Sergio Bogard. Profesor-investigador de tiempo completo del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México desde el 1 de mayo de 2002, es Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Doctor en Lingüística por El Colegio de México, generación 1987-1990, donde obtuvo el grado con la tesis
Este trabajo ofrece una descripción del proceso de evolución sintáctica y semántica de los sujetos transitivos e intransitivos con núcleo nominal común en español. Con material español del siglo XIII, y español y mexicano de los siglos XVI y XIX, mostraré que, teniendo como punto de partida el orden más frecuente para ambos tipos de sujeto en el XIII, a saber, VS, el XVI ya presenta para el sujeto transitivo un orden dominante SV, en tanto que para el sujeto intransitivo, aunque el orden VS se mantiene como dominante, su productividad ha disminuido drásticamente. Finalmente, el siglo XIX exhibe el inicio de la consolidación del orden SV para ambos tipos de sujeto, dado que dicho orden ya constituye regla en ese momento en el caso del sujeto transitivo, y ya excede el 60% de aparición en el caso del sujeto intransitivo. Este último comportamiento nos proporciona, además, un nuevo argumento en favor de asumir el siglo XIX como el momento de inicio de una tercera etapa evolutiva en la historia del español, de acuerdo con la hipótesis de Melis, Flores y Bogard, 2003.
This paper offers a description of the syntactic and semantic evolution of Spanish transitive and intransitive subjects with common noun head. Drawing on data from the 13th century as well as from the 16th through the 19th centuries from Peninsular and Mexican Spanish, and based on the fact that the most frequent order for both transitive and intransitive subjects at 13th century is VS, I will argue the following: first, in the 16th century the transitive subject already exhibits a predominant SV order, whereas the intransitive subject maintains the VS order as dominant, although with a drastically diminished productivity; second, the 19th century shows the beginning of the consolidation of the SV order for both types of subjects, given that at that moment it has become the rule for transitive subjects, and it already exceedes 60% of appearance for intransitive subjects. Furthermore, this last behavior provides us with additional support in favor of the claim that the 19th century establishes the starting point of a third evolutionary period in the Spanish language history, a hypothesis put forth by Melis, Flores and Bogard, 2003.
Normalmente, en el análisis sintáctico del español, se suele hacer referencia a la función de sujeto sin hacer diferencia entre si se trata de sujeto de verbo transitivo o sujeto de verbo intransitivo. Esto se debe, posiblemente, a que, tratándose el español de una lengua nominativo-acusativa, la forma de marcar ambos tipos de sujeto es la misma y, por lo tanto, en realidad no parece haber una razón que justifique sugerir una distinción en términos de función de oración simple para ambos tipos de sujeto.
Tipológicamente observamos, sin embargo, que las lenguas ergativo-absolutivas, por ejemplo, formalizan de modo distinto ambas funciones, y que el sujeto intransitivo se marca igual que el objeto transitivo. El contraste entre ambos tipos de lenguas nos conduce a pensar que, en el estudio de la gramática de cualquier lengua, conviene tener presente que hablar de sujeto sin considerar el factor transitivo o intransitivo del verbo puede llegar a incidir de manera importante en el análisis, y propiciar que lleguemos a conclusiones cuya generalidad no será del todo confiable.
Algo semejante sucede, ya ubicados específicamente en el ámbito de los sujetos intransitivos, ante el hecho de que hay lenguas que muestran comportamientos sintáctico-semánticos diferentes en ese dominio, comportamientos que permiten distinguir entre la clase verbal intransitiva inacusativa y la intransitiva inergativa, como es el caso, por ejemplo, del italiano y el francés, que muestran el fenómeno conocido como
Con este contexto, el objeto de este trabajo, descriptivo y sustentado en un enfoque teórico funcional, es mostrar el comportamiento histórico sintáctico y semántico de ambos tipos de sujetos en el análisis de textos españoles del siglo XIII, y mexicanos y españoles de los siglos XVI y XIX,
Además de esta introducción y de la conclusión, el trabajo está conformado por un primer apartado en el que presento una muy breve nota sobre los sustantivos, un segundo apartado en el que analizo el sujeto transitivo y un tercero en el que me ocupo del sujeto intransitivo, incluyendo en ambos casos los tres siglos en estudio.
El corpus analizado ha sido extraído de ocho textos: para el siglo XIII, de
Tomando en consideración que cuando el sujeto es explícito en español, además de mediante un pronombre tónico, se formaliza mediante una frase sustantiva o nominal, es inevitable comenzar con una breve descripción que nos permita identificar, sobre el análisis, la diferencia en relación con el tipo de significado que portan los sustantivos propios y los sustantivos comunes, de modo que no la repitamos en cada sección, una vez que ha sido presentada.
Por un lado, está la clase de los sustantivos propios, los cuales identifican una entidad del mundo entre otras más, sin dar cuenta de los rasgos o propiedades que la conforman (
En contraste, por otro lado, los sustantivos comunes, que dan nombre a todos los individuos integrantes de una clase mediante la identificación de algunos rasgos o propiedades que permiten agruparlos como esa clase (
Comencemos el análisis de los sujetos transitivos mediante la revisión del corpus correspondiente al corte medieval seleccionado. Para este efecto véase el
S. XIII
Str -V
V - Str
Total
Núcleo nominal propio
23 (41%)
33 (59%)
56 (100%)
Núcleo nominal común
48 (41.4%)
68 (58.6%)
116 (100%)
Total
71 (41.3%)
101 (58.7%)
172 (100%)
En mi material del siglo XIII aparece un total de 172 oraciones con sujeto transitivo explícito, incluyendo tanto frases nominales con núcleo sustantivo común como frases nominales con núcleo sustantivo propio. De ellas, el 32.6% (56/172) presenta el sujeto formalizado mediante una FN con núcleo nominal propio, y los 56 sujetos portan una referencia humana, mientras que el 67.4% (116/172) lo presenta codificado como una FN con núcleo nominal común. Esta diferencia, que, como se aprecia, favorece al sujeto transitivo explícito con núcleo nominal común, halla su explicación, principalmente, en la naturaleza funcional característica de cada uno de esos tipos de núcleo nominal, como recordamos en §1.
Consideremos ahora la posición del sujeto transitivo en relación con su verbo. En el caso del sujeto transitivo con núcleo nominal propio, el 41% (23/56) antecede a su verbo, en tanto que el 59% (33/56) se coloca después de él. Similar comportamiento exhibe el sujeto transitivo con núcleo nominal común, en cuyo caso el 41.4% (48/116) se antepone a su verbo y el 58.6% (68/116) se le pospone. Los textos revisados del siglo XIII muestran, en conclusión, que el sujeto transitivo tiende a posponerse al verbo, tanto si su núcleo nominal es propio como si es común. Y esta distribución aparentemente no está motivada por diferencias en el tipo de texto, dado que el material recopilado de cada una de las dos obras revisadas se comporta de la misma forma, como se aprecia en los
S. XIII
Str - V
V - Str
Total
Núcleo nominal propio
3 (33.3%)
6 (66.7%)
9 (100%)
Núcleo nominal común
26 (45.6%)
31 (54.4%)
57 (100%)
Total
29 (44%)
37 (56%)
66 (100%)
S. XIII
Str - V
V - Str
Total
Núcleo nominal propio
20 (42.6%)
27 (57.4%)
47 (100%)
Núcleo nominal común
22 (37.3%)
37 (62.7%)
59 (100%)
Total
42 (39.6%)
64 (60.4%)
106 (100%)
En ambos cuadros es posible advertir que el comportamiento posicional de los sujetos transitivos en relación con el verbo en el material de los dos textos analizados es el mismo, a saber, la presencia de un sujeto transitivo nominal favorece el orden V-Str. Véanse a continuación ejemplos de dichos sujetos con ambos órdenes, con el verbo en cursiva y la FN de sujeto en negritas:
Str - V
V - Str
Sobre esta base, es necesario revisar la naturaleza léxica de los sujetos con núcleo nominal común, de modo que podamos apreciar si ése puede ser un factor que incida en el orden relativo entre los sujetos transitivos y su verbo.
S. XIII
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Str - V
30 (62.5%)
11 (22.9%)
7 (14.6%)
48 (100%)
V - Str
37 (54.4%)
18 (26.5%)
13 (19.1%)
68 (100%)
En efecto, con el orden StrV encontramos 85.4% (41/48) sujetos animados, divididos en 62.5% (30/48) con referencia humana (véanse los ejemplos en 1a) y 22.9% (11/48) con referencia animada no humana (ejemplos en 1b), así como 14.6% (7/48) con referencia inanimada (ejemplos en 1c). Y con el orden VStr hallamos 80.9% (55/68) sujetos animados, divididos en 54.4% (37/68) con referencia humana (ejemplos en 2a) y 26.5% (18/68) con referencia animada no humana (ejemplos en 2b), además de 19.1% (13/68) con referencia no animada (ejemplos en 2c).
Como puede observarse, con ambos órdenes predomina, con mucho, la referencia animada, y en particular humana, del sujeto transitivo, y en ambos casos la diferencia respectiva de apenas 4 puntos porcentuales (StrV 85.4% por VStr 80.9%) no parece ser significativa para sugerir una justificación al orden alternante entre el verbo transitivo y su sujeto, como tampoco la diferencia porcentual, también de 4 puntos, entre los sujetos transitivos con referencia no animada para ambos órdenes (StrV 14.6% por VStr 19.1%).
Y no es raro este comportamiento léxico y cuantitativo de los sujetos transitivos, muy especialmente cuando la referencia animada se particulariza como referencia humana, como se puede cotejar en la columna correspondiente del cuadro 4, debido a que su naturaleza semántica prototípica se ha identificado como típicamente agentiva. En efecto, ya
En este punto, y a propósito del elevado porcentaje de los sujetos transitivos con referencia animada, y en particular humana, no hay que perder de vista que éste es el tipo de entidades que más claramente pueden construirse como agentes, en otras palabras, las que mediante su capacidad de transmisión de energía generan la noción de un mayor dinamismo del evento expresado en el predicado verbal, y producen o instigan algún cambio en el paciente
Si en la búsqueda de esa explicación revisamos los ejemplos de las oraciones correspondientes, vemos que, en relación con el orden StrV —los ejemplos en (1) —, el sujeto transitivo aparece antes del verbo en los siguientes casos: si es el primer constituyente de la oración que inicia una cláusula
La estructura revisada en este caso sugiere un sujeto transitivo con una elevada prominencia comunicativa, es decir, que constituye un tópico. Esto lo podemos corroborar revisando su continuidad referencial en el texto. Revisemos tres ejemplos de (1), apropiadamente contextualizados.
En los tres casos resulta evidente la coherencia comunicativa de los sujetos transitivos considerados (el omne entendido, el fuerte viento y los adeuinos), tomando en cuenta, por un lado, que en el texto precedente presentan un antecedente nominal (en i y ii en cursiva) cuya base referencial es activada en el discurso subsecuente mediante su repetición en el núcleo nominal de la frase de sujeto (en negritas),
De manera contrastante, en relación con el orden VStr —los ejemplos en (2) —, el sujeto transitivo tiende a ocupar la posición que inmediatamente sigue al verbo, y esto sucede en los siguientes casos: cuando la posición antepuesta al verbo es ocupada por un constituyente distinto del sujeto (et allí tenien
El primer caso, es decir, cuando la posición que precede al verbo la ocupa un constituyente que no es el sujeto y, en consecuencia la frase que formaliza esta función se desplaza a la posición posverbal, nos sugiere que la posición preverbal no favorece la presencia de una estructura con dos constituyentes, uno de ellos el sujeto, como lo han mostrado para la oración intransitiva
Revisemos ahora el comportamiento comunicativo de algunos ejemplos de (2).
Lo primero que notamos en los ejemplos precedentes es un comportamiento no del todo uniforme en términos de la comunicación involucrada en los sujetos transitivos anotados en negritas. En dos casos, (v) y (vi), ambos sujetos,
En conclusión, al comparar la estructura y el comportamiento comunicativo de los sujetos transitivos, hemos observado que los que se anteponen a su verbo se comportan de manera regular y estable, a diferencia de los que se le posponen, que exhiben comportamientos variables. Esto sugiere que, pese a mostrar una mayor frecuencia relativa, el orden VtrS resulta marcado en relación con el orden SVtr, razón por la cual no es extraño que en los siglos subsecuentes se haya invertido la mayor productividad en favor de este último.
Revisemos los
S. XVI España
Str - V
V - Str
Total
Núcleo nominal propio
13 (35.1%)
24 (64.9)
37 (100%)
Núcleo nominal común
51 (62.2%)
31 (37.8%)
82 (100%)
Total
64 (53.8%)
55 (46.2%)
119 (100%)
S. XVI México
Str - V
V - Str
Total
Núcleo nominal propio
5 (83.3%)
1 (16.7%)
6 (100%)
Núcleo nominal común
54 (72%)
21 (28%)
75 (100%)
Total
59 (72.8%)
22 (27.2%)
81 (100%)
En total, el material procedente de los textos españoles nos ofrece 119 oraciones transitivas con sujeto explícito, y el material mexicano 81. Y en los textos de ambas variantes se observa que el orden StrV es el más productivo, aunque mucho más en la segunda mencionada. En efecto, los sujetos transitivos provenientes de los textos mexicanos aparecen en el 72.8% (59/81) de los casos en el esquema StrV, y en el 27.2% restante (22/81) en el esquema VStr, en tanto que los provenientes de los textos españoles lo hacen, en el 53.8% de los casos (64/119) en el orden StrV, y en el 46.2% (55/119) en el orden VStr. Y si bien, como decía, la tendencia entre los textos de ambas variantes favorece el orden con el sujeto transitivo antepuesto al verbo, la variante mexicana excede en 19 puntos porcentuales a la española.
Me centraré ahora en los sujetos transitivos con núcleo nominal común, que son los que establecen la tendencia en el orden dominante StrV mencionada antes a propósito de los materiales del siglo XVI. Los textos revisados de ambas variantes muestran un predominio del sujeto transitivo antepuesto a su verbo. El material mexicano presenta el orden StrV en una proporción del 72% (54/75), en tanto que el español lo hace en una proporción del 62.2% (51/82). Y en ambos casos, como cabe esperar, la diferencia corresponde al orden VStr: 28% (21/75) en el material mexicano y 37.8% (31/82) en el español. Véanse, a continuación, algunos ejemplos con ambos órdenes, de la variante española en (3) y (5), y de la mexicana en (4) y (6):
Str - V
V - Str
Los ejemplos anteriores muestran que el sujeto transitivo, tanto antepuesto al verbo como pospuesto, se comporta en el siglo XVI como ya comenté que lo hace en el XIII. En efecto, el sujeto precede al verbo si inicia la cláusula (Y como
Si ahora comparamos los datos derivados de los materiales analizados de los siglos XIII y XVI, advertimos que entre ambos siglos la tendencia en el orden general entre el verbo y el sujeto transitivo ha cambiado, pues mientras en los textos del siglo XIII dominaba el orden VStr, en los del XVI, en ambas variantes, lo hace el orden StrV. Recordemos que este orden, pese a no haber sido el más productivo en el siglo XIII, ya constituía el no marcado, de modo que no resulta inesperado el cambio mencionado.
Revisemos a continuación la naturaleza léxica de los sujetos transitivos con núcleo nominal común en el siglo XVI. Para este efecto revísense los
S. XVI España
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Str - V
42 (82.3%)
1 (2%)
8 (15.7%)
51 (100%)
V - Str
25 (80.6%)
—
6 (19.4%)
31 (100%)
S. XVI México
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Str - V
47 (87%)
—
7 (13%)
54 (100%)
V - Str
21 (100%)
—
—
21 (100%)
Observamos que los textos de las dos variantes se comportan de la misma manera. En términos de la colocación relativa del sujeto transitivo, e independientemente del orden, el referente humano domina abrumadoramente: para los textos españoles, en el esquema StrV corresponde al 82.3% (42/51), en tanto que para los textos mexicanos corresponde al 87% (47/54). Por su parte, en el esquema VStr, la referencia humana en los textos españoles alcanza el 80.6% (25/31), y en los textos mexicanos el 100% (21/21). Resulta evidente que con los verbos transitivos la naturaleza léxica predominante de sus sujetos con núcleo nominal común es la humana, y que este tipo de referencia no es el factor que determina la alternancia entre los órdenes StrV y VStr, aunque sí parece estar incidiendo en relación con el orden dominante ya mencionado, es decir, StrV.
A continuación revisemos los sujetos transitivos en el siglo XIX, a partir de la información presente en los
S. XIX España
Str - V
V - Str
Total
Núcleo nominal propio
42 (76.4%)
13 (23.6%)
55 (100%)
Núcleo nominal común
50 (83.3%)
10 (16.7%)
60 (100%)
Total
92 (80%)
23 (20%)
115 (100%)
S. XIX México
Str - V
V - Str
Total
Núcleo nominal propio
30 (96.8%)
1 (3.2%)
31 (100%)
Núcleo nominal común
96 (89.7%)
11 (10.3%)
107 (100%)
Total
126 (91.3%)
12 (8.7%)
138 (100%)
El material de los textos de ambas variantes nos muestra que la tendencia observada en el siglo XVI, de que el orden de constituyentes más productivo, es decir, StrV, se ha incrementado sustancialmente en el siglo XIX, tanto con sujetos transitivos con núcleo nominal propio como con núcleo nominal común. Vemos, efectivamente, que en el texto español el orden en cuestión aparece en el 80% de los casos (92/115), en tanto que en el mexicano lo hace en el 91.3% (126/138). Si consideramos aquí la información respectiva correspondiente al siglo XVI, recordaremos que en ese siglo el orden con sujeto transitivo antepuesto al verbo en la variante española apenas había excedido el 50% (53.8%), mientras que la mexicana ya había alcanzado el 72.8%. Esto nos indica que entre los siglos XVI y XIX la tasa de crecimiento de la estructura SVtr en la española fue mayor que en la mexicana, Δ48.7%
El comportamiento evolutivo descrito muestra, finalmente, a un siglo XIX que abre la entrada a un estado que, hacia finales del XX se observa ya consolidado, y que llevó a diversos autores a señalar que el español es una lengua SVO (
Correlativamente, el orden VStr se ha vuelto claramente marcado en el XIX al variar su productividad entre ambas variantes entre el 10.3% y el 16.7%, salvo el caso del sujeto transitivo con núcleo nominal propio en la mexicana, que se ha marginalizado al alcanzar apenas el 3.2%. Veamos, a continuación, ejemplos de ambas variantes con los dos órdenes involucrados en el análisis, en (7) y (9) del texto español y en (8) y (10) del mexicano. La revisión de dichos ejemplos nos muestra que las causas que determinan el orden que ocupa el sujeto transitivo respecto de su verbo corresponden a las mismas mencionadas en los siglos XIII y XVI.
S - Vtr
Vtr - S
Revisemos, a continuación, en los
S. XIX España
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Str - V
33 (66%)
-
17 (34%)
50 (100%)
V - Str
6 (60%)
1 (10%)
3 (30%)
10 (100%)
S. XIX México
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Str - V
62 (64.6%)
3 (3.1%)
31 (32.3%%)
96 (100%)
V - Str
11 (100%)
—
—
11 (100%)
A lo largo de la historia del fenómeno en estudio hemos podido observar que la referencia animada, y en particular humana, ha sido característica del sujeto transitivo con núcleo nominal común, independientemente del orden que ocupe el Str en relación con el verbo, y esto se ha mostrado así tanto en los textos revisados del siglo XIII como en los del siglo XVI para ambas variantes, en que su productividad nunca fue menor al 80%.
En este contexto, los textos del siglo XIX de ambas variantes muestran un cambio que tiene que ver no con la productividad de los órdenes en que se presenta el sujeto transitivo, sino con su referencia. Observamos, en efecto, un aumento en la productividad de los sujetos transitivos inanimados, que se mueve entre el 30% y el 34%, recordando que hasta el XVI no había llegado al 20%. Dejo para otro momento la revisión de los verbos con la finalidad de analizar si el aumento mencionado está vinculado con algún tipo de extensión de su riqueza léxica.
Revisemos ahora los sujetos intransitivos con la información del
S. XIII
Sintr -V
V - Sintr
Total
Núcleo nominal propio
14 (31.1%)
31 (68.9)
45 (100%)
Núcleo nominal común
66 (28.4%)
166 (71.6%)
232 (100%)
Total
80 (28.9%)
197 (71.1%)
277 (100%)
Como se aprecia, en el material del siglo XIII aparece un total de 277 oraciones con sujeto intransitivo explícito, incluyendo tanto frases nominales con núcleo sustantivo propio como frases nominales con núcleo sustantivo común. En términos de esta distinción, el 16.2% (45/277) exhibe el sujeto como FN con núcleo nominal propio, con referencia humana en su mayoría, así como dioses y el sustantivo Dios. El restante 83.8% (232/277) corresponde a la FN de sujeto intransitivo con núcleo nominal común. Nótese que la distribución entre sustantivos propios y comunes acentúa la tendencia ya mostrada por el sujeto transitivo en estas mismas circunstancias en favor del segundo tipo de sustantivo.
Examinemos a continuación el orden del sujeto intransitivo en relación con su verbo. En el caso de este tipo de sujeto con núcleo nominal propio, el 31% (14/45) va antes de su verbo, mientras que el 69% (31/45) se le pospone. Prácticamente el mismo comportamiento hallamos para el sujeto intransitivo con núcleo nominal común: 28.4% (66/232) se le antepone y 71.6% (166/232) aparece pospuesto. Comparando esta información con la correspondiente observada para los sujetos transitivos, el material revisado de los textos del siglo XIII muestra, para ambos tipos de sujeto, un comportamiento similar: el sujeto tiende a posponerse al verbo, si bien de manera más acusada en el caso del sujeto intransitivo tanto con núcleo nominal propio como con núcleo nominal común. Veamos algunos ejemplos.
Sintr - V
V - Sintr
Revisaré ahora la naturaleza léxica de los núcleos nominales de los sujetos intransitivos. Como en el caso de los sujetos transitivos, con los intransitivos el sentido de los sustantivos propios no incide en el orden entre el verbo intransitivo y su sujeto, considerando que expresan el nombre de seres humanos (personajes históricos, míticos…), dioses y el sustantivo Dios, principalmente. Por otro lado, los sujetos intransitivos con núcleo nominal común, como se aprecia en el
S. XIII
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Sintr - V
23 (34.8%)
13 (19.7%)
30 (45.5%)
66 (100%)
V - Sintr
55 (33.1%)
39 (23.5%)
72 (43.4%)
166 (100%)
Efectivamente, con el orden SintrV hay un 54.5% (36/66) de sujetos animados, de los cuales 34.8% (23/66) refieren a seres humanos y 19.7% (13/66) a no humanos; hay, finalmente, un 45.5% (30/66) de sujetos intransitivos con referencia inanimada. Y con el orden alternante VSintr. aparece un 56.6% (94/166) de sujetos animados, 33.1% (55/166) con referencia humana y 23.5% (39/166) con referencia no humana; queda, por último, un 43.4% (72/166) de sujetos intransitivos con referencia inanimada.
Aquí es importante hacer notar, sin embargo, una diferencia entre ambos tipos de sujeto que tiene que ver con la tendencia del sentido léxico del sustantivo común que encabeza la frase de sujeto respectiva, independientemente de la posición que guarde con su verbo. Dependiendo de si se trata de sujeto transitivo o intransitivo, cambia la distribución porcentual de la referencia animada humana frente a la inanimada. Claramente los sujetos transitivos tienen mayor proporción de referentes humanos que los intransitivos, pues de 116 sujetos transitivos con núcleo nominal común, 57.7% (67/116) refiere a entidades humanas o concebidas como tales, en tanto que de 232 sujetos intransitivos con núcleo nominal común, 33.6% (78/232) tienen dicho tipo de referencia. Por su parte, los sujetos intransitivos tienen una mayor proporción de referentes inanimados que los transitivos, dado que de 232 sujetos intransitivos con núcleo nominal común, 44% (102/232) refiere a entidades inanimadas, mientras que 17.2% (20/116) de sujetos transitivos lo hace.
Esta distribución alternante que, en términos de su naturaleza léxica, muestran los sujetos transitivos y los intransitivos, no es, de hecho, del todo inesperada, si tomamos en cuenta, por un lado, que la mayor parte de los sujetos transitivos formaliza el argumento instigador, causa o agente, el cognoscente, el receptor, el perceptor, el experimentante, el poseedor, etc., derivado del predicado verbal transitivo, argumento que típicamente se codifica en sustantivos que denotan seres humanos, como se pudo apreciar en los ejemplos exhibidos; y por otro lado, que los sujetos intransitivos que derivan de los verbos inacusativos, así como de los que provienen de predicados verbales pasivos, anticausativos, estativos y resultativos, que formalizan principalmente el tema, el paciente, el estímulo, se codifican con mayor frecuencia mediante sustantivos que denotan entidades inanimadas, como en los ejemplos expuestos a continuación, los de la serie (a) con el orden VSintr, y los de la serie (b) con el orden SintrV.
Con verbos inacusativos:
Con verbos estativos:
En construcciones pasivas:
En construcciones anticausativas:
En construcciones resultativas:
El panorama presentado deja abierta la pregunta de qué factor determina la posición que toma el sujeto intransitivo en relación con su verbo. Los ejemplos exhibidos del siglo XIII no parecen sugerir respuestas claras y regulares. Por un lado, dicho tipo de sujeto, tanto antepuesto como pospuesto al verbo, puede aparecer en oración que inicia cláusula, en oración coordinada y en oración subordinada, como puede apreciarse en los ejemplos de (11) y (12). Por otro lado, el peso sintáctico no parece incidir en la posición del sujeto, puesto que observamos que dicha función la puede formalizar una oración compleja tanto si se antepone al verbo, como en (11c) (quando
Hay un factor, sin embargo, que parece operar como tendencia en los ejemplos mostrados, y tiene que ver con el tipo de información que se está transmitiendo en el discurso textual. Los sujetos intransitivos antepuestos al verbo funcionan de manera predominante como tópicos, en tanto que los pospuestos lo hacen como focos, es decir, como la parte de la estructura de la oración que no comparten en su intercambio comunicativo el emisor del discurso y su receptor (
En estos tres casos, los sujetos intransitivos (tales omnes, las serpientes, las naves) constituyen tópicos en sus oraciones, y como mencionábamos a propósito de los sujetos transitivos tópicos, muestran, por un lado, coherencia anafórica, dado que presentan antecedentes nominales (en (viii)
De manera contrastante, en estos tres casos los sujetos intransitivos (un huésped, un gato, los fechos que las estorias e autores de los gentiles cuentan de Persseo) no presentan un antecedente nominal con el cual establezcan coherencia anafórica. Se trata de frases cuya referencia es nueva en el discurso; es del dominio del emisor de la comunicación, pero no es conocida por el receptor; en otras palabras, constituyen el foco de su oración. Sin embargo, a partir de que son presentadas en su oración adquieren la posibilidad de convertirse en objetos comunicativos. Puede observarse en (xi) y (xii) que el sujeto intransitivo es referencial indefinido (un huésped, un gato), pero una vez que se le “ha soltado” en el flujo de la comunicación adquiere el estatus de conocido y su referencia subsecuente aparece como definida.
Veamos ahora el estado de los sujetos intransitivos en los textos del siglo XVI. Confróntense con este propósito el
S. XVI España
Sintr -V
V - Sintr
Total
Núcleo nominal propio
6 (37.5%)
10 (62.5%)
16 (100%)
Núcleo nominal común
69 (36.7%)
119 (63.3%)
188 (100%)
Total
75 (36.8%)
129 (63.2%)
204 (100%)
S. XVI México
Sintr -V
V - Sintr
Total
Núcleo nominal propio
5 (83.3%)
1 (16.7%)
6 (100%)
Núcleo nominal común
96 (45.7%)
114 (54.3%)
210 (100%)
Total
101 (46.8%)
115 (53.2%)
216 (100%)
En total, el material revisado de los textos españoles nos ofrece 204 oraciones intransitivas con sujeto explícito, y el procedente de los textos mexicanos 216. Y en los textos de ambas variantes el orden más productivo corresponde a VSintr, aunque de manera más acusada en el material peninsular. En efecto, en los textos de la variante española hallamos que el orden VSintr aparece en el 63.2% de los casos (129/204), frente al 36.8% (75/204) con el orden SintrV. Por su parte, en los textos mexicanos el orden VSintr alcanza el 53.2% de los casos (115/216) en contraste con el 46.8% (101/216) correspondiente al orden SintrV. Se aprecia que, no obstante que la tendencia en los textos de ambas variantes favorece el orden en el que el sujeto intransitivo se pospone al verbo, la variante española lo hace en una proporción de 10 puntos porcentuales por encima de la mexicana, y, como en el caso del sujeto transitivo, la diferencia tiene que ver sustancialmente con el comportamiento de los sujetos intransitivos con núcleo nominal propio, pues en tanto que el material proveniente de los textos españoles refuerza la tendencia mencionada al mostrar un 62.5% (10/16) de sujetos intransitivos con núcleo nominal propio pospuestos al verbo, el material de los textos mexicanos muestra la tendencia opuesta con un 83.3% (5/6) de sujetos intransitivos con sustantivo propio precediendo al verbo. Aquí es llamativo el hecho de que siendo, en términos absolutos, pocos los sujetos intransitivos con núcleo nominal propio: 16 ocurrencias en el material de los textos españoles y 6 en el proveniente de los mexicanos, la elevada proporción de anteposición al verbo en este último caso es concomitante con el comportamiento ya observado y mencionado de que los sujetos transitivos de referencia humana en la variante mexicana tienden, más que en la española, al orden SV.
Revisaré ahora los sujetos intransitivos con núcleo nominal común, que, como en el caso de los sujetos transitivos, son los que establecen la tendencia en el orden más productivo, en este caso, VSintr, en lo tocante a los materiales analizados del siglo XVI. Los textos de las dos variantes exhiben una tendencia en la que el orden con el mayor rendimiento funcional presenta al sujeto intransitivo pospuesto al verbo. El material español presenta, para el orden VSintr, una proporción de uso del 63.3% (119/188), en tanto que el mexicano lo hace del 54.3% (114/210), con una productividad, para el orden SintrV, del 36.7% (69/188) en los textos españoles, y del 45.7% (96/210) en los mexicanos.
Comparemos ahora los datos derivados de los materiales de los siglos XIII y XVI revisados. Advertimos que, después de tres siglos de historia, el orden general dominante que observábamos para el siglo XIII, es decir, VSintr, se ha mantenido, aunque para el siglo XVI, su productividad ha disminuido, al pasar del 71.1% en el siglo XIII, al 63.2% en el XVI español y al 53.2% en el XVI mexicano. Obsérvense algunos ejemplos con ambos órdenes, en (18) y (20) de la variante española, y en (19) y (21) de la mexicana.
Sintr - V
V - Sintr
Los ejemplos anteriores, revisados en los textos fuente, muestran para el sujeto intransitivo del siglo XVI un comportamiento semejante al observado en el siglo XIII, a saber, el sujeto antepuesto al verbo normalmente funciona como el tópico de su oración, y el pospuesto lo hace como el foco respectivo.
En ambos casos los sujetos intransitivos en cuestión no presentan un antecedente nominal con cuya referencia establezcan coherencia anafórica.
Veamos, a continuación, la naturaleza léxica de los sujetos intransitivos encabezados por núcleo nominal común en el siglo XVI. El
S. XVI España
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Sintr - V
20 (29%)
-
49 (71%)
69 (100%)
V - Sintr
30 (25.2%)
2 (1.7%)
87 (73.1%)
119 (100%)
S. XVI México
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Sintr - V
49 (51%)
-
47 (49%)
96 (100%)
V - Sintr
32 (28.1%)
-
82 (71.9%)
114 (100%)
Encuentro, en este caso, un doble comportamiento, que contribuye a explicar la mencionada distinta productividad del orden VSintr observada entre los materiales de los textos españoles y mexicanos. Por un lado, el sujeto intransitivo pospuesto al verbo porta referencia inanimada de manera dominante en el material de ambas variantes: 73.1% (87/119) en la española y 71.9% (82/114) en la mexicana, frente al 25.2% (30/119) de referencia humana en la española
Pasemos, finalmente, al examen de los sujetos intransitivos en los textos del siglo XIX, cuya información exhibo en los
S. XIX España
Sintr -V
V - Sintr
Total
Núcleo nominal propio
42 (67.7%)
20 (32.3%)
62 (100%)
Núcleo nominal común
84 (61.8%)
52 (38.2%)
136 (100%)
Total
126 (63.6%)
72 (36.4%)
198 (100%)
S. XIX México
Sintr -V
V - Sintr
Total
Núcleo nominal propio
23 (71.9%)
9 (28.1%)
32 (100%)
Núcleo nominal común
125 (60.4%)
82 (39.6%)
207 (100%)
Total
148 (61.9%)
91 (38.1%)
239 (100%)
Los materiales examinados del siglo XIII y los del XVI de ambas variantes mostraron para el sujeto intransitivo la tendencia a posponerse al verbo, aunque en una proporción descendente entre ambos siglos. El siglo XIX, por su parte, exhibe un panorama distinto. En efecto, los textos de las dos variantes presentan ya la tendencia inversa, es decir, en este siglo el sujeto intransitivo se antepone al verbo con más frecuencia de la que se pospone, y no incide en este comportamiento el hecho de que el sujeto tenga núcleo nominal común o propio. En relación con la productividad del orden VSintr, los textos de los tres siglos estudiados nos muestran el siguiente proceso de cambio: para la variante española, siglo XIII, 71.1% > siglo XVI, 63.2% > siglo XIX, 36.4%, y para la mexicana, siglo XVI, 53.2% > siglo XIX, 38.1%. Claramente, el rendimiento funcional del orden VSintr ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo hasta dejar de ser dominante en el siglo XIX. De manera contrastante, el orden SintrV en este mismo siglo acabó por convertirse en el dominante de acuerdo con el siguiente proceso de cambio: para la variante española, siglo XIII, 28.8% > siglo XVI, 36.8% > siglo XIX, 63.6%, y para la mexicana, siglo XVI, 46.8% > siglo XIX, 61.9%. Podemos suponer, por las proporciones de uso alcanzadas por los órdenes alternantes, que el proceso de cambio sigue en marcha y que continuará en la dirección de aumentar el dominio del sujeto intransitivo antepuesto al verbo, como ya lo hizo en el XIX el sujeto transitivo.
Veamos a continuación ejemplos con ambos órdenes, en (22) y (24) del texto español, y en (23) y (25) del mexicano.
Sintr - V
V - Sintr
Estos ejemplos, revisados en los textos de los que se tomaron, exhiben un comportamiento relativamente semejante al observado en los siglos XIII y XVI: el sujeto intransitivo topical tiende a colocarse antes de su verbo, en tanto que el que expresa el foco tiende a posponerse; los ejemplos muestran, sin embargo, que ha aumentado el número de sujetos intransitivos topicales pospuestos, lo mismo que el de focos antepuestos. Aunque por falta de espacio no anoto los contextos requeridos, ejemplos de tópicos pospuestos son el segundo y tercer ejemplos de (24a) (su modelo aborrecido / ese chico), el tercero de (24b) (la luna), el primero y segundo de (25a) (el hijo / el pilluelo), y en el tercer ejemplo de (25b), el sujeto de la segunda oración (el caserón). En contraste, ejemplos de focos antepuestos son el segundo de (22a) (los ladrones de gallinas), el primero de (22b) (la lista civil), el segundo y el tercero de (23b) (los crímenes / un petate de Puebla con tejidos rojos) y el de (23c) (el perro).
Es necesario resaltar, además, que en relación con los sujetos intransitivos
Ambos ejemplos tienen como base un verbo que desempeña una función presentativa,
Pasemos ahora a la revisión, en los
S. XIX España
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Sintr - V
31 (36.9%)
2 (2.4%)
51 (60.7%)
84 (100%)
V - Sintr
14 (26.9%)
—
38 (73.1%)
52 (100%)
S. XIX México
Humano
Animado no humano
Inanimado
Total
Sintr - V
56 (44.8%)
1 (0.8%)
68 (54.4%)
125 (100%)
V - Sintr
25 (30.5%)
1 (1.2%)
56 (68.3%)
114 (100%)
Con excepción de los textos del siglo XIII para ambos órdenes y de los mexicanos del siglo XVI para el orden SintrV, en que la referencia inanimada se mantuvo por abajo del 50% de productividad, en el XIII con el orden SintrV 45.5%, y con el orden VSintr 43.4%, y en el XVI mexicano 49% para el orden SintrV, la referencia más frecuente para el sujeto intransitivo con núcleo nominal común ha sido la inanimada, moviéndose para el orden VSintr entre el 68.3% y el 73.1%, y para el orden SintrV entre el 54.4% y el 60.7%. Se puede advertir, en consecuencia, que aunque es dominante, no constituye regla.
Ahora bien, en los textos del XIII y los del XVI para ambas variantes el orden más frecuente de los sujetos intransitivos es pospuesto al verbo, lo cual podría correlacionarse con su también más frecuente referencia inanimada, tomando en consideración que este tipo de referencia es la normal para la función de objeto directo, que históricamente se ha pospuesto al verbo transitivo en una proporción muy elevada. Los textos del XIX, sin embargo, muestran, como cambio evidente, la ruptura de dicha correlación, dado que, manteniéndose como más productiva la referencia inanimada, el orden más frecuente ha pasado a ser SintrV, hecho que parece sugerir que el orden de constituyentes en español, al menos cuando el sujeto es intransitivo, ha perdido sensibilidad a la referencia como motivador del orden estructural, en beneficio de la percepción de la función sintáctica.
Los textos objeto del análisis muestran tanto para el sujeto transitivo como para el intransitivo un comportamiento posicional semejante en cada siglo, es decir, sincrónicamente, aunque cambiante a lo largo del periodo estudiado, hasta llegar al siglo XIX, que prefigura el estado observable a finales del XX y principios del XXI. Observamos en los textos del siglo XIII que el sujeto tiende a posponerse al verbo, aunque en una mayor proporción en el caso del sujeto intransitivo. Asimismo resultó claro que los sujetos transitivos presentan una mayor proporción de referentes humanos que los sujetos intransitivos, los cuales, por su parte, muestran una mayor frecuencia de referentes inanimados. Este comportamiento alternante no resulta extraño dado que mientras la mayoría de los sujetos transitivos codifica el argumento instigador, causa o agente, el cognoscente, el receptor, el perceptor, el experimentante, el poseedor, etc., derivados del predicado verbal, la mayoría de los sujetos intransitivos formaliza principalmente el tema, el paciente, el estímulo, argumentos provenientes de predicados inacusativos o de predicados verbales pasivos, anticausativos, estativos y resultativos.
Teniendo como punto de referencia el comportamiento de ambos tipos de sujetos en el siglo XIII, los textos del XVI nos muestran un comportamiento diferente. En el caso de los sujetos transitivos, el orden más frecuente ha pasado a ser StrV, y aunque la naturaleza léxica dominante de este tipo de sujeto es la humana, no es el factor que establece la diferencia entre los dos órdenes alternantes, si bien sí parece incidir en el aumento de la proporción de sujetos transitivos antepuestos al verbo. Por otra parte, y en relación con los sujetos intransitivos, aún prevalece el orden VSintr, aunque con un rendimiento funcional disminuido en relación con el observado en el siglo XIII. En este caso, la naturaleza léxica dominante de los sujetos intransitivos, la inanimada, nos sugiere una explicación posible al más lento avance observado en la disminución de la productividad del orden con el sujeto respectivo pospuesto al verbo. Por último, en relación con el análisis de los textos del siglo XVI, la proporción de los sujetos transitivos antepuestos al verbo es mayor en la variante novohispana que en la española (sólo con sustantivos comunes 72% frente a 62.2%, respectivamente, e incluyendo también los sustantivos propios, 72.8% frente a 53.8%), en tanto que la frecuencia proporcional de los sujetos intransitivos pospuestos al verbo es mayor en los textos de la variante española que en los de la novohispana (sólo con sustantivos comunes 63.3% frente a 54.3%, respectivamente, e incluyendo también los propios, 63.2% frente a 53.2%). Este estado de cosas exhibe una variante novohispana más distante que la española en relación con el tipo de estructura observada en el siglo XIII, y que apunta en dirección al estado más frecuente del XIX y el vigente a fines del XX y principios del XXI.
En efecto, los textos del XIX, en relación con el sujeto transitivo, muestran que el español presenta 80% de sujetos antepuestos al verbo (76.4% con sustantivos propios y 83.3% con sustantivos comunes), en tanto que la proporción del mexicano es de 91.3% (96.8% con sustantivos propios y 89.7% con sustantivos comunes). Al comparar esta información con la correspondiente del siglo XVI, queda claro que ambas variantes se dirigen a generalizar la estructura con el sujeto transitivo antepuesto al verbo, la española con una tasa de crecimiento entre ambos siglos de 48.7% y la mexicana, de 26.4%. Correlativamente, la productividad de la estructura VStr muestra un evidente retroceso al pasar, la variante española, al 20%, y desplomarse la mexicana al alcanzar el 8.7%; y esto ha sucedido no obstante que los textos de ambas variantes exhiben un aumento de poco más de 50% en la proporción de sujetos transitivos inanimados. Por otra parte, y en lo que atañe a los sujetos intransitivos, el cambio entre el siglo XVI y el XIX es más drástico, pues en este último la productividad entre ambos órdenes se ha invertido en las dos variantes, de modo que aparece como más productivo el orden SintrV, en el caso de la española al pasar de 36.8% a 63.6%, respectivamente, y en el de la mexicana 46.8% a 61.9%, unificándose ambos tipos de sujeto en una sola estructura como la más productiva, a saber, con el sujeto antes del verbo, y apuntar al estado actual de la lengua, en el que la regla es que el sujeto antecede al verbo con independencia de si éste es transitivo o intransitivo.
Finalmente, el estado de cosas descrito en el párrafo precedente nos pone de frente a un siglo XIX en el que ya no existen reglas distintas a propósito de las productividades alternantes en relación con los órdenes StrV / VStr y SintrV / VSintr.. La alternancia existe en el XIX, como continúa existiendo a principios del XXI, pero es en el estado sincrónico del XIX en el que los textos nos muestran el punto de partida unificado del orden que hoy es claramente la regla: el sujeto antecede al verbo en español. En efecto, en el XIX la productividad mínima del sujeto antepuesto al verbo, transitivo o intransitivo, excede el 60%. Este comportamiento nos proporciona un nuevo argumento en favor de asumir dicho siglo como el momento de inicio de una tercera etapa evolutiva en la historia del español.
Cortés: Hernán Cortés,
Le ofrezco mi cumplido agradecimiento a los dictaminadores anónimos de este trabajo, cuyas opiniones y sugerencias me permitieron reestructurarlo para ofrecer un mejor resultado, así como corregir y aclarar algunas de las ideas presentadas en él. La responsabilidad del producto, sin embargo, es mía.
Los cortes temporales fueron seleccionados tomando en cuenta momentos cruciales en la historia del español. El siglo XIII, como representante del español medieval, en vista de que en ese siglo Alfonso X el Sabio, rey de Castilla, inicia la transformación del romance castellano en la lengua estándar de su reino, como tal institucionaliza su uso, y acaba consolidando esta política de estado mediante un permanente e intenso trabajo de producción de textos, entre los cuales están los dos utilizados en este trabajo (
A continuación anoto el corpus revisado de cada texto, así como, entre paréntesis, la forma de cita utilizada en los ejemplos.
El significado de los sustantivos propios no se caracteriza como la expresión de un conjunto de propiedades, sino que individualiza, de modo que particulariza y dota de referencia única a un individuo que forma parte de un universo de individuos pertenecientes a una misma clase, y lo hace asignándole un nombre que no porta significado en términos de las propiedades identificativas que denotan a una clase de objetos
Por lo pronto, este factor no interviene en el caso de los sujetos transitivos cuya frase nominal corresponde a sustantivo propio, dado que en el 100% de los casos el nombre propio refiere a seres humanos o a Dios.
La relativamente alta proporción de sujetos transitivos con referencia animada no humana está motivada, sustancialmente, por la cantidad de personajes representados por animales ‘humanizados’ presentes en el
Semejante es la perspectiva planteada por
Sobre la distinción entre volitividad e intencionalidad, véase, entre otros, a
La cláusula es, de acuerdo con
Sobre el concepto de activación referencial en el discurso, véase a
Sobre las oraciones transitivas inversas, véase a
Cf., a ese respecto, el concepto de dominancia en
De acuerdo con
Esta diferencia tiene que ver con el distinto comportamiento que exhiben los textos de las dos variantes en lo tocante a los sujetos transitivos con núcleo nominal propio, pues mientras el material de los textos mexicanos apuntala la tendencia general mencionada al ostentar un 83.3% (5/6) de sujetos transitivos con este tipo de núcleo nominal antecediendo al verbo, el material de los textos españoles la atempera, dado que con núcleo nominal propio el sujeto transitivo se antepone al verbo en el 35.1% de las ocurrencias (13/37). Aquí habrá que mencionar que el comportamiento del material español está motivado por razones textuales, debido al uso del sustantivo Dios como nombre propio tanto en el
Δ = tasa de crecimiento.
Con la salvedad de que como el español es una lengua de sujeto opcional, el orden transitivo más frecuente no es SVO sino VO
En tanto verbo que formaliza un predicado de existencia, analizo
En el siglo XVI, igual que en el XIII, continúa siendo poco frecuente la estructura en la cual el sujeto intransitivo pospuesto a su verbo coincide con un constituyente distinto del sujeto en la posición preverbal, como el primer ejemplo de (20b) (q mas de tres días me duro el dolor de la cornada) y el segundo de (21b) (… donde agora vienen los navios, […] donde agora se passa la dicha villa).
Y un margen de 1.7% (2/119) de referencia animada no humana.
En su trabajo sobre la posición del sujeto intransitivo en español, con análisis de verbos tomados del Corpus de referencia del español actual (CREA, México, 1980-2006),
La función presentativa tiene como meta introducir un participante con un alto valor remático