciudad de Pitó, Delfos, sabiendo que los poetas eran considerados intérpretes de los dioses, suplica a Pitó, a las Gracias y a Afrodita que su actividad sea recibida en el “divinísimo tiempo”. Dice así: “Frente a ti, aurea, del Olímpico Zeus, suplico a la célebre mántica Pitó y al mismo tiempo a las Gracias y a Afrodita recibirme en el divinísimo tiempo como festejado divino intérprete de entre los piéridas”.5

Evidentemente Píndaro está consciente de la trascendencia de su obra a lo largo de los siglos para recepción de la misma por todos los pueblos. Tal vez no es tan claro como Heródoto, porque en forma poética usa una metáfora; pero sí se percibe que está pidiendo la inmortalidad en la tradición y la recepción.

Desde mucho antes Solón (ss. VII-VI a. C.) tenía plena conciencia de la perennidad o proyección del pensamiento y de las obras. En forma metafórica y poética mencionó su proyecto de la democracia y lo desglosó en las obras que comprendía y que realizó cuando fue nombrado Arconte Epónimo en Atenas (594 a. C.), y todo lo sometió al juicio de Cronos. Es decir, a lo largo de los siglos se valorarían su pensamiento y sus obras. Reproduzco el Fragmento 36, conocido como El Gran Yambo:

¿Y yo en verdad, por lo que congregué
al pueblo, por qué me calmé antes de lograrlo?
En el juicio de Cronos esto podría atestiguar
la madre magnífica de deidades olímpicas,
la excelsa Tierra trigueña, de la cual yo alguna vez
arranqué mojones en muchas partes clavados;
y siendo antes esclava, libre es ahora;
y a muchos a la patria Atenas, fundación divina,
reconduje, vendidos uno injustamente
otro justamente; y a otros que por necesaria
utilidad huyeron, que ya ni la ática lengua
hablaban, ya que por muchas partes vagaban;
y a otros, que aquí mismo vergonzosa esclavitud
tenían, que ante las actitudes de los amos temblaban,
los puse en libertad. Eso ciertamente, con el poder
habiendo compaginado juntamente fuerza y justicia,
lo realicé. Y llegué hasta el fin, como me comprometí
Y leyes igualmente para el malo y para el bueno,
habiendo ajustado recta justicia para cada uno,
escribí. Pero si otro el aguijón hubiese tomado como yo,
un hombre malévolo y también avaro,
él no habría dominado al pueblo. Pues si yo entonces
quisiese lo que a los contrarios agradaba
y después para ellos lo que los otros habían decidido,
de muchos varones ya habría sido privada la ciudad.
“Por esto de todas partes haciendo fuerza,
como lobo en medio de una jauría de perras me revolví”.

Solón estableció la democracia en Atenas. Tuvo una visión profética al apelar al juicio de Cronos o del Tiempo, pues a través de los siglos ha trascendido su pensamiento y su trabajo como iniciador de la democracia y podemos afirmar que está colocado en lo que Píndaro llamó “en el divinísimo tiempo” (ἐν ζαθέῳ χρόνῳ), esto es, en la perennidad; y cumple lo que menciona Heródoto al principio de sus Historias: “A fin de que ni lo realizado por los hombres se desvanezca con el tiempo, ni queden sin gloria las obras grandiosas y admirables”. De manera que como poeta, retórico y político Solón tiene relevancia hasta nuestros días. Se mantiene en la tradición y recepción de los clásicos.

También en los autores latinos se percibe la intención de que su obra perdure, aunque no lo digan explícitamente. Cicerón, por ejemplo, en Acerca del óptimo género de los oradores, cuando habla de la traducción que hizo al latín de los discursos de Demóstenes y de Esquines, señala: “Y no traduje como intérprete, sino como orador, con sus mismas sentencias y formas […] en lo cual no tuve necesidad de traducir palabra por palabra, sino que conservé toda clase de palabras y su fuerza, pues no pensé que convenía que yo las contara para el lector, sino como ponderarlas”.6

Es claro que el Arpinate no quería simplemente entregar a sus lectores en lengua latina las palabras griegas, por eso afirma que ni tradujo palabra por palabra ni las contó. Su intención era ofrecer a sus lectores las sentencias y formas de los oradores griegos; es decir, los pensamientos y su manera de expresarlos, para que éstos mantuvieran su fuerza. De modo que hacía la tradición del pensamiento de los oradores griegos, para que los romanos hicieran la recepción de los mismos para su beneficio personal y de su pueblo. Se trata de un caso más de tradición y recepción en los autores de la época clásica.

IV. NOVA TELLVS

Ante ese panorama de tradición y recepción, en 1983, el Dr. Germán Viveros Maldonado, como Director, y seis investigadores más conformaron el Consejo Editorial y diseñaron el formato de la revista, que contiene artículos y notas derivados de la traducción e investigación de los textos de los autores clásicos griegos y latinos, además de documentos, reseñas y noticias relacionadas con dicha temática.

El nombre de esta publicación periódica fue una forma novedosa de otras que ya existían casi desde la llegada de los españoles al Nuevo Mundo, Nuevo Continente, Nuevo Orbe, Nueva España; esta última aparece el 4 de mayo de 1493 en la Bula Inter caetera, en la que el Papa Alejandro VI otorgaba a los Reyes de España, Fernando II e Isabel I, dominio y soberanía sobre las tierras y pueblos descubiertos; al mencionar las tierras dice: “y entre ellas una muy poblada y de mucha estimación, a la que pusieron el nombre de Nueva España”. Este territorio era el actual México. La expresión NOVA TELLVS es latina: NOVA significa “nueva”; TELLVS, de género femenino, tenía entre los latinos significados varios según el contexto; en español “tierra, terreno, territorio, país, globo terrestre”; era además el nombre de la Diosa o Madre Tierra. La expresión con el adjetivo se constata en Horacio en su poema de elogio a las ciudades griegas y la aplica a Salamina, isla y ciudad emblemática de la grandeza y poder de Atenas y de los atenienses. El poeta habla en primera persona: “marcharemos” (ibimus); “nos conduce una mejor fortuna” (nos fert melior fortuna) “con el nuevo territorio, Salamina” ( Tellure nova Salamina ) e incluye el favor de Febo y de Apolo.7

El título de la revista fue sugerencia de Ignacio Osorio Romero. Esto se comprueba en el documento “In memoriam Ignacio Osorio Romero”, publicado en NOVA TELLVS, 1991. Ahí se recogen los discursos pronunciados en homenaje al fallecido Osorio. Destacan las palabras de Rubén Bonifaz Nuño, Director del Instituto de Investigaciones Filológicas, porque el homenajeado fue investigador del Instituto, “a cuya creación colaboró eficazmente”, y las palabras de José Sarukhán, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Gracias a esos discursos sabemos que Osorio fue un distinguido latinista y conocedor de las fuentes del pensamiento novohispano, especialmente de las escritas en latín. Se aportan datos sobre su formación académica, su actividad en la cátedra y en la investigación y su gran conocimiento de los archivos y bibliotecas de la UNAM. Se menciona su trabajo y productividad en el área y temas de la educación y la literatura; se dice que realizaba sus trabajos con “creatividad, aplicación y hondura de pensamiento […] vinculándolos estrechamente con la historia cultural y la evolución social del pueblo mexicano”.8 En su obra se encontrarán iluminaciones y caminos, estímulo y ejemplo. Se destacó el final de su labor en la Biblioteca Nacional y en la Dirección de Bibliográficas con proyectos de trascendencia nacional. El Rector de la UNAM lo describió como un universitario ejemplar, cuya obra se debía continuar.

En el documento In memoriam Bulmaro Reyes Coria, secretario de redacción, escribió: “Este Anuario del Centro de Estudios Clásicos queda sin protección de aquél, no sólo porque fuera su fundador y consejero editorial, junto con Germán Viveros Maldonado, Roberto Heredia Correa y con mi mínima presencia, sino porque NOVA TELLVS, nombre elegido por él, le debe asesoría, orientación y colaboración constantes”.9

Conociendo el pensamiento y la obra de Osorio, se puede percibir que ya desde el nombre de la revista el Consejo Editorial la concibió como el instrumento ideal para que la investigación científica filológica de los clásicos griegos y latinos llegue al pueblo, al mexicano y más allá, para su beneficio personal y social en su vida y en su historia. A partir del primer número la revista cumplió su función. Así ha continuado y ha crecido, superando tropiezos. Su excelencia ha sido reconocida, por ejemplo, por CONACYT en su Sistema de Clasificación de Revistas Mexicanas de Ciencia y Tecnología, desde 1998, cuando de anuario se convirtió en revista semestral; desde hace tiempo superó las fronteras de México, porque es considerada por importantes índices nacionales e internacionales, catálogos y revistas, como L’Année Philologique. Se puede constatar en los volúmenes de NOVA TELLVS la colaboración de autores de otras naciones y la presencia de artículos en otras lenguas además del español. De tal manera se ha internacionalizado, que sus Consejos Editorial y Científico, así como sus dictaminadores son grupos de especialistas de varias nacionalidades e instituciones académicas, incluyendo a los investigadores del Centro de Estudios Clásicos y académicos de la UNAM u otras instituciones académicas mexicanas.

Aunque la situación económica ha repercutido en la cantidad de ejemplares impresos, esto no le ha restado a esta revista su impacto internacional, ni su excelencia científica, ni su valor en la tradición y recepción de los clásicos griegos y latinos en México y el extranjero. Por eso NOVA TELLVS a lo largo de su historia y actualmente es digna de un gran elogio y de ser recibida con profundo amor por su benéfico mensaje para cada individuo y para todo pueblo en su vida y en su historia.

V. El primer artículo de esta revista

Por lo que a mí concierne, he tenido una excelente experiencia en NOVA TELLVS al difundir mi trabajo filológico acerca de los clásicos griegos y latinos. Al abrir el número uno de la revista fue una grata sorpresa descubrir que el primer artículo, “Sabios y sabiduría en Heródoto”, era mío. Tuve la fortuna de ser uno de los autores pioneros.

Vimos que Heródoto fue importante para la tradición y recepción; precisamente la sabiduría es uno de los valores que destaca en quienes supieron dirigir los acontecimientos históricos para la felicidad y el bienestar de los hombres, no sólo de los griegos, sino de todos los pueblos; porque su historia no es sólo de Grecia, sino de muchas naciones. En ese artículo di a conocer la visión de Heródoto como un valor universal, que, por consiguiente, debe trascender en la difusión, tradición y recepción.

Sabiduría es un vocablo obsoleto para nuestro tiempo. No se entiende su noción, ni parece que sea algo necesario para los acontecimientos actuales. Todavía a principios del siglo XX se llamó sabio a algún científico que con su ciencia revolucionó el pensamiento y el curso de la historia, como en la era atómica. Pero la sabiduría se ha roto en dos pedazos, ha sido suplantada por la ciencia y la tecnología, que manipulan a la humanidad y sus hechos como a cualquier otro elemento, sin saber si son partes de la sabiduría. Sólo se perciben leves destellos de sabia opinión, que hacen del hombre el centro y la razón de la historia. Por eso recordar la sabiduría antigua a través de las Historias de Heródoto es una contribución, aunque mínima, al pensamiento de hoy, que, como el de entonces, también se plantea preguntas inquietantes.

Heráclito, el filósofo efesino de la escuela jónica, a fines del siglo VI a. C., decía que “lo único que es la sabiduría, [es] conocer la razón (γνώμην) que gobierna todo a través de todo”.10 Esto muestra que entre los griegos no se había precisado exactamente el enunciado de conceptos como el de la sabiduría, pero se tenía conciencia de que era la que hallaba la valoración del hombre, del cosmos y del hombre en el cosmos. En el s. V a. C. Heródoto asumió la plataforma de la sabiduría gnómica, para buscar la perennidad del profundo pensamiento histórico: las razones o sentencias (γνώμαι), así como las acciones de los sabios que marcaron el rumbo de la historia, no sólo de Grecia, sino también de otros países como el egipcio Amasis y el medo Deyoses, a quienes conoció Heródoto en su investigación. En diferentes momentos de su narración se refirió a más de 15 sabios, entre ellos algunos catalogados entre los Siete Sabios, como Solón de Atenas y Tales de Mileto.

Ante esa variedad de sabios y de sus acciones es difícil precisar el concepto de la sabiduría gnómica que adopta Heródoto; pues va desde la táctica bélica y política hasta la acertada disposición del acontecer histórico. Por eso, para entender la sabiduría de cada personaje hay que analizar cuidadosamente la narración, tanto para comprender el pensamiento y la acción del considerado sabio como para incluirlo en la perennidad de la tradición y recepción. Hasta hay uno, Cambises, rey persa (s. VI a. C.) que moribundo dijo: “tonto de mí […] obré más precipitada que sabiamente”, y en mi texto se analizan casos concretos, como el del general y estratega ateniense Temístocles (ss. VI-V a. C.), paradigma final con quien termina el artículo: sabio por la recuperación de Salamina y la pacificación y bienestar del pueblo griego.

Esta es la visión que puedo aportar de NOVA TELLVS, de su función, de su recepción y de su contenido.

Bibliografía
Fuentes antiguas

  1. (). . , ed. , Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana. México: Universidad Nacional Autónoma de México. .
  2. , (Translator) (). . , Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana. México: Universidad Nacional Autónoma de México. .
  3. (). . , ed. . Leipzig: Teubner. .
  4. (). . , ed. . Leipzig: Teubner. .

Fuentes modernas

  1. (). . , , eds. (6). Berlin: Weidmann. 1.
  2. (). . . Sevilla: Fernando Díaz. .
  3. (). Sabios y sabiduría en Heródoto. Nova Tellus 1, 11-27.
  4. , (). . , Biblioteca del editor. México: Universidad Nacional Autónoma de México. .29-41.
  5. (). In memoriam Ignacio Osorio Romero. Nova Tellus 8, 1-16.
Mercado 1571, prólogo.
Mercado 1571, prólogo.
Hdt., I, 1, 1-4: Ἡροδότου Θουρίου ἱστορίης ἀπόδεξις ἥδε, ὡς μήτε τὰ γενόμενα ἐξ ἀνθρώπων τῷ χρόνῳ ἐξίτηλα γένηται, μήτε ἔργα μεγάλα τε καὶ θωμαστά, τὰ μὲν Ἕλλησι, τὰ δὲ βαρβάροισι ἀποδεχθέντα, ἀκλέα γένηται.
Pi., Pae., 52f, 1-6: ΔΕΛΦΟΙΣ ΕΙΣ ΠΥΘΩ Α´ Πρὸς Ὀλυμπίου Διός σε, χρυσέα κλυ­τόμαντι Πυθοῖ, λίσσομαι Χαρίτεσσίν τε καὶ σὺν Ἀφροδίτᾳ, ἐν ζαθέῳ με δέξαι χρόνῳ ἀοίδιμον Πιερίδων προφάταν·
Cic., Opt. Gen., V, 14: nec converti ut interpres, sed ut orator, sententiis isdem et earum formis [...] in quibus non verbum pro verbo necesse habui reddere, sed genus omne verborum vimque servavi. Non enim ea me adnumerare lectori putavi oportere, sed tamquam appendere.
7Hor., Carm., I, 7, 25-29.
Heraclit., Fr., 41.1-2 (Diels, 22 B 41): εἶναι γὰρ ἓν τὸ σοφόν, ἐπίστασθαι γνώμην, ὁτέη ἐκυβέρνησε πάντα διὰ πάντων.